De “No+AFP” a “Con mi plata no”: los tres puntos de inflexión que cambiaron el foco del debate previsional
Un estudio hecho por Criteria llamado “Sistema previsional y subjetividades: del `No+AFP` a `#Conmiplatano´”, analiza el cambio de visión que tuvo la ciudadanía en los últimos años sobre el sistema previsional. En 2018, un 81% de los encuestados por Criteria estaba de acuerdo con que el sistema debía ser totalmente estatal. Este año, en cambio, el 61% de las personas dijo querer elegir quién administra la cotización adicional, y bajó la preferencia por una institución estatal a 26%.
Miles de personas se reunieron en las calles de distintas ciudades a lo largo del país el domingo 24 de julio de 2016 para protestar contra el sistema de pensiones bajo la consigna “No+AFP”. Fue la primera marcha multitudinaria que se vio en el país por este motivo. Desde la coordinadora aseguraron que ese día asistieron alrededor de 750 mil personas de Arica a Punta Arenas.
El movimiento pedía un sistema de reparto, solidario, tripartito y administrado por el Estado. Durante los meses siguientes las marchas continuaron. La segunda convocatoria de No+AFP dio inicio a la llamada “segunda fase”, que buscaba debilitar a las AFP. Su vocero, Luis Mesina, pidió a los asistentes cambiarse masivamente hacia el multifondo E. En la tercera marcha, el llamado fue a salir masivamente de dos administradoras: Cuprum y Provida.
La entonces presidenta Michelle Bachelet tuvo que salir a descartar que el país pudiera volver a un sistema de reparto, y anunció un proyecto de pensiones en 2017 que nunca vio la luz. Era su último año de gobierno. En 2018 asumió la presidencia Sebastián Piñera, en un contexto en que la visión de la ciudadanía sobre las AFP no era muy distinta: en diciembre de ese año, un 81% de los encuestados por Criteria estaba “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con que “el sistema de pensiones (AFP) debiera ser totalmente estatal”.
Además, el movimiento No+AFP continuaba con una amplia legitimidad ciudadana, ya que el 80% lo aprobaba. “Los resultados de aprobación al movimiento parecían ser inversamente proporcionales a la mala imagen de las administradoras privadas”, dice un estudio al respecto hecho por Criteria, llamado “Sistema previsional y subjetividades: del `No+AFP` a `#Conmiplatano´”, que analiza el cambio de visión que tuvo la ciudadanía en los últimos años respecto de las AFP y lo que las personas ahora quieren del sistema previsional.
En los sondeos de esa época, “las AFP no sólo eran mal evaluadas, sino que además se las catalogaba como las responsables de la situación de las pensiones en Chile”, ya que un 63% opinaba eso, recuerda el estudio. Y agrega que “un número importante de personas, ya en 2018, consideraba que era una buena opción eliminarlas con tal de mejorar la situación de las pensiones en el país”.
El director y fundador de Criteria, Cristián Valdivieso, explica que el movimiento No+AFP se consolidó en 2016, cuando empezaron a jubilar las primeras personas que estuvieron en el sistema de AFP durante toda su vida laboral, pero cuyos montos que recibieron como pensión no cumplieron las expectativas mínimas.
“Lo que hace el movimiento es traspasar toda la responsabilidad de las malas pensiones a las AFP. La historia corta era: terminando con las AFP se arregla el problema de las pensiones (...) En ese contexto, la gente dice: bueno, vamos a un sistema estatal, o de reparto, o de otra índole. Eso, sin tener demasiadas distinciones sobre qué significaba un sistema de reparto, pero teniendo la rabia contra las AFP”, sostiene Valdivieso sobre el respaldo que en ese momento daba la gente a un sistema administrado por el Estado.
El viraje
Casi seis años después de esa primera multitudinaria marcha contra las AFP, el escenario es muy distinto. Según un sondeo hecho por Criteria en octubre de 2021, cuando se les consultó a las personas sobre la cotización adicional que se proponía para la reforma previsional, un 54% prefería poder elegir si lo administra un ente estatal o la AFP, un 36% una institución estatal, y un 10% quería que lo administre la AFP. En abril de 2022, al hacer la misma pregunta, subió la preferencia de elegir entre ente estatal y AFP a 61%, y bajó la elección de una institución estatal en 10 puntos porcentuales, a 26%. Por su parte, que lo administre la AFP se elevó a 13%.
¿Qué fue lo que modificó la percepción de las personas entre 2016 y 2021? Hubo tres hitos o puntos de inflexión que según Valdivieso cambiaron el foco de la discusión. Primero, el proceso constituyente de la expresidenta Bachelet, donde se realizaron cabildos ciudadanos, y hubo conversaciones.
“Ahí la ciudadanía se empieza a dar cuenta que la discusión sobre el tema de las pensiones es más compleja que solo terminar con la AFP. Y la misma gente tiene esa noción: ponen el foco en el resultado más que en el método, en conseguir buenas pensiones más que en el tipo de sistema. Y por otro lado, la gente misma dice ‘mira, el problema con la AFP es que dan malas pensiones, pero el problema no es que existan, es que son las únicas’”, plantea Valdivieso.
Ahí el estudio de Criteria también menciona que empezaron a aparecer algunos atributos que la gente sí valora del sistema actual y que no les gustaría perder: libertad de elegir, propiedad privada y esfuerzo individual. “La discusión en torno al problema previsional empieza a tomar otros ribetes donde se complejiza, y ya no es un problema de No+AFP, sino de: qué hacemos para mejorar las pensiones”, puntualiza Valdivieso.
El segundo gran punto de inflexión fueron los retiros de fondos previsionales. Si bien los parlamentarios llegaban a votar los proyectos de retiros con carteles de “No+AFP”, lo cierto es que el efecto de los retiros terminó siendo totalmente contrario.
“Ahí se refuerza con mucha nitidez la idea de que efectivamente las personas, con su esfuerzo, con su capitalización y con su pilar contributivo, sí estaban generando un ahorro que la gente quiere que le pertenezca. Y sí, esa plata existe, esa plata se reconoce, esa plata está ahí para la pensión”, argumenta Valdivieso.
De hecho, según el estudio de Criteria, “la propiedad privada es uno de los principios elementales de la cultura chilena y que tiene su correlato en el sistema de pensiones. Las personas destacan la importancia de tener propiedad sobre sus fondos, lo que se relaciona con la preferencia por una cuenta propia donde se administren sus ahorros. Este principio se muestra con toda su fuerza al tratar el tema de la heredabilidad de los fondos, cuando las personas, de manera casi unánime, se inclinan porque los fondos sean privados y heredables”.
De acuerdo a un sondeo de Criteria, en 2021 el 96% estaba “de acuerdo” o “muy de acuerdo” con “que, en caso de fallecimiento del trabajador, los fondos sean heredados por su familia”.
En tanto, el tercer gran punto de inflexión fue el proceso constituyente. Llegó justo después de los retiros de fondos. Entre las iniciativas ciudadanas que se presentaron ante la Convención Constitucional, “Con mi plata no” fue la iniciativa popular de norma más votada, sumando 60.852 apoyos. Luego siguió acumulando firmas y llegó a más de 100 mil. Dicha iniciativa buscaba que haya una Pensión Básica Universal, asegurar la propiedad de los fondos pasados y futuros junto con que sean heredables, el derecho a elegir quién administra los fondos, y equidad de género.
En paralelo, la iniciativa popular impulsada por la coordinadora NO+AFP contó con 24.110 apoyos de la ciudadanía, y proponía acabar con las AFP, que se entreguen prestaciones definidas, con una gestión y administración del sistema que sea pública.
Los apoyos que lograron una y otra iniciativa son lo mismo que se refleja actualmente en las encuesta: según un sondeo de Criteria de 2021, de cara al debate constitucional el 68% de las personas preferiría que en el futuro “exista libertad para elegir entre el Estado y administradoras privadas”, mientras que un 27% quería que “las pensiones sean administradas y gestionadas por el Estado”, y un 5% por administradoras privadas.
Sin embargo, cuando se votaron por primera vez ambas propuestas en la Convención, la Comisión de Derechos Fundamentales rechazó en general la iniciativa popular más votada “Con mi plata no”. En cambio, los constituyentes aprobaron la idea de No+AFP.
“En ese momento la gente dijo ‘no, hasta aquí no más llegamos, algo pasa acá'. Se empezó a imaginar que los fondos de pensiones y el esfuerzo de cada una de las personas se iba al tacho de la basura, que eventualmente se lo podía tragar el Estado y no tener necesariamente un control respecto de ese esfuerzo. Y ahí la gente en las encuestas y en los estudios de opinión empezó a tomar aún más distancia y a levantar con mucha fuerza la relevancia que tenía la libertad de elegir, la capitalización individual y que el esfuerzo de cada uno rindiera en las propias cuentas individuales”, analiza Valdivieso.
Esos tres puntos son, a juicio del director de Criteria, los que hicieron que las personas tuvieran la inquietud sobre un sistema previsional que no esté articulado solo en torno al Estado, pero tampoco solo en torno a los privados. A ello también contribuyó el cambio de posición y de estrategia por parte de las AFP como actor gremial, desliza el estudio.
“¿Eso quiere decir que la gente en Chile no es para nada solidaria? No. Eso quiere decir que la gente sí valora mucho el esfuerzo individual y cómo éste se expresa en capitalización, y que les gustaría que la diferencia de la solidaridad se hiciera fundamentalmente con impuestos generales”, precisa.
De hecho, Adimark al preguntar en 2017 a las personas sobre “qué porcentaje de su sueldo está dispuesto a aportar a un fondo común para mejorar las pensiones de los actuales pensionados y no de usted”, obtuvo que el 64% respondió que no estaría dispuesto a dar un porcentaje de su sueldo, un 27% estaría dispuesto a dar entre 1% y 5%, y 2% era el porcentaje promedio dispuesto a dar de su sueldo.
En actual contexto, en que el Rechazo a la nueva Constitución tuvo un aplastante triunfo en el país, el gobierno dio señales de cambio en el ritmo de sus reformas, entre ellas la previsional, y dijo que buscarán mayores acuerdos.
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