Gina Rinehart: la polémica multimillonaria australiana que podría bloquear el acuerdo de SQM con Azure

FILE PHOTO: Atacama Desert salt flats, lithium deposit spots, in Chile
FILE PHOTO: A truck loads concentrated brine at SQM lithium mine at the Atacama salt flat, in Antofagasta region, Chile, May 3, 2023. REUTERS/Ivan Alvarado/File Photo

Ferviente seguidora de Donald Trump, Gina Rinehart es la mayor fortuna individual de Australia y heredó de su padre la empresa Hancock Prospecting. Desde que asumió la dirección hace más de 30 años, la convirtió en una exitosa minera enfocada en el mineral de hierro. El pasado viernes, adquirió el 18,3% de la propiedad en Azure, respecto de la cual SQM acordó la compra del 80% en US$900 millones. Hace poco más de dos semanas, ya había truncado la adquisición de Liontown Resources, por parte de Albemarle.


Es la mayor fortuna de Australia, y por estos días se dispone a frustrar una segunda adquisición en la industria global del litio en poco más de dos semanas. Se trata de Gina Rinehart, la empresaria dueña de Hancock Prospecting, que incrementó el pasado viernes la participación de su compañía en la australiana Azure Minerals, alcanzando el 18,3% de la propiedad. La operación llegó 48 horas después de que la minera chilena SQM anunciara un acuerdo para adquirir el 80% de la firma en cerca de US$900 millones -ya tiene el 20%-, cuyo principal activo es el proyecto de litio Andover, ubicado en Australia Occidental.


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El nuevo porcentaje de Rinehart pone en riesgo la operación por Azure, que dentro de su esquema contempla como condición que ninguna persona adquiera el 19% de las acciones antes que el acuerdo sea aceptado por la junta de accionistas de la compañía. Para la aprobación, se requiere alcanzar el 75% del respaldo de los accionistas, algo que en SQM esperan que ocurra dentro de los próximos tres meses.

Sin embargo, la experiencia de Rinehart a la hora de truncar este tipo de operaciones podría significar una ventaja a su favor. En el historial, el episodio más reciente ocurrió hace dos semanas. Específicamente el pasado 15 de octubre, cuando Albemarle decidió retirar su oferta para adquirir la firma australiana Liontown Resources -que controla dos grandes depósitos de litio en roca, Kathleen Valley y Buldania- en US$4.300 millones, tras notar “crecientes complejidades asociadas a la transacción”, dijo entonces la firma.

Tan solo cinco días antes, Rinehart había comunicado que se había hecho con el 19,99% en la propiedad de Liontown, a través de Hancock, en una agresiva estrategia que había comenzado en septiembre, luego que la compañía estadounidense presentara su millonaria oferta.

¿Quién es Regina?

Regina Rinehart nació en Perth, la capital de Australia Occidental, el 9 de febrero de 1954 y pasó su infancia entre su ciudad natal y Pilbara, en el noroeste del gigante oceánico. En la biografía en su sitio web personal, se describe como “figura destacada de las industrias minera y agrícola de Australia”, enfatizando su aporte al desarrollo del deporte olímpico de su país.

Tras la muerte de su padre, Lang Hancock, en 1992 heredó la empresa fundada por su progenitor, al ser la única hija del matrimonio que conformó junto a Margaret Nicholas.

En su relato, afirma que la compañía ha sido transformada desde que asumió como presidenta ejecutiva, pasando “de estar en dificultades y con problemas financieros a convertirse en una empresa innovadora de gran éxito líder en el sector, que proporciona empleo a muchas personas en todo el interior de Australia”.

Hancock es actualmente la mayor empresa privada de Australia y una destacada compañía minera a nivel mundial.

Bajo la dirección de Rinehart, Hancock pasó de la prospección a la explotación de sus propias minas, enfocándose en el mineral de hierro, pero también con operaciones de cobre, oro, potasa y carbón.

Su imperio se ha expandido más allá de la minería, incluyendo el sector ganadero, donde es el segundo mayor productor de Australia. También tiene vastas inversiones inmobiliarias en su país, y además en startups en áreas tan diversas como las tierras raras, la neurotecnología y la marihuana medicinal. En los últimos cuatro años, el grupo liderado por Rinehart ha acumulado ganancias por cerca de US$12.700 millones, y su patrimonio personal se estima en cerca de US$26.000 millones. Según Forbes, es la ciudadana australiana con más riqueza acumulada, y es actualmente la multimillonaria número 52 del ranking mundial elaborado por la revista norteamericana especializada en negocios.

Trump, olimpiadas y disputas por su herencia

Rinehart ha tenido un activo rol en apoyar a Donald Trump. Desde que fue electo en 2016, la empresaria hizo público su respaldo al polémico empresario republicano. En una conferencia minera, dijo haberse reunido con el equipo de campaña de Trump, inspirada por sus ideas. Rinehart ha instado a Australia a seguir el ejemplo de Trump para recortar “la burocracia del gobierno federal”, y reducir el impuesto corporativo al 15%.

La empresaria asistió en 2019 a una cena ofrecida por Trump en la Casa Blanca al exprimer ministro de Australia, Scott Morrison. En 2022, fue fotografiada en el lanzamiento de la campaña presidencial de Donald Trump con miras a 2024, la que podría verse truncada por los diversos procesos judiciales que enfrenta actualmente.

Junto con el apoyo a Trump, entre sus polémicas se cuenta también la resistencia que generó su patrocinio en parte del equipo olímpico de netball australiano. La jugadora de origen indígena, Donnel Wallam, y la antigua capitana del equipo, Sharni Dorner, plantearon su preocupación por las credenciales medioambientales de Hancock. Las ‘Diamonds’ incluso aparecieron en dos partidos de la Copa Constelación en Nueva Zelanda sin el logotipo de la compañía en sus uniformes, alimentando los rumores de un boicot, pese a la estrecha situación financiera del equipo.

Sin embargo, el asunto más complejo para la empresaria pasa por disputas familiares en torno a su herencia. Actualmente, sus hijos, John y Bianca Hancock, mantienen un enfrentamiento judicial en que la acusan de realizar un “fraude calculado y deliberado” para retirar activos del fideicomiso familiar y así aumentar su patrimonio personal, situación que la empresaria ha negado. En dicho frente, los hijos de Rinehart leyeron ante tribunales una carta de Lang Hancock de 1985, donde acusaba que la empresaria intentó deportar a Rose Porteous, la segunda esposa de su padre -de origen filipino-, con quien también mantuvo una disputa en torno a la herencia de Hancock.

En esa instancia además afirmaron que la relación entre Rinehart y su padre se volvió más tensa cuando ella emigró a Estados Unidos con el testamento de su madre, en una acción para evitar que Lang obtuviera la legalización de su herencia.

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