El experimento que permitiría a tres viñas chilenas rebajar sus costos en 11%

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FOTO:MARIBEL FORNEROD/AGENCIAUNO

Un grupo de investigadores de distintas universidades chilenas analizó con Concha y Toro, Santa Rita y San Pedro Tarapacá cómo la industria podría aprovechar los espacios menos sensibles para generar alianzas que permitan producir a menor precio. “Se trata de un ahorro importante en el sentido de los costos y márgenes que tiene la industria local del vino”, dice uno de los investigadores.


El viejo dicho de que “la unión hace la fuerza” sigue demostrando su vigencia en los negocios. Tres investigadores chilenos que llevan varios años estudiando los beneficios de la colaboración en el ámbito viñatero concluyeron que si algunas empresas del sector abordan su logística en conjunto, podrían alcanzar una rebaja de costos de hasta 11%.

“Colaboración horizontal en la planificación de la cadena de suministro del vino: un estudio de caso chileno”, se llama la investigación de los ingenieros Franco Basso (UCV), Guillermo Ibarra (UDP), Raul Pezoa (UDP) y Mauricio Varas (UDD) que tras analizar la industria concluyeron que bajo una serie de condiciones, como cercanía y tamaño de las operaciones, algunas viñas chilenas pueden ahorrar en sus procesos.

La investigación se concentró en las viñas Concha y Toro, Santa Rita y San Pedro Tarapacá, que además de figurar entre las más grandes de país cotizan en bolsa y analizó las ventajas que tendría para la industria nacional de vino abordar en conjunto algunos de sus procesos más genéricos, reconociendo las diferencias y aprensiones que existen en el sector, sobre todo, en materia de confidencialidad de su información y procesos.

Problemas logísticos, cierres en China, guerra en Ucrania y alta inflación golpean las exportaciones de vinos

“La principal fuente de disminución de costos tiene que ver con el inventario del vino a granel. Hay espacio para poder disminuir la cantidad de vino que se guarda, lo que impacta en despejar espacio en bodegas o disminuir los costos de mantener este tipo de instalaciones y de productos guardados, por ejemplo”, explica Basso.

Márgenes

La rebaja de costos es esencial para que la industria pueda enfrentar el sostenido aumento en el precio de prácticamente todos sus insumos. Al primer trimestre de este año, las principales firmas del sector reportan menores ventas y además mayores gastos financieros provocados por el aumento de las tasas de interés y la inflación. “Se trata de un ahorro de costo total de un 11%, que es un valor importante en el sentido de los costos y márgenes que tiene la industria local del vino”, enfatiza Franco Basso.

A mediados de abril, en medio de las vendimias en la zona centro sur del país, el presidente de la Asociación de Exportadores de Vino de Chile, Aurelio Montes sostuvo que la industria enfrenta una enorme competencia en el exterior, debido a la sobreoferta que generó el cierre de puertos por la pandemia.

Según datos de ODEPA, del Ministerio de Agricultura, en marzo de este año, las exportaciones totales de vino alcanzaron a 64,4 millones de litros, por un total de US$ 132,4 millones: 10,8% menos en volumen y una caída de 17,4% en valor en relación con el mismo periodo de 2022.

Acorde con los estados financieros de Concha y Toro, al primer semestre su venta consolidada disminuyó un 8,4%, con una disminución del 9,7% en el volumen comercializado y sus utilidades cayeron un 82%, hasta los $3.151 millones, mientras que Viña San Pedro Tarapacá (VSPT) registró una baja de 17,7% en sus ventas y una baja de sus utilidades hasta $441 millones. En Santa Rita, la situación fue similar con retrocesos de 33% en el mercado local y de 20,2% en sus exportaciones y pérdidas por $1.059 millones

Áreas muy específicas

Basso aclara que el tamaño de las operaciones y su cercanía son claves para que la rebaja de costos se concrete, puesto que así se podrían crear uniones para el transporte del vino embotellado a los puertos o sus líneas de producción y envasado. “Es necesario definir bien cuáles son los lugares en los cuales se puede hacer esta colaboración, porque claramente hay zonas como todo lo relacionado a la manufactura del vino donde es difícil que haya cooperación por cuanto los enólogos mantienen gran control sobre esa actividad”, advierte.

El subgerente de Negocios de la Viña Santa Rita, Cristóbal Berrios agrega que la vendimia y la logística que hay detrás del negocio vinero son “quizás uno de los mayores desafíos que enfrenta la industria durante el año, especialmente los productores/viñas que reciben uvas desde diferentes zonas del país, y a su vez en múltiples bodegas”. Advierte que ello implica “una alta coordinación entre las diferentes áreas que interactúan en el proceso; campos, bodegas, logística, etc. y por tanto, un alto nivel de involucramiento en las decisiones que se toman día a día”.

El ejecutivo recuerda que en todo caso, compartir buenas prácticas en materias técnicas es algo que se hace normalmente, incluso, a través de la Asociación de vinos de Chile y el Consorcio R&D. “No obstante, en lo que se refiere al estudio realizado nosotros colaboramos con los investigadores, pero no con las viñas”, aclara.

Cómo nació

La investigación nació de la confluencia de dos líneas de trabajo que este grupo de académicos ha desarrollado sobre la operativa y logística en la industria del vino. Decidieron mezclar ambas componentes y analizar a través de la teoría de juegos y herramientas de investigación operativa cuál sería el impacto de una colaboración entre distintas viñas a lo largo de gran parte de la cadena de suministro.

Los investigadores tienen cerca de una decena de artículos publicados sobre la industria del vino, especialmente en la línea de cómo mejorar la cadena de suministros para la reducción de costos. Además de las tres viñas de este estudio han trabajado con otras como Requingua y Casas Patronales, en el Maule.

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