El peso chileno se apresta a cerrar septiembre como la moneda de peor desempeño en el mundo desde la elección de constituyentes
En lo que va de 2021, el dólar acumula un alza de $92,19, es decir, una depreciación de la moneda local, y sólo en septiembre la subida es de $28,45, su quinta alza mensual y la mayor desde marzo 2020.
Temor. Esa es la palabra que describe lo que está ocurriendo con el peso chileno. El escenario político y la incertidumbre por los sucesivos retiros previsionales, con el cuarto retiro aprobado ayer por la Cámara de Diputados, ha llevado a los inversionistas a apostar por el dólar, debilitando a la moneda local, que opera ya sobre los $800.
El tipo cambió cerró $810,5, su mayor nivel desde el 1 de julio de 2020 ($814,07).
En lo que va de 2021, la divisa acumula un alza de $99,4, y sólo en septiembre la subida es de $ 35,7, su quinta alza mensual y la mayor desde enero 2020 ( $44,82).
Pero el registro empeora si es que se toma en cuanta como base el 14 de mayo, un día previo a la elección de los convencionales constituyentes, instancia en la que la derecha obtuvo menos representación de la esperada. Desde entonces, el tipo de cambio se ha apreciado $110, y como contrapartida, el peso chileno se ubica como la moneda que más se debilita frente al dólar entre los mercados emergentes, y la tercera en el mundo (sólo superada por el dólar surinamés y Kyat de Myanmar).
Con esto, el peso se deprecia 13,52% en el período. Y si bien en las últimas semanas la moneda de EE.UU. ha tendido a apreciarse producto del complejo escenario global y el eventual retiro de estímulos ante el avance de las economías y la inflación, desde el 14 de mayo el Dollar Index, que mide una canasta de monedas, sube 4,4%.
Sergio Lehmann, economista jefe de BCI, sostiene que “efectivamente, el peso chileno es la moneda más castigada en el mundo, a pesar del buen desempeño del cobre. Se reconoce detrás de ello un elevado premio por incertidumbre política y medidas populistas. Existen, además, factores estructurales, más de largo plazo, relacionados con una mayor deuda pública, menor crecimiento de largo plazo y un ahorro doméstico que se ha visto golpeado por los retiros de fondos de pensiones”.
De hecho, en el marco de la discusión de la Ley de Presupuesto, la Dipres detalló que los ingresos fiscales anotarían una caída de 7,1%, con respecto a la proyección de ingresos efectivos para 2021, y además considera la posibilidad de emitir deuda pública hasta por US$21 mil millones en 2022.
Marco Correa, economista de Bice Inversiones, dice que “si bien durante las ultimas semanas hemos visto una mayor volatilidad en el ámbito internacional, la mayor parte del debilitamiento del peso se debe a factores locales (como lo demuestran las posiciones netas de los inversionistas extranejeros, que apuntan hacia una apreciación). En el corto plazo tenemos la votación del cuarto retiro de fondos y las elecciones presidenciales y parlamentarias de las cuales hay muy poca claridad de quién será el triunfador. También hemos visto que las carteras de inversión locales están más dolarizadas, aumentando aún más la demanda por esas divisas y por tanto su precio”.
Martina Ogaz, economista de EuroAmerica, apunta que “el tipo de cambio local ha internalizado un escenario político económico más incierto en el mediano plazo, escenario de mayor incertidumbre que se ha mantenido ante las serie de elecciones este año y, por sobre todo, la próxima elección presidencial que aún se mantiene abierta y sin un ganador claro aún, y una discusión constitucional que muy probablemente toque temas económicos que podría generar una mayor volatilidad como es el caso de una eventual discusión sobre la autonomía del Banco Central o un mayor gasto fiscal en los próximos años, entre otros temas”.
¿Pero qué pasaría si se aprueba un cuarto retiro de fondos previsionales? “En el corto plazo el efecto es apreciativo para la paridad, aunque no creo que llegue a niveles bajo los $780. En el mediano plazo, el efecto es depreciativo ya que la mayor liquidez ha generado un aumento del ahorro en moneda extranjera sumado a las mayores presiones inflacionarias. El escenario anterior, dejaría una paridad en niveles sobre los $810″, dice Ogaz.
En esa línea, Correa dice que “de corto plazo debería haber una apreciación (del peso) por un flujo de ventas de dólares por parte de las AFP, pero duraría poco y volvería la mayor deprecación por la incertidumbre”.
Para Lehmann, de aprobarse un cuarto retiro el dólar en el mediado plazo alcanzaría los $850, esto a pesar de que “transitoriamente podría caer por las liquidaciones que se verían obligadas a hacer las AFP”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.