El deterioro de la situación financiera de los hogares que preocupa al Banco Central
La Razón Carga Financiera Ingreso (RCI) para los quintiles I a IV llega a 13,2 veces, por sobre el 10,6 de marzo de 2022, mientras que para el V quintil es 7,6 veces, mayor al 6,1 de marzo de 2022.
Ingresos disminuidos, menos ahorro y mayor exposición a variaciones en las tasas ante un uso más intensivo de líneas y tarjetas de crédito, forman parte del escenario de los hogares sobre el que el Banco Central alertó en su Informe de Estabilidad financiera del primer semestre de 2023.
En esa línea, el BC señala que los niveles de impago crecieron “principalmente en créditos de consumo —mayormente rotativos— y con mayor intensidad entre los deudores de menores ingresos. Desde mediados de 2021, el aumento del impago ha sido transversal por nivel de ingreso, aunque con mayor velocidad entre los deudores de menores ingresos para ambas carteras. En deudas de consumo, el incremento se ha dado con mayor intensidad. En particular, los créditos rotativos han ganado participación en el impago desde 2022″.
En un capítulo titulado La respuesta financiera de los hogares a la pandemia y sus vulnerabilidades en el contexto actual, el Central analizó los efectos de las ayudas estatales a los hogares en medio de la crisis del Covid, así como las mayores niveles de endeudamiento actuales.
Según detalla el IEF, considerando los retiros previsionales, las medidas de apoyo directo a los hogares fueron equivalentes a 28,9% del PIB de 2019, “una cifra casi diez veces superior a la de países como Reino Unido o Bélgica”, y explicó que “la liquidez proveniente de los retiros previsionales no estuvo focalizada en los hogares más afectados por el shock económico provocado por la pandemia y significó una caída mayor en los saldos previsionales de los hogares de menor ingreso”.
Ese shock de liquidez, a juicio del Emisor, redujo la demanda por créditos de corto plazo de los hogares e indujo el repago de este tipo de deuda, con lo que “el menor número de hogares con deuda y la caída en la carga financiera implicaron una reducción transitoria en los indicadores de riesgo de crédito del sector”.
Sin embargo, “los desequilibrios impulsados por el shock de liquidez a los hogares contribuyeron a que desde fines de 2021 los hogares enfrentaran un entorno macrofinanciero cada vez más deteriorado”, esto ante un ambiente con una inflación creciente donde los créditos se volvieron más restrictivos y sufrieron una subida en las tasas.
Según el BC, “el deterioro del entorno macrofinanciero implicó que la liquidez extraordinaria acumulada por los hogares comenzara a reducirse, particularmente entre aquellos de menor ingreso”. A ello, se sumó el que “la inflación afecta la capacidad de pago de los hogares al disminuir su ingreso discrecional, es decir, aquél disponible después del pago de necesidades básicas e impuestos, y que puede servir como colchón ante shocks adversos inesperados”.
Así, la Razón Carga Financiera Ingreso (RCI) para los quintiles I a IV llega a 13,2 veces, por sobre el 10,6 de marzo de 2022, mientras que para el V quintil es 7,6 veces, mayor al 6,1 de marzo de 2022.
Adicionalmente, si para marzo 2022 los saldos líquidos de los hogares era de 24,16% del PIB, para este marzo es de 22,61%
“La inflación también ha incrementado la carga financiera de quienes tienen deuda hipotecaria, presionando la probabilidad de impago. La inflación eleva la carga financiera en hogares con deuda indexada, la que corresponde principalmente a deuda hipotecaria”, dijo el Central.
En esa línea, detalló que si bien la deuda hipotecaria es la más importante para los hogares de todos los quintiles de ingreso, la mayor parte de ésta se concentra en los hogares de mayor ingreso, que cuentan con un mayor margen financiero, lo que constituye un mitigador de este desarrollo.
“Sin embargo, inversionistas minoristas apalancados podrían exhibir alguna mayor vulnerabilidad. En forma adicional a los efectos de la inflación en la deuda indexada, el alza en las tasas de interés ha aumentado la carga financiera de aquellos hogares que tienen créditos rotativos y deuda hipotecaria a tasa variable”, advirtió el Emisor.
Así, sostuvo que “el aumento en el costo de financiamiento de los hogares afecta a aquellos dependientes de créditos rotativos y a aquellos que tienen deuda hipotecaria a tasa variable. Los primeros corresponden mayormente a hogares de menor ingreso, en tanto que los segundos se concentran entre los deudores de mayor ingreso”.
“Alrededor de un 10% del stock de deuda hipotecaria se encuentra indexado a una tasa mixta, mientras solo un 3% lo hace a tasa variable. Se estima que el deudor representativo de créditos hipotecarios a tasa mixta experimentará un aumento de 4 puntos porcentuales en su carga financiera en 2024, lo que constituye un aumento cercano a 20%”, indicó la entidad comandada por Rossana Costa.
Por ello, apuntó que estos desarrollos “han influido en el aumento del impago en la cartera de consumo de los hogares, particularmente en los créditos rotativos y en los hogares de menor ingreso. Aunque la deuda de consumo bancaria todavía se mantiene bajo los niveles de 2019 en términos reales y la carga financiera para el deudor mediano se ha mantenido estable desde el último IEF, el impago de la deuda de consumo ha aumentado en lo más reciente. Este fenómeno es transversal a todos los quintiles de ingreso, aunque se da con mayor fuerza en los hogares de menor ingreso y en la cartera de créditos rotativos”.
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