Chile podría producir 8,9 millones de toneladas anuales de amoniaco verde a 2030 según estudio de agencia alemana

Energía solar

El potencial de energías renovables con que cuenta el país permitiría una producción competitiva a gran escala, principalmente en las regiones de Antofagasta y Magallanes, que además cuentan con infraestructura portuaria para la exportación de combustibles. Pero se requiere un marco regulatorio específico para esta industria, advierte GIZ.


El hidrógeno verde podría alcanzar en Chile uno de los costos nivelados de producción más competitivos del mundo a 2030. Así lo asegura el estudio “Industria del Amoníaco: estado actual y oportunidades para la descarbonización”, realizado por el Programa Energías Renovables y Eficiencia Energética de GIZ, agencia alemana especializada en la cooperación técnica para el desarrollo sostenible.

El análisis aborda las oportunidades que ofrece el amonio para la transición energética, como combustible y carrier (transportador) de hidrógeno. Destaca que diversos actores nacionales e internacionales visualizan al país como polo de desarrollo para sus proyectos, producto de la gran cantidad de energías renovables disponibles: solar fotovoltaica en el norte y centro-norte y eólica en el extremo sur, además de recursos hidroeléctricos y geotérmicos en distintos puntos.

El amoníaco verde se produce utilizando hidrógeno verde, que es hidrógeno generado usando electricidad proveniente de fuentes renovables mediante el proceso de electrólisis. Para que el amoníaco se considere totalmente “verde”, el nitrógeno también debe ser obtenido utilizando electricidad renovable.

Según estimaciones basadas en los proyectos anunciados públicamente, para 2030 estima un potencial de producción de amoniaco verde de aproximadamente 8,9 millones de toneladas al año, equivalente al 48,3% del amoníaco comercializado a nivel mundial y al 5% de lo que se produjo en el mundo en 2020. Entre los proyectos considerados en el análisis están HyEx, impulsado por Engie y Enaex; uno de AKER Clean Hydrogen (ACH) y Mianstream Renewable; HOASIS, de TCI GECOMP; Pauna Greener Future, de Statkraft Chile; HNH Energy, desarrollado por AustriaEnergy junto a Ökowind; H1 Magallanes, de CWP Global y H1 América; Selknam, de Albatros y Alfanar; H2 Magallanes, de Total Eren; y Proyecto Tango, de Gasco, HyNewGen, Linde, Vopak y Port of Rotterdam.

Rodrigo Vásquez, coordinador ejecutivo del programa señala que el estudio da cuenta de que aun cuando los niveles de producción y exportación de amoníaco verde proyectados suenan prometedores, Chile debe avanzar rápidamente en un marco regulatorio específico en concordancia con las normativas de los países receptores del amoniaco, así como también en identificar y mitigar los posibles impactos ambientales y sociales asociados a este tipo de proyectos a gran escala. El documento enfatiza que si bien el amoníaco verde puede influir de manera importante en la transición hacia la carbono neutralidad, su oferta y demanda debe ser estimulada por políticas y mandatos para el pronto desarrollo del mercado, al igual como lo fueron las energías renovables hace algunos años.

De importador a exportador

Asumiendo que todos los proyectos anunciados de producción de amoníaco verde llegan a producir las cantidades declaradas, Chile pasaría de ser importador de amoniaco a uno de los productores y exportadores líderes de amoniaco verde a nivel mundial. Pero para que esto ocurra se necesita infraestructura para el almacenamiento y transporte de este producto.

Con la futura producción de amoníaco verde también se prevé una oportunidad importante para la descarbonización de la producción de explosivos, específicamente del nitrato de amonio. Además, daría la oportunidad a Chile de disponer del amoníaco verde para usos como para la producción de fertilizantes verdes así como combustible para barcos o la producción de energía, ya sea a través de motores de combustión interna, calderas para producir el vapor que alimenta turbinas, directamente en turbinas o mediante una celda de combustible.

El estudio agrega que los objetivos de descarbonización para el sector marítimo podrían tener beneficios en cadena en países como Chile, al catalizar el desarrollo de infraestructuras sostenibles, atraer inversiones, crear puestos de trabajo y mejorar la balanza comercial al reducir la dependencia de combustibles importados.

Para que esta industria sea viable y desencadene crecimiento económico, además de producir el amoníaco verde a precios atractivos, requiere contar con infraestructura portuaria, de transporte y almacenamiento que permita manejar de forma segura grandes cantidades de amoníaco.

Actualmente cerca del 100% del amoníaco se produce en el mundo con combustibles fósiles, principalmente a través del reformado de gas natural y la gasificación con carbón.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.