No solo la Central Paposo, en Taltal, Región de Antofagasta, enfrenta dificultades en su tramitación ambiental. Otro gran proyecto de Colbún, la generadora del grupo Matte, atraviesa por retrasos.

Por segunda ocasión en menos de un año, Colbún suspendió la evaluación ambiental del proyecto Parque Eólico Junquillos, solicitando una extensión de plazos. En marzo, la empresa presentó un requerimiento al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), señalando la necesidad de más tiempo para “concluir algunos trabajos en terreno, procesar la información y elaborar reportes” en relación al Estudio de Impacto Ambiental (EIA). En esa oportunidad, se solicitó una extensión hasta el 30 de agosto de 2024.

A pocos días de cumplirse ese plazo, el 29 de agosto de 2024, la eléctrica de la familia Matte volvió a solicitar una suspensión, esta vez hasta el 28 de febrero de 2025. En la nueva misiva, firmada por Daniel Gordon, gerente de sostenibilidad y asuntos corporativos de Colbún, explicó que, aunque estaban preparados para responder mediante una Adenda Técnica Complementaria y de Participación Ciudadana, el proceso de consulta indígena no había avanzado lo suficiente.

El Parque Eólico Junquillos es un proyecto ambicioso ubicado en la comuna de Mulchén, en la Región del Biobío. Su objetivo es conseguir una capacidad de generación de hasta 472,5 MW de energía limpia a través de 63 aerogeneradores, cada uno con una capacidad nominal de 7,5 MW. La energía generada será evacuada a través de una red subterránea de 33 kV hacia la Subestación elevadora Junquillos, que elevará la tensión a 220 kV, para luego conectarse con la subestación Mulchén. El proyecto compromete una inversión de US$ 570 millones y busca, según la empresa, aportar a la matriz energética nacional con energías renovables, consolidando el rol de la región en el desarrollo de este tipo de infraestructura.

Ambas solicitudes relacionadas con el proyecto Parque Eólico Junquillos fueron dirigidas a autoridades del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), con la primera carta dirigida al director subrogante del SEA regional, Nelson Cortés, y la segunda, a la directora del organismo, María Eliana Vega.

Desde Colbún explicaron que “el Proyecto Los Junquillos (473 MW) es un parque eólico ubicado en la comuna de Mulchén, Región del Biobío. A la fecha se encuentra en plena tramitación ambiental de su EIA y Colbún prontamente ingresará la Adenda 2. A la fecha, Colbún ha invertido US$10 millones en el desarrollo de este proyecto y un tema relevante es la consulta indígena, la cual está declarada hace aproximadamente un año y debe ser activada por la autoridad ambiental, proceso que aún no comienza formalmente”.

Colbún cuenta con una extensa cartera de proyectos que ha tenido avances y retrocesos. En agosto y septiembre pasado, el SEA de la Región de Antofagasta decretó el término anticipado de la Central de Bombeo Paposo, por US$ 1.400 millones. La empresa suspendió el proyecto la semana pasada y el SEA nacional removió al jefe del SEA de Antofagasta tras esa decisión.

En contraste, otros proyectos han avanzado. En febrero, el SEA de Arica y Parinacota aprobó una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) para el proyecto fotovoltaico y de almacenamiento de energía Celda Solar de Colbún, que considera una potencia instalada de hasta 421 MW y un sistema de baterías de 240 MW por 5 horas, con 1.200 MWh de energía. La inversión asciende a US$ 450 millones.

Y otro proyecto de gran envergadura, el parque eólico Horizonte, por US$ 700 millones, está avanzando. Este domingo, en la cadena nacional, el Presidente Gabriel Boric, aludió a esa iniciativa, sin nombrarla. “Con el Gabinete Pro Crecimiento y Empleo nos hemos puesto manos a la obra para fiscalizar en terreno el avance de proyectos de inversión pública y privada en cada región del país. Impulsamos, por ejemplo, la construcción del parque eólico más grande de Chile en Antofagasta”, dijo en referencia a ese proyecto de Colbún.

El proyecto Junquillos enfrenta resistencias y preocupaciones por parte de las comunidades locales e indígenas, que han participado activamente en el Proceso de Participación Ciudadana (PAC). Durante las reuniones, los residentes han manifestado inquietudes sobre el impacto ambiental y cultural que podría generar la construcción de los aerogeneradores. Una de las principales preocupaciones es la posible afectación a áreas de relevancia cultural para la cosmovisión mapuche, como el menoko en la Piedra de Dicao, un humedal sagrado para las comunidades locales. Además, los apicultores de la zona temen que el ruido y las vibraciones generadas por los aerogeneradores puedan perjudicar la actividad apícola, una fuente económica importante en la región.

El ruido también ha sido un tema recurrente en las discusiones, con los habitantes preocupados por cómo afectará la operación de las aspas a su calidad de vida. “Tememos que las vibraciones y el ruido constante afecten nuestras viviendas y nuestra tranquilidad”, comentaron varios vecinos durante las asambleas.

Otro punto crítico es el uso de las vías locales durante la etapa de construcción del parque eólico. Los residentes han solicitado que se tomen medidas para evitar la congestión vehicular, especialmente en los horarios punta, y que se garantice el transporte seguro de materiales, ya que temen que “el tránsito de camiones y maquinaria pesada afecte el transporte escolar y la seguridad de las familias”, según lo expresado en una de las reuniones comunitarias.

Por último, las comunidades también han demandado que Colbún asuma un compromiso claro en términos de responsabilidad social. Esto incluye la contratación de mano de obra local durante la construcción y la implementación de programas de compensación económica. “Es fundamental que la empresa invierta en el bienestar de la zona y no solo en el desarrollo del proyecto”, señalaron los líderes comunitarios durante las sesiones de diálogo.