Tiene casi 55 años y ya supera los $ 30.000: la UF se toma el debate tras la alta inflación
Desde su creación en el gobierno de Frei Montalva, la UF ha sido un seguro contra la inflación, que permite mantener el financiamiento de largo plazo accesible para la clase media. ¿Detractores? Desde "Fra Fra" en los noventa, y ahora se han sumado algunas campañas en redes sociales. Los técnicos celebran su existencia.
Como nunca en mucho tiempo, el costo de la vida es tema de debate por estos días. El IPC subió más de lo esperado en agosto y la inflación acumulada en doce meses llegó a máximos desde enero de 2016. Son más de cinco años y medio, lo que de algún modo reivindica la acción del Banco Central de subir la tasa de interés de manera tan fuerte.
Ahora las miradas se vuelcan a la Unidad de Fomento (UF) porque ya supera la barrera de los $ 30.000 por unidad, con todo lo que eso significa para las comisiones de los bancos, los bonos de las empresas, pero, sobre todo, para el precio de las propiedades, los arriendos, dividendos, los seguros, planes de salud y algunas colegiaturas. Es parte de la cotidianeidad de la economía doméstica.
La UF está indexada al IPC, es decir se ajusta según varíen los precios de los bienes y servicios medidos en el Índice de Precios del Consumidor que calcula el INE, y hace una década, exactamente el 8 de agosto de 2010, estaba en $ 21.227,57. Y 10 años antes, el 8 de agosto de 2000, en $ 15.486,27. Ahora que cumplió el hito de los $30 mil, volvió a estar presente en la opinión pública.
El origen
La UF nació en los años 60, en el gobierno de Eduardo Frei Montalva, en el contexto de una economía que sufría con la inflación; con registros de dos dígitos y con un Banco Central que no era autónomo como se lo conoce en la actualidad.
Su objetivo fue revalorizar los ahorros de la gente de acuerdo con las variaciones porcentuales del IPC, permitiendo que el dinero ahorrado en bancos y cajas (de la época) mantuvieran su poder adquisitivo y no se desvalorizaran. Posteriormente, su uso se extendió al sistema crediticio.
La UF tuvo como medida inicial, en 1967, un valor trimestral de Eº 100 (cien escudos) que era reajustado trimestralmente, según el IPC del trimestre anterior. Luego el escudo fue cambiado por el peso, debido a que la inflación hizo que perdiera poder adquisitivo.
En octubre de 1975, se decide que la UF se expresará en pesos chilenos y con un reajuste mensual. En julio de 1977 se ajusta diariamente entre los días 10 de cada mes y 9 del siguiente, de acuerdo con la variación mensual del IPC. Desde 1990, el Banco Central de Chile ha determinado su valor.
“El auge de la UF se explica, principalmente, porque en aquellos años el país tuvo altas tasas de inflación. Por ejemplo, en la década de los 70, el promedio anual bordeó los 200% (…) Fue entonces natural tratar de encontrar un medio que eliminara ese riesgo y la UF lo hace”, recuerda el economista y exministro, Rolf Lüders.
A la UF se la considera como una de las primeras unidades de cuenta indexada del mundo y, en términos generales, se la ha evaluado de manera positiva tanto a nivel local como internacional. Sin ir más lejos, el Nobel de Economía 2013, Robert Shiller, la calificó en su minuto como un éxito e incluso propuso aplicar un mecanismo similar en EEUU.
“Dada la historia inflacionaria chilena, ha jugado un rol fundamental en el desarrollo del mercado de capitales chileno, proporcionando una unidad de cuenta que se ajusta según la variación del IPC. Esto ha permitido crear un mercado de financiamiento a mediano y largo plazo que ha sido un gran apoyo para el financiamiento de las viviendas y de otras inversiones de largo plazo”, comenta Vittorio Corbo, expresidente del Banco Central.
Detractores
Algunos consideran a la UF como una moneda paralela y derechamente plantean eliminarla (uno de los precursores fue el excandidato presidencial, Francisco Javier Errázuriz) o empezar a pagar los sueldos en UF.
Los ciudadanos que quieran eliminarla es porque básicamente ajusta las mensualidades de los colegios, arriendos y dividendos, en un contexto en donde los salarios no suben a la par de la inflación, al menos no en todos los sectores.
Esteban Carrasco, director Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián, lo explica así:
“Si una persona en agosto de 2020, pagaba $100 mil en dividendo, en agosto de este año ya está pagando casi $105 mil. El problema es que los salarios no suben tan rápido como aumentan los precios o el IPC, entonces, lo más probable es que las personas estén viendo que su sueldo no se ha movido y que, sin embargo, las cosas que consumen se han vuelto más caras. Es decir, el poder adquisitivo ha ido disminuyendo”.
Además, se produce algo curioso en torno a esta indexación. Por ejemplo, si sube el pan (y otros productos), ese aumento hace subir el IPC, el que, a su vez, hace subir la UF. Y como hay muchas cosas atadas a la UF, se termina generando de manera paralela otra presión inflacionaria.
Las expresiones en contra de la Unidad de Fomento se han dejado ver especialmente en redes sociales como Facebook, TikTok y Twitter, en donde incluso se creó el hashtag #NomasUf.
Lo que no dicen, eso sí, es que si no existiera la inflación, los reajustes se harían por el IPC de todas maneras. No se puede eliminar el IPC. Las grandes empresas y parte de las medianas y pequeñas, suelen ajustar sus sueldos por IPC.
Las ventas de la UF
¿La economía chilena está preparada para dejar la UF? Teóricamente, sí. Más allá de las recientes presiones inflacionarias derivadas de la situación excepcional de la pandemia, traducidas en una liquidez inédita (ayudas estatales más los US$ 50.000 millones de los retiros de las AFP) y alto nivel de gasto, la inflación ha estado muy controlada en los últimos 10 o 15 años, promediando el 3%. De todos modos, los expertos aducen que los beneficios de contar con este instrumento, considerado un seguro contra la inflación va precisamente en beneficio de las personas, a través de la obtención de financiamiento de largo plazo, precisamente para adquirir, por ejemplo viviendas. No por nada Chile es el país con más porcentaje de viviendas propias en la región y donde hay mayor disponibilidad y acceso a financiamiento para la vivienda.
Si la UF nació porque las autoridades en 1960 no podían luchar contra la inflación ¿por qué debería existir ahora que los precios están controlados?
“La UF es algo que efectivamente podemos eliminar; podemos avanzar y de esa forma tener una economía que sea des indexada, es decir, que deje de apalancarse en base a los precios pasados y que sea más bien una economía que se proyecte, pensando en los precios futuros”, comenta Rodrigo Montero, economista y decano de la Facultad de Administración y Negocios de la Universidad Autónoma.
“Más allá de las circunstancias actuales, creo que la economía chilena está en muy buen pie para plantearse de manera muy seria y decidida la eliminación de la UF”, insistió el experto.
Un exconsejero del Banco Central dijo que efectivamente la UF es “menos relevante” hoy, en un contexto de inflación controlada. En esa misma línea, advirtió que en casi ningún país del mundo con una inflación como la que tiene Chile, existe un instrumento similar.
Pese a ello, el exmiembro del consejo del emisor es partidario de que se mantenga.
“Sigo siendo partidario de que exista la UF, porque creo que permite reducir la distorsión que provoca la inflación, en la medida en que pueda tener sus contratos o transacciones expresadas en UF. Creo que sigue siendo útil”, sostuvo.
-¿Hay que terminar la UF?
-“No”, responde Rafael Romero, DBA en Finanzas de la Universidad de Boston y académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado.
-“La UF es solo una unidad de medida que trata de mantener un poder adquisitivo constante al irse reajustando por la variación porcentual del IPC; es un flagelo para aquellos que no se pueden proteger. Formas de protección contra ella son comprar dólares, oro, hacer depósitos plazo, invertir en la bolsa”, sostiene el experto.
¿Qué hacen los países que no la tienen? Vittorio Corbo explica que aquellas economías con inflaciones medianas o altas y variables no tienen financiamiento de mediano y largo plazo en UF pero los tienen usando una moneda de otro país más estable como unidad de cuenta o medio de pago, generalmente el dólar de EE.UU.
“Dado que los ajustes cambiarios son generalmente abruptos y pronunciados eso termina penalizando el financiamiento de largo plazo, con grandes costos para el crecimiento y para el bienestar, especialmente de la clase media”, comentó el experto.
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