Economía chilena tuvo una leve recesión técnica en 2022, pero aceleró su ritmo en el cuarto trimestre
La actividad cayó 1% en diciembre y con ello, el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,7% en 2022. Pese a esta sorpresa positiva, la actividad económica tuvo una leve recesión técnica. Esto porque en la serie desestacionalizada se contrajo tres trimestres consecutivos, desde el primero al tercero del año pasado.
Un mejor cierre de año tuvo la actividad económica el año pasado. Y esto se debió a que el Índice Mensual de la Actividad Económica (Imacec) de diciembre cayó menos de lo esperado por el mercado que esperaba una contracción entre 1,4% y 2,8%. No obstante, el Banco Central (BC) informó que la economía se contrajo 1%. Con ello, el año fue mejor al 2,5% esperado, anotando un alza de 2,7%.
La serie desestacionalizada aumentó 0,4% respecto del mes precedente y cayó 1,0% en doce meses . El mes registró un día hábil menos que diciembre de 2021. De acuerdo al BC, la caída del Imacec fue explicada por el comercio y la industria manufacturera, resultado que fue compensado en parte por el crecimiento de los servicios. En tanto, el aumento del Imacec en términos desestacionalizados fue determinado por el desempeño de los servicios.
El Imacec no minero presentó una disminución de 1,1% en doce meses, mientras que en términos desestacionalizados, creció 0,5% respecto del mes anterior.
Recesión técnica
Pese a esta sorpresa positiva, la actividad económica tuvo una leve recesión técnica. Esto porque en la serie desestacionalizada -actualizada este miércoles- se contrajo no solo dos trimestres consecutivos en la serie desestacionalizada, sino que tres. El primer trimestre, el PIB desestacionalizado tuvo una caída de 0,5%, el segundo cayó -0,1% y el tercero una merma de -1,4%. Pero ya en el cuarto tuvo una leve recuperación con un alza de 0,6%.
Una recesión técnica es cuando se contrae el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos en la economía de un país. Los expertos señalan que este es un indicador fundamental para los bancos centrales, junto con la inflación, ya que es cuando consideran subir o bajar las tasas de interés.
Los economistas afirman que era necesario que se diera este ajuste y que la economía tuviera una recesión técnica para retirar la liquidez presente en la economía.
Martina Ogaz, economista de Euroamerica, sostiene que, “si se miran las cifras de liquidez como el M1, las decisiones de política monetaria y fiscal sí tuvieron resultado positivos ante una liquidez que se ha ajustado de forma importante, incluso volviendo a los niveles previos a esta expansión”.
Por lo tanto, añade que “si se observan las cifras, las decisiones que tomo el Banco Central como Hacienda eran recomendables ante un ajuste macroeconómico que se sabía iba a ser bastante duro para las personas ante una inflación que se elevó de forma importante a niveles no registrado en décadas”.
Francisca Pérez, economista de Bci, argumenta que “puede que haya parecido que la recesión que hubo entre el primer y tercer trimestre haya sido leve porque muchos otros indicadores no se ajustaron en igual medida”, dice y añade que “el mercado laboral durante ese periodo no se ajustó a la baja fuertemente y aún había sectores que crecían y la inflación continuó aumentando hasta agosto. Fue una recesión dispareja y quizás fue más “técnica”, que una real recesión”.
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