La columna de Nicolás Navarrete: “Microfinanciamiento: una oportunidad para emprendimientos de familias vulnerables”

Dinero
La columna de Nicolás Navarrete: “Microfinanciamiento: una oportunidad para emprendimientos de familias vulnerables”

"Dar respuesta a la necesidad de crecimiento de microemprendedores es un imperativo ético que debe convocar a los privados y al Estado".



El descenso sostenido de la inflación a partir del tercer trimestre de 2022 ha permitido que la economía chilena tenga mejores perspectivas hacia el futuro. Uno de los indicadores más visibles al respecto son las tasas de interés, que se han ido reduciendo en la misma medida.

No obstante, en este escenario más auspicioso para la economía nacional, el acceso al crédito permanece desigual. Un dato de la causa: los sectores de menos ingresos reciben una oferta de créditos con tasas de interés más altas y condiciones más restrictivas que el resto de nuestro país. En consecuencia, existe un grupo de la sociedad, quienes más lo necesitan, que presentan mayores dificultades para acceder a financiamiento para usos generales o, más importante aún, para impulsar sus negocios o emprendimientos, muchas veces la fuente de ingresos fundamental del hogar. En este contexto, los emprendimientos de baja escala o más vulnerables enfrentan dificultades para mantener sus negocios, hacer mejoras, comprar mercadería, adquirir capital productivo, entre otras cosas.

Según la Séptima Encuesta de Microemprendimiento del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, en Chile existen 1.977.426 personas microemprendedoras. De estos emprendimientos, más de un millón son informales y más de 234 mil usaron crédito (de instituciones con o sin fines de lucro), o programas del gobierno como fuente de financiamiento para la puesta en marcha de sus actividades económicas. Para estos emprendimientos, los procesos de evaluación y análisis de antecedentes para el acceso a servicios financieros son más adversos, debido a la falta de referencias comerciales, sistemas de contabilidad débiles, entre varias otras razones. Esto, nuevamente, limita sus posibilidades de financiamiento en el mercado formal. Muchos recurren a préstamos informales con altas tasas de interés y con el riesgo de ingresar en contextos delictuales.

Frente a esta dificultad, el Estado puede lamentarse, molestar o tomar acciones responsables y sostenibles que vayan en directa ayuda a estos emprendimientos de menor desarrollo. Nuestra opción es la última. Así, desde el Fosis trabajamos con instituciones de microcrédito para facilitar financiamiento para emprendedoras y emprendedores, a través del Programa de Acceso del Microcrédito, con el fin de ayudar —sobre todo— a aquellas personas con emprendimientos que se realizan en casas y muchas veces en la informalidad.

Durante este semestre, hemos innovado y por primera vez en nuestra historia convocamos a las personas microemprendedoras que necesitan acceder a financiamiento para sus negocios a postular al programa de microcrédito. Quienes cumplan los requisitos, serán contactados por instituciones de microfinanzas licitadas, las que evalúan el crédito, las condiciones de pago y entregan el dinero solicitado.

Esta es una iniciativa para acercar a las personas más vulnerables a las mejores condiciones para acceder a un financiamiento seguro y saludable.

Dar respuesta a la necesidad de crecimiento de microemprendedores es un imperativo ético que debe convocar a los privados y al Estado. Alianzas público-privadas como la del Fosis con las instituciones de microcrédito son un ejemplo de cómo se puede hacer un esfuerzo conjunto para llegar con un apoyo a miles de personas emprendedoras que buscan una oportunidad para mejorar su calidad de vida y la de sus familias

De esta forma, desde el gobierno queremos avanzar de una política pública y una forma de ver el desarrollo social de las personas centrada solo en el individuo a un estilo más colaborativo de trabajo, con perspectiva de género, que sea sustentable e inclusiva. Estamos convencidos que ninguna persona, ninguna familia, surge si no hay colaboración entre todos los actores involucrados, privados y públicos, y nuestro rol como Estado es apoyar allí donde menos oportunidades ha habido.

*El autor de la columna es director nacional del Fondo de Solidaridad e Inversión Social (Fosis)

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