JP Morgan sale al mercado a vender Transbank y se espera que ofertas lleguen en un par de meses

Transbank

Quienes han mirado los números de la compañía para analizar una oferta, han dado un rango amplio de precios, esto dada la complejidad de la estructura tarifaria de la compañía. Fondos de private equity internacionales podrían tener interés.


2023 podría ser el año en que se defina el devenir de Transbank, luego de años de disputas en tribunales y ante el Tribunal de la Libre Competencia por la estructura de comisiones de la mayor red de adquirencia del país. Los bancos accionistas entregaron un mandato de venta, y la compañía ya está en el mercado.

Esta semana, aseguran varios bancos de inversión, oficialmente JP Morgan “salió” a vender la empresa, y contactó a diversas contrapartes y eventuales compradores. El control de Transbank es en concreto lo que se está ofreciendo, que es el mandato específico que se entregó al banco de capitales de EEUU.

JP Morgan sale al mercado a vender Transbank.

Se espera que las primeras ofertas no vinculantes lleguen en un par de meses, pero el precio a pagar por una entidad de estas características es un tema. Desde un banco de inversión señalan que potenciales interesados en hacer una oferta con quienes ha conversado, han entregado rangos amplios respecto del precio, que varían en múltiplos de 7 y 11 veces EBITDA.

Para el cierre de 2022, Transbank reportó un EBITDA de $75.836 millones, por lo que bajo esos múltiplos, el precio podría variar de US$500 millones a US$1.000 millones.

“El asunto de las tarifas, tasas de intercambio y comisión de marca es altamente complejo y de eso dependerá el precio”, apuntan desde un banco de inversión que está atento a la oferta.

A marzo de este año, Transbank reportó ingresos por $250.237 millones, lo que representa un incremento de 2,5% respecto del mismo período de 2022, mientras que el EBITDA cayó 8,3% a $19.270 millones, y las ganancias bajaron 30,2% a $5.121 millones.

La tarifa y los fondos extranjeros

Fue a principios de año cuando el Comité para la Fijación de Límites a las Tasas de Intercambio, creado por ley en 2022, emitió la resolución donde estableció los cobros máximos a pagar por los medios de pago, y los plazos para que se produzca la rebaja que ello conlleva. Así, el límite máximo de la tasa de intercambio para las tarjetas de débito será de 0,5% sobre cada transacción, para crédito de 1,14% y de 0,94% para el caso del prepago. Pero en 18 meses habrá más cambios, y las tasas para los plásticos de débito bajarían a 0,35%,, mientras que para los de crédito y prepago se reducirán a 0,8%.

Pero esta fijación de precios fue una de las clave a la hora de poner en marcha el proceso de venta por parte de los bancos, pues despejó una de las tres variables que componen la estructura tarifaria de las redes de adquirencia, y por tanto permitiría determinar el eventual precio de Transbank.

Banco de Chile es el mayor accionista de Transbank con 26,16% de la propiedad.

Sin embargo, existen otras variables. La tasa de intercambio es la remuneración que paga el adquirente, como Transbank, al emisor de la tarjeta, como un banco o una casa comercial. Pero dicho pago es uno de los tres componentes que conforman lo que se denomina merchant discount, que es la comisión que el adquirente cobra al comercio que vende. Ese cobro al comercio, además, está compuesto por el costo de marca, que es lo que paga el adquirente a las marcas de tarjetas, y por el margen adquirente, que es la remuneración que recibe el adquirente por sus servicios. Con estos tres elementos se configura el cobro a los comercios, que es un porcentaje de la transacción con la tarjeta, y que es el cobro que realiza Transbank.

Dicha estructura de ingresos, afirman desde un banco de inversión, es lo que complejiza el llegar a un precio por la compañía, al menos en esta etapa inicial. Y hay un factor adicional, que los propios accionistas de Transbank reconocen, podría cambiar el precio: si un banco decide mantenerse en la propiedad, aunque sea con una acción, la compañía seguirá siendo una sociedad de apoyo el giro bancario, un tipo de empresa que según la Ley General de Bancos tiene giro único, es decir sólo podría desarrollar el negocio que tiene en la actualidad, que es afiliar comercios y procesar los pagos de las tarjetas. Es decir, no puede desarrollar nuevos negocios, y por tanto eso puede acotar el precio.

Pero los actuales accionistas, dice una fuente cercana, también pueden ser un problema para un eventual comprador local. Banco de Chile es el mayor accionista de la compañía, con un 26,16% de las acciones, seguido por Santander con un 25%, Scotiabank con 22,69%, mientras que Itaú, BCI y BancoEstado tiene un 8,72% cada uno. En tanto, Banco Falabella, Internacional, BICE y Security tienen cada cual 18 acciones, y JP Morgan tiene 10, equivalente al 0,00%

¿Por qué podría ser un problema? “Ningún local quiere tener eventuales problemas con los bancos, son pocos y grandes”, dice la misma fuente, que relata que ha conversado con eventuales compradores del país, y que han comentado que prefieren no tener disputas sobre, pro ejemplo, “si pagó poco o por las comisiones de las tarjetas”.

Por lo mismo, se apunta a que los eventuales compradores podrían ser fondos de inversión o private equity extranjeros que entiendan el negocio. O eventuales grandes compañías internacionales de comercio.

“A fin de año”, dice una fuente cercana, esperan al menos tener firmada la venta de Transbank - tras revisar las ofertas y el due diligence-, aunque saben que la materialización podría demorar.

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