La columna de Javier Salinas: “Con la mirada en el 2025″

Traders work on the floor of the NYSE in New York
La columna de Javier Salinas: “Con la mirada en el 2025″

"Este nuevo año augura estar lleno de eventos para la economía y el mercado financiero chileno".



Inicia ya el 2025, con muchos de nosotros guardando las decoraciones navideñas y, con ellos, los recuerdos de un año con volatilidad e incertidumbre en los mercados financieros. Pero no todo ha quedado atrás, ya que el 2024 nos dejó preparada la antesala de lo que parece será otro año lleno de noticias.

Y por qué no iniciar con el bien comentado resultado de la elección norteamericana en noviembre del 2024. El triunfo de Donald Trump anticipa un cambio relevante en la conducción de las políticas económicas en Estados Unidos: política comercial (con el plan de incrementar los aranceles o, en su defecto, utilizarlos como herramienta de negociación para ciertos acuerdos internacionales), cambios en los equilibrios fiscales (con una prometida reducción de los gastos del gobierno, así como de menores impuestos, en donde no es claro que esto culmine con una reducción de los déficits fiscales y el ritmo de incremento de la deuda), propuestas para incrementar la productividad y el crecimiento, entre otras. Esto podría significar un menor comercio global, un dólar fortalecido (aunque al presidente electo no le apetezca) y tasas de interés más altas en Estados Unidos y el mundo. Y si bien hasta ahora solamente hemos visto señales y anuncios, a fines de enero podremos comenzar a ver cuánto de esto se convierte en política pública y cuánto era solamente demagogia electoral.

En otra parte del mundo, la economía china continúa dando señales todavía de debilidad. Por ahora, las perspectivas de crecimiento para 2025 se mantienen en torno a 4,5%, después de que en 2024 esta cifra se habría situado un par de décimas sobre ésta. Y en este año, tanto la tensión comercial entre el gigante asiático y el norteamericano como la respuesta en forma de estímulos económicos de China serían el foco de atención. Por ahora, hay que esperar atentos.

Aterrizando en Chile, una economía pequeña y abierta, sujeta a los vaivenes de la economía global, y en particular del precio del cobre, la atención mediática podría centrarse en el proceso electoral. Por ahora, las encuestas apuntan a una clara ganadora de la elección presidencial (pero es temprano para que algunos canten victoria, porque la gracia de las sorpresas es que son fenómenos inesperados), aunque el nivel de gobernabilidad del siguiente gobierno podría depender de la composición del nuevo Congreso, en donde la lógica binaria (con un bloque de izquierda y otro de derecha) está quedando atrás y podríamos encontrarnos con 3 o 4 bloques políticos (los que, sin embargo, aún podrían ser ordenados en el tradicional espectro político de izquierda y derecha). Además, no se pueden descartar propuestas legislativas o del gobierno previas a la elección con fines que trascienden lo económico o social. Y ni para qué hablar de las políticas fiscales y monetarias, en donde esta última se encuentra en la última milla de su normalización (la cual parece ser más compleja de lo esperado).

Deseo que el 2025 sea un buen año para todos, pero de lo único que podemos tener algo de certeza es que este nuevo año augura estar lleno de eventos para la economía y el mercado financiero chileno.

*El autor de la columna es economista jefe de LarrainVial Research

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