Hacienda es más optimista que el mercado y el BC: prevé que no sería el gobierno con el peor crecimiento de los últimos 30 años

El gobierno, junto con ingresar el Presupuesto de la Nación 2025 al Congreso para su discusión parlamentaria, entregó cifras de crecimiento económico y con ello se puede estimar cuál será el legado en materia de actividad económica que dejará la administración del Presidente Gabriel Boric, a decir por ellos mismos.

Así, para este año el Ministerio de Hacienda proyecta una expansión del PIB de 2,6% y de 2,7% para 2025. Con ello, si se consideran las cifras materializadas en 2022, de 2,1%, y de 0,2% en 2023, el crecimiento promedio de este gobierno sería de 1,9%, superando levemente el del período de la segunda administración de Michelle Bachelet, que tuvo un registro de 1,8%.

Pero ese escenario se da sólo si resultan ciertas las proyecciones de Hacienda, puesto que si se analiza lo que espera el Banco Central, el promedio de esta administración sería de 1,7% y lo mismo ocurre si se ve lo que espera el mercado.

Entonces, de concretarse estas últimas estimaciones, el período de Boric sería el de peor registro económico, quedando por detrás del de Patricio Aylwin, que tuvo una expansión promedio de 7,4%; de Eduardo Frei, con un 5,5%; de Ricardo Lagos, con un 4,8%; de Bachelet uno, con un 3,5%, y de Bachelet 2, con un 1,8%. También se ubicaría por debajo de los dos gobiernos de Sebastián Piñera, que tuvo un 5,4% y un 2,5%.

En las proyecciones entregadas este lunes, el gobierno además entregó cifras de crecimiento del PIB hasta el 2029. Y ahí los resultados previstos tampoco son mucho mejores. Para el período 2024-2029 el crecimiento promedio de Chile sería de 2,3%, en línea con el crecimiento potencial que tiene el país.

Los analistas consultados acerca de la proyección de 2,6% que tiene Hacienda para el crecimiento del PIB en 2024 afirman que es difícil de alcanzar. “Requiere una aceleración para la segunda parte del año, cosa que no ha ocurrido. La evidencia por lo menos todavía no lo muestra”, explica Nathan Pincheira, economista jefe de Fynsa. Agrega que “no hubo cambio en la proyección de crecimiento para este año, a pesar de que los números que hemos conocido entremedio han sido peores. Eso implica que el escenario de este informe es incluso más optimista del que teníamos antes”.

Carolina Grünwald, economista jefa de Prudential AGF, se suma a las dudas. “Las cifras del Imacec no contribuyen al optimismo. Si bien dice que es factible de crecer 2,6%, es difícil de conseguir a raíz de los datos. Para crecer 2,6% en el año, se necesita que en el último trimestre la actividad crezca torno a 3,5% y es algo difícil de conseguir, aunque no imposible”, explica.

Desde el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales (OCEC UDP), la economista Valentina Apablaza también ponen en duda estas cifras. “Nosotros estamos viendo una proyección más cercana al 2,3% que a un 2,6%. Lo que estamos viendo es que en el escenario actual faltan impulsos todavía para poder concretarse una cifra tan alta como la que está proyectando el Gobierno”.

La mirada de Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, se encuentra en la misma línea. “Nosotros estamos proyectando para este año un 2,3% y para el próximo un 2,1% y eso tiene que ver con una economía que se va a mantener relativamente débil con una capacidad de crecimiento limitada”.

Respecto a las proyecciones para 2025, Lehmann agrega que “nosotros prevemos que el consumo el próximo año se va a recuperar, pero de manera más bien lenta y también estamos viendo una recuperación para la inversión también más lenta de la que está proyectando Hacienda.”

Por ello, los expertos están más cerca de la visión que tiene el Banco Central y el mercado para el total del período de Boric, con lo cual esperan un crecimiento promedio para esta administración peor de la que tiene internalizada Hacienda.

En la cuenta pública de este año, el Presidente Gabriel Boric ante las bajas proyecciones de crecimiento para el mediano plazo y que se ubicaban en torno a 2%, señaló que “yo me rebelo rotundamente frente a los pronósticos que dicen que Chile está destinado a crecer solamente un 2% promedio en las próximas décadas. Estoy convencido y sé que Chile puede más y lo vamos a demostrar”.

Sin embargo, en las proyecciones entregadas este martes el gobierno entregó cifras de crecimiento del PIB hasta el 2029. Y ahí los resultados previstos tampoco son mucho mejores que ese 2% que el Presidente dijo “rebelarse”. Para el período 2024-2029, según Hacienda el crecimiento promedio de Chile sería de 2,3%, en línea con el crecimiento potencial que tiene el país. E incluso para el último año de proyección, el 2029, el gobierno prevé un 2,1% de expansión.

Los economistas también tienen una proyección más baja para el periodo 2024–2029 que la entregada por el gobierno. En su escenario base esperan un crecimiento promedio de 1,9% a 2%.

Lehmann plantea que “para lograr tasas de crecimiento más altas se requiere elevar la tasa de crecimiento de largo plazo, y eso requiere de procesos de aprobación de inversiones mucho más agiles, requiere de señales de estabilidad, seguridad jurídica, una mirada en materia de reformas mucho más consensuada. Estamos hoy día en un escenario de limitación que no se ven señales en lo inmediato de que eso vaya a cambiar”, añade.

Mientras que Grünwald apunta que “para crecer hay que atraer inversión al país y eso es lo que nos hace falta y está muy relacionado con los shocks de incertidumbre que tuvimos”.

Por su parte, Apablaza sostiene que “tenemos que avanzar hacia generar una estructura productiva que sea mejor. Mejorar la productividad a nivel general de la economía, pero también mejorar los incentivos para la inversión y el comercio con el extranjero”. La investigadora también apunta a que las medidas de largo plazo son clave, “si nosotros queremos modificar la inversión y la productividad”.