La columna de César Calomino: “La oportunidad detrás de los datos personales”

La columna de César Calomino: “La oportunidad detrás de los datos personales”

Y es que el espíritu del cambio cultural se basa en que las empresas utilicen únicamente los datos que efectivamente necesitan de las personas y que los administren con el debido cuidado.



Prácticamente todas las actividades económicas trabajan, gestionan o administran datos de las personas de algún modo, por ejemplo, para perfilar sus productos o bien para evaluar a proveedores o clientes. Por lo mismo, la entrada en vigencia de la Ley que regula el correcto tratamiento de los mismos, impactará en la inmensa mayoría de las empresas (aunque muchas de ellas aún no lo sepan) tanto en su forma de operar como en la manera en la que se relacionan con sus clientes.

Hace pocos meses, me tocó arrendar un auto y me llamó mucho la atención que incluso antes de conocer mi requerimiento, se me pidió entregar el RUT. Ese tipo de prácticas, tan interiorizadas en algunas industrias, deberían cortarse de raíz y pueden impactar fuertemente en la administración de un negocio si es que no se toman las adecuaciones necesarias.

La primera: Replantearse cómo nos relacionamos con los dueños de los datos. La segunda: identificar cuál es la data mínima que se requiere para operar (para depender al mínimo de la primera).

Y es que el espíritu del cambio cultural se basa en que las empresas utilicen únicamente los datos que efectivamente necesitan de las personas y que los administren con el debido cuidado. Acá entra en juego el gran “game changer”: el tremendo desafío que significa custodiar esa información, bajo una amenaza cada vez más creciente de ciberataques.

En el mercado financiero, el escenario es aún más retador, con la inminente instalación del modelo de Finanzas Abiertas y la entrada en vigor de un paquete legislativo que incluye las leyes Fintech y de Deuda Consolidada, que cimentan las bases para que los distintos actores del mercado compartan volúmenes de información nunca antes vistos y, por lo mismo, nos obliga como industria a elevar los estándares de seguridad a niveles sin precedentes.

Son tiempos movidos y desafiantes para quienes lideran las empresas, independiente de su giro o tamaño. Todos trabajamos con datos. El nuevo escenario regulatorio y el exponencial avance tecnológico representa una tremenda oportunidad para el desarrollo de las empresas, en la medida que adapten su forma de relacionarse con los datos y los dueños de los mismos.

El autor de esta columna es gerente general de Equifax Chile.

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