La columna de Javier Salinas: “Cuando los vientos soplan a tu favor”

Sheinbaum
Claudia Sheinbaum y Andres Manuel Lopez Obrador

"Ciertos factores (entre los que destacan los geopolíticos) han llevado a que México sea un sitio atractivo para las inversiones, independiente de las políticas tomadas por el gobierno".



Para algunos parecerá apresurado hablar de elecciones presidenciales en la región, con la primera vuelta en Chile a finales del 2025 y, en Perú y Colombia, en el primer semestre del 2026. Sin embargo, si uno mira al norte, México y Estados Unidos están actualmente inmersos en campañas para elegir a su nuevo presidente este año. Y la experiencia mexicana, que es la más cercana, podría darnos luces de lo que lo que podría ocurrir acá.

Tres son los candidatos que aparecerán en la boleta electoral presidencial en México: Claudia Sheinbaum por la coalición Sigamos Haciendo Historia (cuyo miembro principal es Morena, el partido al que pertenece el presidente López Obrador), Xóchitl Gálvez por la coalición Fuerza y Corazón por México (compuesta por el PAN, el PRI y el PRD, las tres grandes fuerzas políticas históricas antes de la aparición de Morena), y Jorge Álvarez de Movimiento Ciudadano. Las encuestas dan como ganadora a Sheinbaum sobre Gálvez por, a lo menos, 10 puntos, con una mediana de alrededor de 25 (dependiendo del instrumento). Así, el resultado que éstas anticipan es claro: Si bien Gálvez ha ido tomando momentum en los últimos meses, es altamente probable que Claudia Sheinbaum sea la siguiente presidenta de México, la primera mujer en ejercer ese cargo y la segunda morenista (prosiguiendo al presidente López Obrador).

La actual figura presidencial tiene una significativa influencia en este resultado que anticipan las encuestas, particularmente por sus altos niveles de aprobación. A lo largo de su mandato, la aprobación del mandato del presidente López Obrador rara vez ha estado bajo los 50 puntos, y en los últimos meses ésta ha oscilado entre los 65 y los 75 puntos. Y si bien los presidentes mexicanos de las últimas décadas han presentado altos niveles de aprobación en el transcurso de sus mandatos (con la excepción de Enrique Peña Nieto), el presidente actual destaca del resto.

La historia del presidente López Obrador tiene varios paralelismos con la de los últimos mandatarios electos de la región: un presidente de izquierda, alejado del centro, definido por algunos como un outcast de la política, y que con un partido de reciente conformación logra llegar a la presidencia. Sin embargo, hay dos elementos que lo diferencian del resto. El primero es que logró llegar al poder con una mayoría en el congreso, lo que le permitió sacar adelante parte de su programa de gobierno. El segundo es el escenario internacional, ya que, si bien no ha sido favorecedor para las economías emergentes durante los últimos años, ciertos factores (entre los que destacan los geopolíticos) han llevado a que México sea un sitio atractivo para las inversiones, independiente de las políticas tomadas por el gobierno.

Así, más allá de evaluaciones personales del desempeño del gobierno mexicano, lo que es una realidad casi innegable es que Morena lograría continuar en el poder en México (lo que para algunos podría ser esperanzador y para otros riesgoso), fenómeno político que querría ser emulado por más de alguien en nuestra región. Sin embargo, antes de tomar conclusiones aceleradas, no hay que olvidar que la tarea es más sencilla cuando los vientos soplan a tu favor.

*El autor de la columna es economista jefe LarrainVial Research

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