Columna de Anette Krohn: “Emprendimiento Biotech: de la Patagonia al mundo”

"El informe de Estrategia Regional de Desarrollo Los Lagos 2030 cifró el gasto en I+D en $23.053 millones en 2018. Esto posicionó a la región como la cuarta con mayor porcentaje de participación del Estado en esta área, aspecto impulsado en gran parte por el desarrollo del sector acuícola y pesquero".
La Patagonia chilena se está consolidando como un polo de innovación y emprendimiento biotecnológico por múltiples factores que, en su conjunto, están contribuyendo en el despliegue de una infraestructura única para Chile, que favorece la investigación y el desarrollo de tecnologías orientadas hacia las tradicionales industrias de agricultura, ganadería, acuicultura y pesca.
El cambio se remonta a varios años antes de la pandemia, cuando comenzaron a establecerse en la región emprendimientos vinculados al “life science”, cuya complejidad incluso hizo posible el desarrollo de ciencia enfocada en la detección, tratamiento y cura de enfermedades.
Muchos nacieron hace más de dos décadas por fundadores provenientes de la zona, quienes partieron con proyectos relativamente sencillos que mutaron a la par de las necesidades de sus clientes y los recursos que generaban hasta transformarse en soluciones de alto impacto. Otros surgieron a partir de un segmento de aventureros que, buscando una condición o ingrediente especial, estableció sus negocios en esta zona, apoyando sus operaciones en equipos remotos, servicios y tecnología altamente sofisticada, y fondos de capital ángel, de riesgo o corporate VC.
Pero independientemente de las bases sobre las que se construyeron, muchos de estos emprendimientos se convirtieron o se están convirtiendo en grandes referentes. Destacan casos como el de Kura Biotech, Bioled, Innovex y Patagonia Biotecnología, entre otros. Negocios con potencial de alto impacto que cargan la ciencia y biotecnología en su corazón y que tienen el rol de llevar innovación desde la Patagonia al mundo.
Iniciativas como las antes mencionadas han hecho de esta parte del país un hub atractivo para nuevos emprendedores, muchos de ellos atraídos por quienes se atrevieron antes, aquellos que lo están haciendo, y por organizaciones que han contribuido a dinamizar el ambiente. También han captado la atención de talento avanzado, alternativas de inversión como lo son Südlich Capital, Austral Angels, Imagine Waves y ScaleX, y de organizaciones de renombre como UC Davis, Stanford, Ganesha Lab, Fundación Chile, Sofofa Hub y Ocean Visions.
Lo anterior no es arbitrario, sobre todo considerando que el informe de Estrategia Regional de Desarrollo Los Lagos 2030 cifró el gasto en I+D en $23.053 millones en 2018. Esto posicionó a la región como la cuarta con mayor porcentaje de participación del Estado en esta área, aspecto impulsado en gran parte por el desarrollo del sector acuícola y pesquero.
Pareciera que la materia prima está, y tanto los factores geográficos como su biodiversidad parecen alinearse con las posibilidades de desarrollar soluciones con ciencia aplicada para el mundo. Tenemos una oportunidad única de posicionar a la Patagonia como el principal hub de innovación y biotecnología de América Latina, pero debemos trabajar juntos en crear las condiciones óptimas.
En la década de los 50, en Silicon Valley, ocho emprendedores catapultaron uno de los hub más importantes de tecnología. Hoy a nivel local estamos logrando una masa crítica de talentos extraordinarios que seguirá creciendo a medida que logremos mantener nuestras ventajas y avanzar en un ambiente que sueñe y respire ciencia, innovación, y en el que se potencien las redes de colaboración. Y para agilizar aquel proceso, debemos poner de nuestra parte, pues la región está atenta a propuestas y aportes.
* La autora es gerente de Endeavor Patagonia