La columna de Hernán de Solminihac: “El aporte del expresidente Piñera al plan de monitoreo volcánico”
"Las erupciones volcánicas se transformaron en procesos que, en la mayoría de los casos, se pueden predecir y coordinar con la población gracias a dichos instrumentos".
Hace un poco más de 13 años, el complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle entró en erupción, obligando la evacuación de al menos 3.500 personas, mientras que su nube de cenizas no solo alcanzó a los países vecinos, sino también dio la vuelta al mundo. Se estima que 100 millones de toneladas de cenizas, arena y piedras fueron expulsadas.
Hoy dicha erupción es recordada entre las grandes amenazas naturales que hemos vivido. También como uno de los eventos donde el país pudo pronosticar con horas de anticipación su actividad, gracias al gran paso que habíamos dado como país en materia de cobertura volcánica.
Desde su primer gobierno, el expresidente Sebastián Piñera priorizó la seguridad de las personas en su gestión. Cumpliendo con este desafío, mandató entonces al Ministerio de Minería a reforzar el plan de monitoreo volcánico a través de Sernageomin, según la peligrosidad y actividad volcánica, además de la ubicación y riesgo para la población.
Al finalizar su primer mandato, en 2014, Chile alcanzó una cobertura de un 45% respecto a los 95 volcanes priorizados entonces en el territorio continental. Esto significó contar con 43 volcanes monitoreados a través sismómetros, GPS y cámaras.
A partir de entonces, las erupciones volcánicas se transformaron en procesos que, en la mayoría de los casos, se pueden predecir y coordinar con la población gracias a dichos instrumentos. Por ejemplo, la red de monitoreo permitió pronosticar con horas de anticipación el inicio de la también recordada erupción del volcán Hudson en ese mismo período.
Gracias a la valiosa información de estos equipos, Sernageomin hoy puede continuar con su vigilancia en línea y comunicar de manera oportuna eventuales cambios en la actividad de los volcanes priorizados según su peligrosidad y riesgo para la población.
Este paso en la seguridad de las comunidades significó a su vez un cambio del centro de operaciones del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur (Ovdas), en Temuco, que vio la inauguración de su nuevo edificio, con una moderna sala de monitoreo, pasando a ser uno de los de mayor cobertura en el mundo.
Dichas instalaciones fueron posible gracias al gran esfuerzo de todas y todos los funcionarios del Sernageomin y del gobierno regional, que permitieron la materialización de este importante proyecto para el país.
El observatorio alberga a la Red Nacional de Vigilancia Volcánica. Esto significa que recibe información de los volcanes monitoreados y del equipo del Programa de Riesgo Volcánico.
Asimismo, la inversión realizada transformó al Ovdas en el lugar que concentra la mayor cantidad de volcanes monitoreados en un solo punto y, además, en un centro de investigación. Este centro posee una ubicación estratégica, dado que está próximo a los volcanes Villarrica y Llaima, dos de los más activos de Sudamérica.
Actualmente, en las instalaciones del observatorio, de 2.700 metros cuadrados, trabaja un gran número de geólogos, sismólogos, físicos e ingenieros, entre otros.
Con orgullo podemos destacar que Chile cuenta con un observatorio de clase mundial, uno de los más amplios en cuanto a número de volcanes vigilados, gracias a una mirada de Estado que ha trascendido los distintos gobiernos. El aporte del exmandatario Sebastián Piñera en esta área, ha contribuido en el tiempo a que las erupciones volcánicas sean procesos que, en la mayoría de los casos, puedan predecirse para la tranquilidad de las familias.
*El autor de la columna es profesor titular de Ingeniería UC, miembro del comité ejecutivo de Clapes UC y presidente Colegio de Ingenieros de Chile