La columna de Hernán de Solminihac: “¡Feliz cumpleaños!”

Los 66 años de existencia del Colegio de Ingenieros de Chile, representan un momento propicio para reflexionar sobre el papel crucial que los ingenieros y las ingenieras han desempeñado en el desarrollo de Chile, así como los desafíos que enfrentan en el contexto económico mundial y local actual.

A lo largo de seis décadas, el Colegio de Ingenieros ha sido un pilar fundamental en el desarrollo del país, fomentando valores de excelencia y compromiso social. Gracias a la visión y liderazgo de 15 presidentes que ha tenido el gremio, la comunidad ha evolucionado y se ha adaptado a las cambiantes demandas del entorno, consolidando así la ingeniería en todas sus disciplinas como un motor para el país.

La historia de la ingeniería en Chile está marcada por hitos impresionantes, desde la inauguración y extensión del Metro hasta proyectos actuales como el Puente del Chacao. Esta trayectoria incluye no solo éxitos notables en el ámbito de nuestra infraestructura y servicios, sino también contribuciones cruciales en momentos de nuestra historia, como la reconstrucción del país tras los terremotos y tsunamis de 1960 y de 2010.

Dichos logros también han venido acompañados de enseñanzas y aprendizajes, como el accidente y posterior rescate de los 33 mineros o la modernización del sistema de alerta de tsunamis. Estos ejemplos subrayan la importancia de la supervisión y la mejora continua en los proyectos donde participa la ingeniería.

Mirando al futuro, la preparación de las nuevas generaciones de ingenieros e ingenieras es esencial. El Colegio juega un papel vital en este aspecto, no sólo promoviendo la formación técnica, sino también inculcando estándares éticos y valores humanistas. En un mundo marcado por desafíos ambientales y sociales, la responsabilidad de liderar soluciones sostenibles e innovadoras recae sobre la ingeniería. Por ejemplo, desde el desarrollo de energías limpias hasta la aplicación de la inteligencia artificial para mejorar procesos productivos.

En este desafío, la formación ética y humanista adquiere una importancia crítica. En un entorno donde los errores son oportunidades de crecimiento, cultivar una mentalidad ética se convierte en un activo invaluable. La ingeniería del futuro no solo será técnica, sino también ética y socialmente consciente.

En este aniversario del Colegio de Ingenieros de Chile, celebremos no sólo el pasado, sino también el presente y el futuro que están moldeando nuestro desarrollo. ¡Felicidades a una comunidad que ha sido y seguirá siendo la fuerza impulsora detrás de un Chile más próspero y sostenible!

*El autor de la columna es profesor titular Ingeniería UC, miembro Clapes UC y presidente Colegio de Ingenieros de Chile