Columna de Juan Carlos Guajardo “Por qué el precio del cobre es más alto de lo esperado”

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Cobre anota su mayor caída diaria en 3 meses tras triunfo de Trump

"Hoy puede aún parecer paradojal que en un año con posibilidades de recesión el precio del cobre muestre una tendencia al alza, pero los factores geopolíticos han cambiado el marco económico y los mercados tienden a anticipar sus efectos".



El año 2023 ha comenzado con una fuerte alza en el precio del cobre, desconcertando a muchos analistas que anticipaban una tendencia negativa para este año debido a la inminente recesión en Estados Unidos y otros países occidentales.

La reunión del partido comunista chino en octubre de 2022 y las cumbres internacionales realizadas hacia finales del año pasado, particularmente la G20 en Indonesia, establecieron un punto de quiebre que comienza a verse reflejado en un mejor panorama para la economía internacional.

En cuanto a China, Xi Jinping consolidó su poder de manera decisiva por sobre la disidencia, permitiéndole un margen de maniobra mucho mayor. El fin de la política Covid-0 que está abriendo la economía china probablemente se facilitó luego de estos acontecimientos.

Por otra parte, tras la cumbre del G20, EE.UU y su aliados han comenzado a moderar su retórica contra el gigante asiático, en una especie de tregua implícita que le ha permitido a China comenzar un proceso de apertura económica. Este cambio involucra no solo el fin del Covid-0 sino también estímulos al mercado inmobiliario.

Esta tregua implícita se explica porque Estados Unidos necesita un mejor ambiente económico global para enfrentar un año difícil, rozando una recesión y con presiones inflacionarias. Pausar el acorralamiento a China, especialmente por el tema Taiwán, es un alivio para el gigante asiático y asimismo podría contribuir a dar espacio de maniobra a la FED para aminorar las subidas de tasas de interés. No se debe perder de vista que ya está en marcha la campaña presidencial de Estados Unidos para 2024.

Estos dos factores han sido internalizados por buena parte de mercado, lo que se expresa con subidas en el valor de activos como el cobre.

Existen adicionalmente otros factores a considerar. En primer lugar, las menores tasas de interés en Estados Unidos depreciarán el dólar, que es un factor gravitante en mejores precios de commodities. También, los niveles de inventarios de cobre se encuentran en niveles extremadamente bajos, lo que podría ocasionar episodios de fuertes alzas a lo largo del año.

Finalmente, los problemas de producción minera en América Latina no hacen sino aumentar cada día. Panamá se encuentra en una oscura negociación con una importante compañía minera internacional por la suerte de una de las grandes minas de cobre en el mundo; Perú se encuentra enfrentando una agudización de su larga crisis política con efectos negativos en varias minas en el sur del país. Y Chile decepciona todos los meses con caídas que reflejan los efectos de la sequía, las medidas del Covid-19 y los problemas de los proyectos de Codelco.

Todo esto ocurre con el trasfondo de un aumento de la demanda de cobre por la llegada de la economía descarbonizada.

Hoy puede aún parecer paradojal que en un año con posibilidades de recesión el precio del cobre muestre una tendencia al alza, pero los factores geopolíticos han cambiado el marco económico y los mercados tienden a anticipar sus efectos.

De todos modos conviene ser cautos pues el mundo es cada vez más volátil. Tal como la geopolítica propició un mejoramiento económico, podría perfectamente revertirlo. Y el hecho que se esté evitando una crisis mayor en 2023 no significa que el riesgo haya desaparecido, pues la economía mundial sigue altamente endeudada y el desacoplamiento mundial sigue su impredecible curso.