Censo postergado para 2024: Asociación de trabajadores del INE alerta por bajas remuneraciones y clima laboral

INE entregó resultados oficiales del Censo 2017

A través de una declaración pública la Anfine señaló que “la postergación del proyecto Censo, por la dimensión de su presupuesto, su implementación de equipo gabinete y conformación de personal, hace más evidentes los conflictos estructurales y de gestión al interior de la institución".


El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha postergado en dos oportunidades el Censo 2022. En primera instancia sería en marzo de ese año, pero se pospuso primero para marzo de 2023 y recientemente se trasladó hasta marzo de 2024.

Si bien la pandemia ha jugado un rol importante en estos sucesivos retrasos y ha sido el argumento central que ha entregado el organismo estadístico, también hubo otros problemas durante el trabajo previo que son relatados en una denuncia por tutela laboral que presentó la exjefa del Censo, Lorena Espinosa, quien acusa una injustificada no renovación de su contrato. Espinosa lideró este proceso desde octubre de 2019 hasta noviembre de 2021.

Retrasos en la planificación, bajas remuneraciones para profesionales, ejecución ineficiente de procesos, falta de herramientas tecnológicas y clima laboral, son la serie de hechos que se describen en dicha denuncia interpuesta a fines de noviembre de 2021 ante los tribunales laborales.

Esos hechos son respaldados por la Asociación Nacional de Trabajadores del INE (Anfine), quienes afirmaron a través de una declaración pública que “la postergación del proyecto Censo, por la dimensión de su presupuesto, su implementación de equipo gabinete y conformación de personal, hace más evidentes los conflictos estructurales y de gestión al interior de la institución; situación que exige inmediata y seria atención por parte de las autoridades competentes”.

XVIII Censo de Población y VII de Vivienda.
Foto: VÍCTOR SALAZAR M./ AGENCIAUNO.

Menciona que “la seria preocupación por el clima laboral y la realidad salarial de los trabajadores y trabajadoras de la institución, hechos relatados en el artículo publicado por La Tercera, y que como organización no podemos desmentir, sino que lejos de ello debemos extrapolar a toda la estructura institucional. El impacto en la salud mental de los trabajadores sometidos a bajos sueldos, sobrecarga laboral y escasas propuestas de solución, pone en riesgo la calidad estadística de todos los productos que del INE dependen”, sostiene el comunicado.

En ese sentido, resalta que “el INE presenta desde hace años los sueldos más bajos del Estado. Esta situación ha provocado una importante rotación de personal en distintos niveles de la estructura, con la consiguiente y permanente fuga de talentos”, y puntualiza que eso ha provocado “una constante merma en la dotación de personal que ha redundado en sobrecargas de trabajo que se han sostenido más allá de las coyunturas del país”.

En su análisis sostiene que la planificación de proyectos que realiza el INE desconoce la experiencia orgánica de los trabajadores de la institución. “El proyecto Censo, así como los concursos a nuevas plazas dentro de los diversos equipos de la estructura del INE, prescinde totalmente de la experiencia técnica y operativa acumulada por nuestros propios trabajadores y trabajadoras. Con ello hipoteca la eficiencia de las discusiones que dan origen, por ejemplo, a un nuevo levantamiento censal y, en otros casos, coarta la carrera funcionaria perjudicando todavía más el clima laboral y la retención de personal calificado”.

Condiciones de trabajo

En el comunicado se afirma que el proyecto Censo invierte importantes sumas de dinero para proveer de equipos computacionales, infraestructura y logística adecuada para el desempeño de las funciones de quienes participan en él, pero se reclama el hecho de que esa misma inversión no se extiende a los otros departamentos. “Entendemos que ese es el estándar mínimo para garantizar un buen desempeño de los equipos y debe seguir procurándose. Sin embargo, el resto de la institución se bate en la precariedad material, obligándose a realizar sus labores permanentes con equipos computacionales deficientes, infraestructura informática y logística insuficiente y permanentes arbitrariedades que merman la carrera funcionaria. Lo anterior sumado al ya mencionado conflicto salarial que incluso mantiene hoy a más de 300 trabajadores, a nivel país, por debajo del propio estándar INE”.

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