La columna de Gonzalo Said: “De una retórica divisiva a pensar en Chile”
"Es hora de que todos, tanto desde el sector público como desde el privado, nos comprometamos a dejar de lado la retórica divisiva y trabajemos juntos para abordar los desafíos que enfrenta nuestro país".
Es momento de subir el nivel de nuestra discusión y de ser francos y directos. Las recientes declaraciones de diversas autoridades del gobierno del Presidente Gabriel Boric reflejan un cambio de tono preocupante en el panorama político.
La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, hace unos días, instaba a los empresarios a “pagar mejor”, como si las remuneraciones en un país dependieran exclusivamente de la benevolencia del sector empresarial. ¿Acaso ignoramos que los salarios en Chile están por sobre los del resto de América Latina y en parte explican el flujo migratorio que hemos experimentado en los últimos años?
Por otro lado, la ministra Secretaria General de Gobierno, Camila Vallejo, mencionó un caso de corrupción que involucra a un conocido litigante -quien, además, era el abogado del jefe de asesores de La Moneda-, hablando de una “red de corrupción de cuello y corbata”.
El Presidente Gabriel Boric, durante la inauguración de un proyecto minero la semana pasada, declaró su optimismo a largo plazo para Chile, pero rápidamente lanzo una crítica a los sectores empresariales, instándolos a abandonar lo que el describe como una “soberbia paternalista” que solo conduce a emitir juicios denigratorios hacia los gobiernos elegidos por el pueblo.
Estas afirmaciones parecen desviar la atención del grave problema que enfrenta la inversión en Chile y la urgencia de establecer puentes de dialogo y confianza con el sector privado. En el último trimestre de 2023, la inversión registró una caída anual del 5,7%, la peor en tres años. Además, el índice mensual de confianza empresarial acumula dos años en zona pesimista, exactamente el mismo periodo de esta administración.
Desde el sector empresarial, nunca hemos dirigido juicios denigratorios hacia el gobierno. Muy por el contrario, hemos ofrecido opiniones constructivas sobre políticas públicas que pueden mejorarse. Esta contribución es parte de nuestro deber como actores sociales, reconociendo que es la deliberación legislativa la que tiene la última palabra, y nuestro papel es participar transparentemente de esa discusión.
Tampoco hemos generalizado los escandalosos casos de corrupción que involucran a algunas autoridades de la actual administración, como el Caso Fundaciones, donde varios funcionarios están bajo investigación, y algunos incluso en prisión.
Desde el mundo empresarial, valoramos la evidencia empírica al expresar nuestras opiniones, siempre con un enfoque técnico que prioriza el bienestar del país sobre los intereses particulares. Además, como dirigentes, hemos tomado el legado de nuestros predecesores, valorando profundamente su experiencia.
Es hora de que todos, tanto desde el sector público como desde el privado, nos comprometamos a dejar de lado la retórica divisiva y trabajemos juntos para abordar los desafíos que enfrenta nuestro país. Debemos ponernos serios, escucharnos mutuamente y colaborar activamente para construir un futuro mejor para todos los chilenos.
*El autor de la columna es vicepresidente de la Sofofa
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