Gigante alemán de impresión entra a Chile mediante la compra de empresa familiar que se enfoca en etiquetas de vinos
La compañía con sede en Hamburgo, All4Labels, adquirió AMF Etiquetas, una firma chilena de propiedad de AMF Group (Alfredo Molina Flores Group), donde Darío Calderón es presidente, y que tiene entre sus clientes a las viñas Vik, Santa Rita, Santa Carolina, San Pedro, Aresti, entre otros.
En el último tiempo el gigante alemán de impresión y embalaje digital, All4Labels Global Packaging Group, se ha estado expandiendo a nivel global y, en particular, en Latinoamérica. Y hace cerca de dos semanas la compañía con sede en Hamburgo entró al país mediante la compra de una empresa familiar chilena que ha puesto foco principalmente en la fabricación de etiquetas de vinos y licores, pero también en alimentos y bebidas.
En concreto, All4Labels adquirió AMF Etiquetas Spa, desarrollador e impresor de etiquetas de propiedad de AMF Group (Alfredo Molina Flores Group). Los términos y condiciones de la transacción no fueron divulgados.
Hay nombres conocidos en AMF Group: el presidente de la empresa es el abogado Darío Calderón González; mientras que uno de sus directores es el gerente de inversiones de AFP Capital, Francisco Guzmán Molina, quien pertenece a la familia propietaria de la compañía.
All4Labels es uno de los líderes mundiales de etiquetas, que según su sitio web tiene más de 800 millones de euros (unos US$885 millones) en ganancias anuales, y cuenta con más de 10 mil clientes a nivel mundial.
Por su parte, AMF Group es una empresa chilena, llamada así por su fundador, Alfredo Molina Flores, quien en 1945 partió trabajando en un taller junto a su esposa, Eliana Pössel, en impresión de formularios y facturas a baja escala. Después incorporaron algo más de tecnología, pero cerca de una década después fallece el patriarca y se hacen cargo sus hijos. AMF Group empieza a crecer y diversificó el negocio, hasta llegar a “los años 2000 o 2005, cuando era el grupo impresor más grande de Chile”, comenta Juan Ignacio Molina Crichton, gerente general de AMF Etiquetas.
Pero el papel empezó a perder importancia en un mundo que se volvió digital. Molina comenta que a mediados de los 90 inició el declive del formulario continuó, para dar paso a la facturación electrónica. Por eso empezaron a investigar y ver qué podían hacer para que su negocio reflotara.
“Justo por el año 2000 estaba el crecimiento exponencial de la exportación de vino en Chile, y ahí nos dimos cuenta que en el país no había un buen servicio de suministro de etiquetas de vino, que está dentro del mundo de la impresión, pero es un producto muy complejo, porque una etiqueta de vino tiene color oro, tiene folia, serigrafía, y papeles especiales, al final son obras de arte. Y eso en Chile no estaba muy profesionalizado, el servicio era muy amateur”, relata Molina.
Por eso decidieron incursionar en el rubro. Cuando llegó la primera década de los 2000 AMF Group empezó a ser gestionada por la tercera generación de los Molina, donde hay quince familias. AMF Etiquetas era una de las cinco empresas que tenía la compañía, y que hasta hace un par de semanas generaba cerca del 22% de los ingresos del grupo. Ahora quedan cuatro.
Ingresaron al rubro de las etiquetas de vino en el año 2009, cuando compraron una empresa que se dedicaba a ello, pero que tenía algunos problemas financieros. Mejoraron la calidad de los productos que ofrecía y finalmente, “después de 12 años nos convertimos en un referente muy grande de la industria del vino principalmente, el 60% o 70% de lo que hacemos es vino o licores, entramos también en comida, en alimentos, bebidas, cervezas, todas las tecnologías, y ha sido un proyecto muy exitoso”, señala Molina. Algunos de sus clientes son las viñas San Pedro CCU, Santa Rita, Santa Carolina, Aresti, Vik, y la Compañía Pisquera de Chile.
Por eso, y por el foco en innovación, tecnología, y sostenibilidad que Molina dice que tiene AMF Etiquetas, el grupo alemán de propiedad del fondo Triton se interesó en la compañía chilena. Hace poco más de ocho meses venían conversando y hace un par de semanas se concretó la compra. Juan Ignacio Molina se mantendrá en la gerencia general al menos por tres años, según lo que le pidió la firma internacional.
Si bien el directorio de AMF Group lo lidera Darío Calderón, quien en su calidad de abogado ha asesorado a la empresa durante más de cincuenta años; la mesa también la integran otros representantes de la familia propietaria, donde además de Francisco Guzmán, se encuentran Carlos Molina Crichton y Carlos Fuentes Molina.
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