La columna de María Ana Matthias: “Colaboración, liderazgo, diversidad y Fiestas Patrias”

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La columna de María Ana Matthias: “Colaboración, liderazgo, diversidad y Fiestas Patrias”

"Podemos -debemos- permitirnos soñar con un futuro donde la complementariedad de género sea un hecho de la causa en nuestro país".



Septiembre es un mes especial para los chilenos. Es el período en que conmemoramos la conformación de la Primera Junta Nacional de Gobierno, hito que unos años después culminaría en la independencia de Chile. Este hecho histórico nos dejó como legado valores que son especialmente necesarios en momentos como los actuales, en que necesitamos más que nunca signos de esperanza, para contrarrestar la inseguridad y desconfianza que sabemos preocupan a la ciudadanía.

Un valor que resalta de inmediato es la colaboración. Porque una gesta como la de la independencia no hubiera sido posible sin un trabajo mancomunado, de largo plazo y orientado a un objetivo común. Acá fueron claves los próceres que pasaron a la historia, así como tantas personas anónimas que también fueron arquitectos de nuestro país. La colaboración es consecuencia de un liderazgo inspirador, capaz de aunar voluntades y corazones por un propósito común. La decisiva y valiente actuación de personajes como Bernardo O’Higgins, José Miguel Carrera o José de San Martín, así como su ejemplo y capacidad de inspirar y movilizar a otros -incluso a dar la vida- por la naciente patria, fueron centrales para que hoy chilenos y chilenas podamos vivir, crecer y desarrollarnos en esta tierra, decidiendo nuestros destinos con autonomía y luchando por nuestros sueños personales y comunitarios.

La joven nación se construyó además sobre la base de la diversidad, desde sus inicios. Somos un país heterogéneo, que goza de distintos climas, tradiciones y formas de ver la vida. Chile es, desde sus orígenes, un crisol de experiencias, un eterno mestizaje que poco a poco va mostrando sus frutos.

Es cierto que, hace 200 años, la mayor parte de las mujeres no pudieron ejercer un rol público en el diseño de nuestra nación. Aun así, figuras como Javiera Carrera y Luisa Recabaren, por mencionar a algunas, tuvieron una activa participación en la causa patriota, demostrando gran coraje e inteligencia. Pero fueron muchas más las que, desde la privacidad de sus hogares, trabajaron para el éxito del proceso.

La fiesta nacional de la independencia nos muestra una vez más que es la unión de todos lo que finalmente levanta a una nación. Podemos -debemos- permitirnos soñar con un futuro donde la complementariedad de género sea un hecho de la causa en nuestro país, donde los niños y niñas tengan las mismas oportunidades desde el nacimiento, donde la colaboración a todo nivel -en las organizaciones, en las familias, en la relación público-privada- se dé de forma más intensa y permanente, y donde todos puedan aportar sus talentos con miras a la construcción de un Chile más próspero para todos.

Son muchos los retos que tenemos por delante, pero septiembre, que trae consigo la primavera, el regreso del calor y el inicio de la última parte del año, nos puede regalar también el impulso que necesitamos para transformar intenciones en acciones concretas. Aprovechemos esta meseta en nuestro trayecto para recargarnos, inspirarnos y empaparnos de los valores que permitieron que nuestra patria existiera.

*La autora de la columna es presidenta de REDMAD

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