Chile al 2030: un país que confía en su prosperidad
"En momentos en que la legitimidad de las instituciones atraviesa uno de sus peores períodos, el desafío es devolver la confianza con hechos y acciones concretas".
Chile enfrenta un momento crucial para su futuro. Los últimos años han estado marcados por un contexto social de insatisfacción ciudadana, a lo que se suma la crisis generada por la pandemia, con amplio impacto. Como nunca las personas, empresas, instituciones y gobierno, estamos llamados, cada uno desde su rol, a impulsar un mejor Chile para el mañana.
Con ese espíritu nació y se desarrolló el informe “Visiones que transforman: Un Chile inclusivo y con empleos de calidad al 2030″. Lejos de aspirar a construir un manual, lo que logramos junto a la Fundación Democracia y Desarrollo y el equipo de 35 expertos, de reconocida capacidad técnica en diversas áreas, que trabajaron en la preparación de este documento, fue poner al centro de la discusión la construcción de un mejor futuro para el país, dando forma a una iniciativa concreta.
Sin duda, proyectar la prosperidad de un país es complejo y subjetivo, por eso este ejercicio está respaldado por datos, cifras y procesos cuantitativos comprobables hasta por los más escépticos. Como conclusión, este trabajo demuestra que Chile sí tiene una oportunidad real de recorrer un camino mejor, de generar más y mejores empleos, levantar la capacidad de crecimiento, la productividad e innovación de largo plazo, bajo una mirada de mayor inclusión, bienestar y, aún más importante, equidad en la distribución de los ingresos.
Sin embargo, nada de esto será posible sin voluntad, entendiendo que proyectar un Chile próspero requiere acuerdos, consensos y mucha resiliencia. Desde que iniciamos la construcción del informe “Visiones que transforman: Un Chile inclusivo y con empleos de calidad al 2030″ sabíamos que el éxito de las propuestas enfrentará diversos desafíos, desde la esfera política, financiera y de implementación.
En momentos en que la legitimidad de las instituciones atraviesa uno de sus peores períodos, el desafío es devolver la confianza con hechos y acciones concretas. Trabajar con un propósito renovado que ponga al centro el bienestar de las personas, fortaleciendo la colaboración público-privada; sin dejar de lado la atracción de inversión extranjera acompañada de mejores prácticas, manteniendo un ambiente de negocios saludable y dinámico, tanto para pequeñas, medianas y grandes empresas que potencie la generación de mejores empleos futuros es posible, si pasamos de la preocupación a la ocupación.
En la construcción de este informe los acuerdos fueron una pieza fundamental del proceso para llegar a la versión final de un documento convocante e inclusivo en donde todos tienen un rol y una invitación para ser parte de estas grandes transformaciones. En este sentido, el rol de los ciudadanos y su papel en la co-creación de las soluciones, es fundamental para que podamos optar a un Chile mejor.
En definitiva, alcanzar aumentos de productividad cercanos a US$16 mil millones, equivalentes a un incremento adicional de las proyecciones actuales de 2,8 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto, así como obtener mayores tasas de participación (cerca de 840 mil empleos adicionales) de hombres, mujeres y jóvenes es posible, si reconstruimos confianzas y trabajamos en consensos que no pierdan nuestro gran norte: proyectar el Chile que queremos y merecemos al 2030.
El autor es CEO & Managing Partner de Deloitte