La columna de Gonzalo y Matías Larraguibel: “Empresas más productivas, una necesidad estratégica”
"¿Está gestionando proactivamente la productividad y competitividad de su empresa? ¿Es la velocidad de cambio adecuada?"
Con una productividad estancada en los últimos 15 años, un pronóstico de crecimiento muy acotado -el Banco Central estima que el Producto Interno Bruto (PIB) tendencial no superará el 2% entre 2025 y 2034-, y un contexto volátil y complejo a falta de políticas públicas y sectoriales, parece clave que sean las propias empresas quienes tomen medidas para mejorar su productividad y competitividad.
En ese sentido, el presupuesto base cero (PBC) emerge como una herramienta poderosa que, si bien no sustituye del todo la necesidad de generar mejoras estructurales profundas, permite una gestión eficiente y efectiva de los recursos, ayudando a las empresas a mejorar su productividad rápidamente al generar reducciones significativas, de entre 10 a 25%, en sus diversas categorías de costos y gastos. Esto mediante un análisis exhaustivo de sus drivers y del establecimiento de un sistema de visualización y control presupuestal, sin afectar la cantidad de personal ni aumentando su carga de trabajo.
Un ejemplo muy concreto. Con esta herramienta, una gran empresa del retail identificó ineficiencias significativas en la utilización de contenedores para el retiro de residuos, con sucursales que sólo usaban el 20% de su capacidad versus otras de operaciones comparables que usaban el 90%. Esto permitió generar grandes eficiencias en esta categoría de gasto, tras entender los drivers correctos, hacer comparaciones, buscar mejores prácticas y realizar los ajustes necesarios en la operación.
Casos como el anterior abundan, sobre todo en grandes compañías donde el control se complejiza. Por eso, el PBC puede generar mejoras relevantes en sus resultados, que no se deberían pasar por alto en una gestión eficiente.
Para el éxito del proceso es clave definir roles y responsabilidades claras, así como también involucrar a los gestores de los gastos en el proceso de análisis y optimización. Por un lado, esto desafía a las personas a ser creativas y proactivas en la búsqueda de nuevas herramientas, procesos y formas de trabajo que permitan obtener resultados óptimos con menos recursos. Por otro, cataliza un verdadero cambio cultural en toda la organización, llevándola a cuidarlos mejor, poner foco en el rendimiento y generar eficiencias cada vez que sea posible.
Con una visualización más granular y atomizada de la información, el detalle y la transparencia inherentes a esta metodología permiten tomar decisiones más informadas y ágiles, facilitando la asignación de recursos según los cambios en el entorno y la estrategia, fortaleciendo la resiliencia organizacional frente a la incertidumbre. Esto, sumado al mayor control financiero derivado del nuevo sistema de gestión, y al cambio cultural orientado a la eficiencia y mejora continua, hacen del PBC una herramienta poderosa, facilitando la navegación de las empresas y contribuyendo a la generación de ventajas competitivas sostenibles en el tiempo.
¿Está gestionando proactivamente la productividad y competitividad de su empresa? ¿Es la velocidad de cambio adecuada?
*Los autores de la columna son socios de Virtus Partners
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