FMI sobre Chile: alerta por situación fiscal y dice que es “urgente” aumentar el crecimiento potencial
En el informe preliminar de su tradicional Artículo IV sobre el país, la institución baja sus proyecciones de PIB 2024 desde 2,5% a 2,3% y para 2025 ahora ve un rango entre 2% y 2,5%. Si bien pone foco en lo fiscal, destaca las medidas de Hacienda en la materia. Entre las causas de la alta tasa de desempleo señala el fuerte aumento del sueldo mínimo y pide cautela para nuevas alzas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó los resultados de la evaluación económica de Chile 2024 en el marco del tradicional Artículo IV del Convenio Consultivo de la entidad con el país.
El documento, publicado la mañana de este martes es el informe preliminar y corresponde a las opiniones del personal técnico del FMI. Las del directorio ejecutivo de la entidad se realizan unos meses después de entregado este primer texto.
En su extensa declaración, el informe pone alertas sobre la situación fiscal, pero destaca las medidas adoptadas por Hacienda para hacer frente a esta, a la vez que releva medidas para aumentar el crecimiento económico.
El documento indica que, a nivel macro, “los desequilibrios de la economía se han resuelto en gran medida. La actividad económica crece en torno a su potencial y la balanza de cuenta corriente ha seguido reforzándose. Sin embargo, la recuperación ha sido desigual en los distintos sectores, el mercado laboral está retrasado y las presiones inflacionarias aún no han remitido del todo. Las necesidades políticas son ahora principalmente de carácter estructural. Entre las prioridades figuran impulsar el crecimiento y el empleo a medio plazo, reforzar los colchones fiscales, del sector financiero y de las reservas internacionales, especialmente en el contexto de un entorno mundial difícil, y seguir reduciendo la desigualdad”.
Sin embargo, pone una nota de alerta, ya que indica que aunque “la economía está globalmente equilibrada, los riesgos han aumentado”.
Desde el punto de vista de las proyecciones, el informe cambió la perspectiva de crecimiento para este año, desde el 2,5% informado recién en octubre durante la entrega del World Economic Outlook (WEO) a un 2,3%. Además, para 2025 pasó de una proyección de 2,4% a un rango de 2%-2,5%.
“Se espera que el PIB real crezca un 2,3% en 2024, impulsado por las fuertes exportaciones mineras y de servicios, y un 2-2,5% en 2025, en relación con la recuperación prevista de la demanda interna”, puntualiza.
Respecto de la inflación, el documento del staff del FMI indica que “se mantendrá por encima del objetivo del 3% hasta principios de 2026, debido principalmente al aumento acumulado del 60% de las tarifas eléctricas entre junio de 2024 y febrero de 2025. Además, la inflación subyacente ha repuntado en los últimos meses impulsada por el aumento de los costos de transporte y la inflación de los servicios”. También señala que “el déficit de cuenta corriente está en vías de reducirse al 2,1% en 2024 y aumentar ligeramente en 2025/26 debido a la recuperación prevista de la inversión”.
Sobre el mercado laboral, se destaca que la tasa de desempleo “sigue siendo elevada”. Entre las razones que se dan, está “la debilidad cíclica de sectores intensivos en mano de obra como la construcción”, pero agrega que “la confluencia de otros factores, como el notable aumento de los salarios mínimos reales, las inciertas perspectivas empresariales y las nuevas normativas, también pueden haber influido”.
Por el lado de los riesgos, señala que el entorno externo “es más inestable e incierto. La volatilidad de los precios de las materias primas, vinculada a las perspectivas económicas de los principales socios comerciales de Chile y al ritmo de la transición ecológica mundial, constituye un riesgo externo clave. Además, la incertidumbre en torno a las políticas monetarias y fiscales de las economías avanzadas podría dar lugar a condiciones financieras restrictivas durante períodos más largos y a volatilidad financiera”.
Y, por el lado interno, “persiste la preocupación por la delincuencia, la migración y la desigualdad, y la polarización política obstaculiza el avance de las reformas”.
Más crecimiento
El documento plantea que es “urgente impulsar el potencial de crecimiento de Chile”.
De hecho, afirma que la convergencia de Chile con las economías de ingresos altos se ha estancado en la última década”.
En este contexto, dice que un mayor dinamismo económico “es imprescindible para hacer frente a muchas presiones sociales y fiscales, entre ellas reforzar la inclusión y abordar los retos del envejecimiento de la población y el cambio climático”.
De todas maneras, el informe destaca “la estrategia de crecimiento del Gobierno”, ya que dice que “tiene aspectos importantes que pueden reportar dividendos significativos si se aplica de forma rápida y coherente. Se están realizando esfuerzos importantes”. Entre estos destaca el proyecto de permisología y de reforma al SEA; las medidas para atraer inversiones relacionadas con la transición energética; y medidas de transferencia tecnológica para aumentar el I+D.
Cautela con el salario mínimo y escenario fiscal
Entre las recomendaciones del texto, indica que “tras las recientes y rápidas subidas del salario mínimo real, debería procederse con cautela a nuevos aumentos del salario mínimo, dado el impacto potencial sobre el empleo formal”. Así, señala que podría considerarse la creación de un “mecanismo de fijación del salario mínimo permitiría aislar las decisiones futuras del ciclo político y tener en cuenta la evolución económica”.
Sobre la situación fiscal, se indica que se necesitan “más esfuerzos” para crear amortiguadores fiscales y garantizar la sostenibilidad fiscal.
De hecho, puntualiza que si bien el objetivo del gobierno de avanzar hacía un balance fiscal en 2027 “sigue siendo adecuado, se ha convertido en un reto mayor”.
“A pesar de los importantes esfuerzos realizados, principalmente en materia de recorte del gasto, el déficit presupuestario para 2024 probablemente superará su objetivo debido a la considerable insuficiencia de los ingresos. Unos ingresos inferiores a los presupuestados en 2024 también pueden complicar la política fiscal el próximo año. Por lo tanto, es bienvenido que el Gobierno haya rebajado su plan de gasto para 2025 en el contexto de las discusiones presupuestarias. Será importante que el gasto corriente siga siendo ágil y permita ajustes en caso de que la movilización de ingresos no alcance los planes el próximo año, mientras se ejecutan proyectos de inversión para apoyar el crecimiento de la economía”.
Según lo señalado por la entidad internacional, “para lograr una posición fiscal ampliamente equilibrada en los próximos tres años, se necesitan medidas de políticas adicionales de al menos el 1% del PIB. La importante reforma de Cumplimiento Tributario podría colmar parte de esa laguna si los ingresos se materializan según lo previsto y estos ingresos adicionales no se destinan a nuevas prioridades de gasto. Así pues, el compromiso de alinear cualquier aumento del gasto estructural con unos mayores ingresos estructurales sigue siendo fundamental para la sostenibilidad fiscal. Al mismo tiempo, para proteger mejor a los más vulnerables, los planes para unificar los fragmentados programas sociales podrían mejorar su acceso, cobertura y eficacia”.
La institución también planteó que se requiere “preservar y reconstituir el tamaño del Fondo de Estabilización Económica y Social (FEES) en el contexto de una estrategia a medio plazo, entre otras cosas ahorrando ingresos inesperados, para reforzar los amortiguadores frente a los riesgos de cola en un mundo más propenso a las perturbaciones”.
Cabe recordar que el gobierno ha sido objeto de críticas entre expertos locales por hacer uso del FEES durante este año, sin mediar una crisis de por medio.
Pensiones e inflación
La revisión sobre Chile también recomendó aumentar la tasa de cotización previsional, así como también los plazos de cotizaciones, lo que es “fundamental para garantizar pensiones de vejez suficientes y financiadas de forma sostenible”.
“La Pensión Garantizada Universal (PGU) ha reforzado significativamente el pilar de solidaridad del sistema, ha aumentado las tasas de sustitución de muchos pensionistas y ha reducido la pobreza en la vejez. Sin embargo, esto ha tenido un alto costo fiscal. Dado que se prevé que la proporción de pensionados respecto a la población en edad de trabajar casi se duplique en las próximas dos décadas, es fundamental contener estas presiones sobre el gasto manteniendo al mismo tiempo una sólida red de seguridad para los ciudadanos de más edad”, señala el texto.
En este contexto, se plantea que los aumentos futuros de la PGU se limiten al alza de la inflación, y también focalizar esta política en las personas mayores más vulnerables. Y también señala que hay que equiparar la edad de jubilación entre hombres y mujeres.
Respecto a la política monetaria, el informe del staff del FMI señala que “el objetivo de inflación del 3% está al alcance de la mano”. Con todo, agrega que se justifica un “enfoque cauteloso, dependiente de los datos, en cuanto al ritmo de los futuros recortes de los tipos de interés de la política monetaria”. Esto, porque existen presiones hacia arriba y hacia abajo en los precios.
“Por un lado, la inflación subyacente (que excluye las variaciones de los precios de la electricidad) mostró una dinámica alcista en los últimos meses, y la depreciación del peso podría aumentar la presión inflacionista. Por otro lado, las tasas de largo plazo en Estados Unidos se han mantenido elevadas y han endurecido las condiciones financieras internas. Esta evolución, junto con la debilidad del mercado laboral y el endurecimiento fiscal previsto, podría atenuar en cierta medida las presiones inflacionistas”.
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