La columna de Ornella Bono: “Doble click a las sillas IPSA”

Bolsa de Comercio
La columna de Ornella Bono: “Doble click a las sillas IPSA”. En la foto: la fachada de la Bolsa de Comercio de Santiago.

"En los últimos tres años, se eligieron 235 directores titulares, de los cuales solo 25% (64 miembros) son nuevos".



Analizar la composición de la gobernanza de las grandes sociedades anónimas chilenas es un ejercicio importante para comprender y valorar la evolución de los gobiernos corporativos de nuestro país. Ese espíritu es el que nos movió en Humanitas/Cornerstone Chile a realizar un estudio que explora la distribución y composición de los directorios IPSA en 2023, ad-portas de la temporada de juntas de accionistas de este año.

Los resultados que encontramos no abren espacio a dudas: existe una baja rotación de directores entre las principales sociedades anónimas nacionales. En efecto, de las 253 sillas de director titular para las 30 empresas del IPSA, el 80%, esto es, 202 miembros, fueron elegidos con los votos de los accionistas controladores, mientras que el 12%, es decir, 31 personas, lograron un puesto de la mano de los institucionales. El 8% restante corresponden a otros casos. Esta información se refuerza con el hecho de que, en los últimos tres años, se eligieron 235 directores titulares, de los cuales solo 25% (64 miembros) son nuevos.

Estos números abren varias ventanas de reflexión. En primer lugar, en un contexto en que las empresas están muy desafiadas desde varios frentes -la incertidumbre, el cambio climático, la inclusión, entre muchos otros- es clave que las organizaciones cuenten con gobiernos corporativos balanceados. Esto significa complementar la trayectoria y el conocimiento acumulado, que permite entender el negocio y su administración con la profundidad que se requiere, con perspectivas frescas, que desafíen el statu quo y que sean capaces de ver riesgos y oportunidades allí donde la mirada enfocada (principalmente) en el negocio a veces pasa de largo.

La evidencia que expone nuestro estudio también debe llevar a ajustar expectativas: si bien existe un gran interés entre muchas personas por ser director de empresas, lo cierto es que lograr un sillón IPSA es muy difícil dado el restringido espacio que existe para nombres nuevos.

Un tercer aspecto que resalta es que, si bien hay pocos cupos -en el último proceso de renovación solo ingresaron 28 directores nuevos a empresas IPSA que no presentaban un vínculo anterior con estas- la mayoría de estos casos, es decir, 15 vacantes, fueron ocupadas por mujeres (este número no considera a los institucionales). Este dato nos sugiere que se está incorporando el aporte que ellas traen a estas instancias; si se mantiene esta tendencia, podríamos estar ante un cambio de paradigma que conlleva grandes dosis de responsabilidad.

De cara al nuevo ciclo de juntas de accionistas, no deberíamos ver mayores cambios en lo que respecta a composición de los directorios. La renovación es un proceso lento, pero inevitable si se aspira a permanecer en el tiempo. Alcanzar el equilibrio entre la experiencia y miradas frescas parece ser el camino para seguir.

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