“Es un acto de guerra”: Wall Street y los grandes inversionistas enjuician la política arancelaria de Trump

Varios gigantes del mercado de valores estadounidense rechazan enfáticamente la caótica agenda económica del Presidente estadounidense, argumentando que la incertidumbre generada por sus anuncios ha causado desconfianza en los consumidores. Por lo mismo, se han acrecentado las apuestas de una recesión. Con todo, también hay actores de la bolsa que apoyan su actuar.
Cuando Donald Trump se convirtió formalmente en el candidato repubicano a la Casa Blanca hubo un hormigueo en Wall Street. Para nadie es un misterio que, exabruptos más exabruptos menos, el empresario es promercado y muy sensible a cómo reacciona Wall Street a la gestión y los anuncios económicos.
Y esto no hizo más que confirmarse con su triunfo frente a Kamala Harris. El 6 de noviembre pasado, Wall Street, el mayor mercado bursátil del mundo, tuvo la mejor jornada postelectoral de su historia, tras la segunda llegada del republicano a la presidencia.
“Una victoria de Trump es positiva para la renta variable y refuerza nuestra preferencia por acciones estadounidenses frente a europeas”, dijo por ese entonces el equipo de estudios de Julius Baer.
La luna de miel de Trump con los mercados duró varias semanas y, de hecho, el Dow Jones alcanzó máximos históricos a principios de diciembre y estuvo muy cerca de romper esa marca a inicios de febrero, mes en el que sí lo logró el Nasdaq 100.
Pero todo comenzó a cambiar cuando Trump reflotó la guerra comercial. Anunció alza de aranceles para México, Canadá, China y Europa, medidas que encontraron sus respectivas represalias, las que a su vez fueron contestadas con amenazas por parte del mandatario estadounidense.
La escalada arancelaria tumbó los mercados, provocó severas pérdidas y, de hecho, los principales indicadores de Wall Street llegaron a perder todo lo ganado desde que Trump se alzó en las elecciones. Tanto así, que la semana pasada entraron en terreno de corrección.
Los mercados se han llenado de dudas. Y razones hay. JP Morgan elevó en 10 puntos, a un 40%, la probabilidad de que Estados Unidos, que se suponía debía continuar siendo la locomotora del mundo, caiga en recesión este año. Y la Ocde acaba de ajustar a la baja las estimaciones para el crecimiento del PIB mundial y el de EE.UU., precisamente por la incertidumbre sobre el efecto de los aranceles.
Los mercados le dan la espalda
Wall Street pierde confianza en el republicano y las empresas tienen una mirada incierta respecto de las inversiones y contrataciones.
“Este mercado está completamente harto de las fluctuaciones en la política comercial”, declaró Art Hogan, estratega jefe de mercado de B. Riley Wealth Management. “Parece que la administración sigue cambiando las reglas del juego. Con tanta incertidumbre, es imposible que los inversores tengan confianza”, sostuvo.
Por su parte, André Esteves, controlador y presidente de BTG Pactual, aseguró el jueves pasado en el seminario Latam Focus 2025 que “hay una gran incertidumbre, muchos anuncios y la cancelación de anuncios. Hay grandes cambios, sobre todo en la forma en que se están haciendo las cosas, que están creando, creo, un daño importante. Y curiosamente, yo diría que un daño importante para EE.UU.”.
Mientras que el director ejecutivo de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, reconoció que la política arancelaria del Presidente Trump está generando incertidumbre para las empresas, lo que, dijo, “no es algo bueno”, según informó el medio estadounidense The Hill. “No creo que el consumidor estadounidense promedio que se despierta por la mañana y va a trabajar... cambie lo que va a hacer porque lee sobre aranceles”, señaló Dimon en una entrevista con Semafor el miércoles.
“Pero sí creo que las empresas podrían hacerlo”, añadió Dimon. “La incertidumbre no es buena”, advirtió.

Pero el juicio que más ruido generó fue el de Warren Buffett. El mayor inversionista del mundo, planteó que los aranceles a largo plazo aumentarán los precios para los consumidores y ralentizarán la economía. El inversionista conocido como Oráculo de Omaha, debido a su habilidad excepcional para predecir y tener éxito en el mundo de las inversiones, consideró que no hay motivos para entusiasmarse por estas medidas.
Y dijo creer que “los aranceles son, en realidad, un acto de guerra”, en una entrevista con CBS. “Los aranceles son, en realidad, algo con lo que hemos tenido mucha experiencia. Son un acto de guerra, hasta cierto punto”, manifestó el inversionista. “Con el tiempo, son un impuesto sobre los bienes. Quiero decir, ¡el Hada de los Dientes no los paga!”, enfatizó Buffett.

Algunos están a favor
Pero el juicio de Wall Street no es del todo unánime. Stephen Schwarzman, director ejecutivo de Blackstone, señaló a los periodistas en India el miércoles que los aranceles, “al final del día”, conducirían a un aumento significativo en la actividad manufacturera en Estados Unidos. “Dado el tamaño de Estados Unidos, eso tiende a ser algo bueno para el mundo”, dijo Schwarzman, un destacado donante de Trump. “Si crecemos más rápido, podemos consumir más. Así que, ya sabes, ese es un escenario... hay otros, porque es demasiado pronto para analizarlo”, añadió.
Mientras tanto, David Solomon, director ejecutivo de Goldman Sachs, sostuvo que la comunidad empresarial “entiende lo que el Presidente está tratando de hacer con los aranceles”, aunque pidió más “certeza” en la agenda política de la administración Trump. “La comunidad empresarial siempre querrá aranceles más bajos, en todas partes del mundo”, indicó Solomon.

Pero dio la bienvenida a la agenda más amplia de Trump y su apertura para tratar con los ejecutivos. Incluso dijo a Fox News que le gustaba la forma en que “el Presidente se relaciona con la comunidad empresarial”. “Es una experiencia diferente a la que hemos tenido en el transcurso de los últimos cuatro años”, manifestó Solomon.
¿Qué ha respondido el mandatario?
Trump ha reconocido que los aranceles podrían causar una “perturbación” y, en lo más reciente, se negó a descartar una recesión, diciendo que su plan económico podría ser doloroso para algunos al principio.
Trump ha estado notablemente callado sobre la bolsa últimamente. Eso, a diferencia de su primer mandato, cuando tuiteaba con frecuencia sobre los récords del mercado como una señal del poderío económico de Estados Unidos. En una visita a la Bolsa de Valores de Nueva York el 12 de diciembre, Trump calificó el mercado bursátil como “muy importante”, en una entrevista con CNBC.
“El mercado de valores es muy… todo, ya sabes, todo junto, es muy importante”, dijo Trump. “Bromeé diciendo que compré el edificio de enfrente porque la Bolsa estaba aquí. Es algo muy importante”. Pero ahora ha cambiado su tono ya que las acciones, primero, borraron sus ganancias posteriores a la inauguración, y luego, sus ganancias posteriores a las elecciones.

“Realmente no se puede observar el mercado de valores”, argumentó Trump el domingo en una entrevista con Fox. “Los mercados van a subir y van a bajar”, agregó en la Oficina Oval el martes.
“Creo que gran parte de la caída del mercado de valores se debió a los cuatro años realmente malos que tuvimos, cuando vemos la inflación y todos los demás problemas, me refiero a las guerras y la inflación, y tantos otros problemas”, dijo Trump el miércoles en la Casa Blanca.
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