Firma australiana con proyecto en Maricunga valora política nacional del litio y dice que TLC y TPP11 resguardan sus derechos
“Nos complace que la política nacional del litio, tal como fue presentada la semana pasada en Santiago, está muy en la línea de lo discutido y esperado tras nuestras diversas discusiones con las autoridades chilenas”, comentó el director de Lithium Power International y presidente de MSB (Minera Salar Blanco), Russell Barwick.
Lithium Power International Limited (LPI) ya suma dos reportes a inversionistas sobre la política nacional del litio. El 21 de abril emitió un comunicado similar al que mandó en Chile, con la opinión de su CEO, Cristián García Huidobro. El segundo está fechado el 24 de abril y contiene el análisis de la matriz sobre la estrategia nacional del litio anunciada por el Presidente Gabriel Boric el jueves pasado. En él, manifiesta su interés por desarrollar su proyecto en el Salar de Maricunga. La compañía australiana es la más avanzada en ese salar donde también tienen pertenencias mineras Codelco y la alianza entre Cominor y Simablik.
“Nos complace que la política nacional del litio, tal como fue presentada la semana pasada en Santiago, está muy en la línea de lo discutido y esperado tras nuestras diversas discusiones con las autoridades chilenas”, comentó el director de Lithium Power International y presidente de MSB (Minera Salar Blanco), Russell Barwick.
LPI presentó la política nacional del litio como un procesó que nació de consultas con “una amplia variedad de partes interesadas a nivel nacional e internacional”, y que se centra en el salar de Atacama, donde ellos no tienen operaciones.
Sin embargo, LPI comenta desde una posición distinta a sus pares que operan en el salar de Atacama y quienes buscan desarrollar otros proyectos de litio en Chile. La firma lleva adelante su proyecto en Maricunga con concesiones que fueron otorgadas antes de que el Estado definiera al litio como material estratégico en 1979 y cuenta con la aprobación de los permisos ambientales necesarios.
Salar Blanco lleva siete años desarrollando su proyecto. Ya ha invertido US$ 71 millones. Cuando presentó su Estudio de Impacto Ambiental, en 2018, estimó una inversión de US$ 527 millones, pero este año anunció que pretende invertir US$ 700 millones. El plan es producir 20 mil toneladas de carbonato de litio metálico al año, un décimo de los cerca de 200 mil toneladas que en 2022 produjeron SQM y Albemarle. La firma prevé iniciar la construcción de su proyecto a fines de 2023 y ha manifestado su intención de asociarse con Codelco.
Salar Blanco tiene pertenencias por 2.541 hectáreas, concentradas en la zona norte del salar, pero solo 1.125 hectáreas son previas a 79. La compañía asume que tendrá que sentarse a conversar con el Estado cuando quiera avanzar en la expansión de sus operaciones para el proyecto Maricunga Etapa Dos, que incluye las pertenencias post 1979. Pero aquello no es percibido como una amenaza.
“La compañía continuará trabajando estrechamente con el gobierno de Chile para transformar el proyecto Maricunga Etapa Dos en el primer ejemplo de una alianza público-privada bajo los nuevos parámetros establecidos por la nueva política”, detalló la empresa por medio de un comunicado.
Desde LPI respaldaron su confianza en que sus intereses como inversionistas extranjeros estarán cuidados en base a los Tratados de Libre Comercio que tiene Chile con Australia y en base al contenido del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP-11). Además, destacaron que sus operaciones han operado bajo la línea que busca el Ejecutivo para el desarrollo del litio respecto a que exista responsabilidad con el medio ambiente y social, avance tecnológicos y compromisos con la comunidad.
“El anuncio y la futura aplicación de la política nacional del lito es oportuno para proporcionar la claridad y la certidumbre requerida por los inversionistas sobre los parámetros bajo los cuales se desarrollará el proyecto Maricunga”, detalló la firma sobre los impactos que tiene el anuncio del Ejecutivo en materia de litio para sus operaciones.
Ante este contexto, la empresa australiana detalló que ya piensa en cómo conseguir el financiamiento para el desarrollo de sus proyectos en carpeta como Maricunga Fase Uno, que van desde la entrada de nuevos socios bajo el modelo de offtaken (un acuerdo de compra sobre la producción futura) hasta emisión de deuda. De esta forma, se espera que finalicen el proceso de estructuración financiera del proyecto en el primer semestre del 2023 e iniciar su construcción a fines del segundo semestre. La construcción tardaría dos años y medio. Así, en 2026 podría estar produciendo y comercializando litio.
“Damos la bienvenida a la estrategia nacional del litio del Presidente Boric y su objetivo de transformar positivamente la industria chilena del litio. Más aún, nos complace decir que creemos que esta estrategia no sólo beneficia al Proyecto Maricunga de LPI, sino que tiene el potencial de acelerar el desarrollo de nuestro proyecto Etapa Dos”, añadió el director ejecutivo de Lithium Power International, Cristóbal García-Huidobro, por medio de un comunicado.
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