Evergrande, la inmobiliaria “too big to fail” que tiene contra las cuerdas a China
Le comparan con AIG, la aseguradora que tuvo que rescatar Estados Unidos para la crisis financiera, a medida que un posible impago para el 20 de septiembre profundiza los temores sobre un desastre. Ya se siente el impacto en el cobre, que hoy cayó 1%.
Sobre la base de un negocio con “más de 1.300 proyectos en más de 280 ciudades en China”, que beneficiarían a “más de 12 millones de propietarios”, en la página de la gigante inmobiliaria Evergrande todavía se puede leer la consigna de su fundador, Xu Jiayin, que establece que la firma “persiste en el concepto del desarrollo del bienestar del pueblo y de la prosperidad de la nación, para que hagamos esfuerzos incansables para mejorar el nivel de vida de la gente”.
Las grandilocuentes palabras de su presidente, que en agosto renunció al liderazgo de la rama inmobiliaria de la compañía, contrastan con el drama que la firma está haciendo pasar a las familias chinas, quienes esta semana se manifestaron en los headquearters de la ciudad de Shenzhen de la empresa, la cual ha reconocido que enfrenta “dificultades sin precedentes”, aunque niega que este a punto de hundirse.
“¿Ustedes creen que es fácil para nosotros, gente común, ganar dinero? Nosotros vendimos todo lo que teníamos, de manera que pudiéramos comprar una propiedad con Evergrande, porque supuestamente ustedes eran una de las 500 compañías top en el mundo. Si ellos no me devuelven mi dinero voy a saltar de un edificio. Ellos nos engañaron con todo nuestro dinero”, dijo una manifestante china, según las declaraciones recogidas por South China Morning Post.
Pero la compañía, que figura en el puesto 122 del más reciente conteo de Fortune 500, no solo le falló a la gente, sino que también le estaría por fallar a la nación. Aunque las altas autoridades de Beijing han optado por el silencio, un vocero de la Oficina Nacional de Estadísticas reconoció que “la situación está bajo vigilancia”.
Riesgos de un pronto desastre
El sector inmobiliario, que según los últimos datos disponibles representó el 7% del PIB de China en 2019 y el 17,2% si se suma a las otras industrias que se cruzan con él, viene generando ruido hace bastante tiempo, tanto así que el propio gobierno de Xi Jinping ha intentado tomar medidas para enfriarlo, ante los riesgos sistémicos asociados. De hecho, la crisis de la compañía ya ha comenzado a repercutir en Chile, siendo uno de los elementos que explica las recientes bajas en el precio del cobre, incluyendo la caída de 1,02% de hoy, de acuerdo a los analistas.
De esta manera, Evergrande -el segundo mayor promotor inmobiliario en ventas chino- es la mejor exponente tanto del crecimiento del sector, como de sus problemas. Sus activos por un total de 2,3 billones de yuanes (US$ 356.600 millones) y un volumen de ventas anual de más 700 000 millones de yuanes dan cuenta de lo colosal de la compañía, mientras que sus pasivos por US$ 305.000 millones la convierten en la inmobiliaria más endeudada del mundo.
Con la extensión de préstamos con bancos a mediados de este año, perdió su fuente de financiamiento más importante, estando ya vetada para ir a buscar recursos por medio de letras comerciales o de los mercados de bonos, donde califica como la mayor emisora de bonos basura de Asia. En ese marco, la compañía ya tiene algunos de sus activos congelados y ha detenido algunos de sus proyectos.
Pero la situación va de mal en peor para la firma, que ha visto una caída de 82,3% en sus acciones en el transcurso de 2021. Según un reporte de Bloomberg, esta semana el ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural informó en una reunión con diferentes bancos que Evergrande no pagará los intereses de un préstamo que vence tan pronto como este 20 de septiembre, aumentando los temores sobre un gran desastre.
Consecuencias de orden sistémico
Es así como la China comunista se puede estar enfrentando a un dilema no muy diferente al que enfrentó el capitalista Estados Unidos para la crisis financiera. “Lo que vemos con el potencial colapso de Evergrande es la interrogante que enfrentan los funcionarios políticos respecto a si se trata de una compañía “too big to fail” (muy grande para caer), si es el equivalente a nuestra AIG”, indica el análisis de William Lee, economista jefe de think tank de California, Milken Institute, en referencia a la gran aseguradora que rescató el gobierno estadounidense en 2008.
Fitch, que rebajó la calificación del gigante en problemas el pasado 7 de septiembre por considerar “probable un incumplimiento”, también alarma sobre el problema sistémico al que puede arrastrar su caída. “Creemos que un incumplimiento reforzaría la polarización crediticia entre los constructores de viviendas y podría resultar en vientos en contra para algunos bancos más pequeños”, señaló en un reporte difundido este miércoles.
Aunque la agencia matiza el tono, subrayando que “el impacto general en el sector bancario sería manejable”, explica que “la creciente preocupación de los inversionistas sobre la solvencia crediticia de Evergrande ya ha exacerbado la polarización crediticia entre los desarrolladores, lo que ha dejado a aquellos con métricas crediticias más débiles luchando por aprovechar los mercados de deuda a tasas de interés sostenibles, aumentan el riesgo de refinanciamiento”.
En ese marco, Lee plantea que “lo que veremos es que Beijing potencialmente va a intervenir, si no es directamente ciertamente lo hará indirectamente tomando parte de la deuda y asegurándose así que la propiedad de la gente en China esté resguardada, lo que es realmente crítico para impulsar la demanda de los consumidores que está languideciendo de acuerdo a los datos más recientes”.
Esta visión es compartida por Fitch, que postula que “la prioridad del gobierno en un escenario de incumplimiento es la finalización de los proyectos vendidos” de la firma. Aquello, considerando que “un incumplimiento de Evergrande podría dañar la confianza del consumidor si afectara los depósitos de los hogares para viviendas que aún no se han completado”. Bajo ese análisis, la agencia asume “que el gobierno actuaría para proteger los intereses de los hogares”.
Goldman Sachs también plantea que los riesgos sistémicos van en esa línea. En un informe difundido hoy jueves, plantea que “más interrupciones en las operaciones de desarrollo inmobiliario de la empresa pueden ser muy negativas para la confianza entre los compradores e inversionistas de propiedades nacionales y, potencialmente, repercutir en el sector inmobiliario en general”. En ese contexto, indica que si consigue que “las operaciones de la propiedad en tierra se pueden mantener como una empresa en funcionamiento, eso podría tener menos posibilidades de impacto de contagio”.
El banco también informa que “Evergrande anunció que han contratado asesores financieros para evaluar la estructura de capital de la empresa y encontrar soluciones para todas las partes interesadas”. En tanto, en el citado reporte de Bloomberg se consigna que las autoridades chinas ya estarían trabajando en una reestructuración de la deuda de la compañía, para lo cual se estarían apoyando en expertos legales y contables que ahondan en las finanzas del grupo.
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