La columna Karin Moore: “Colaboración público-privada: un pacto por el futuro de Chile”

Izamiento de la Gran Bandera Bicentenario
La columna Karin Moore: “Colaboración público-privada: un pacto por el futuro de Chile”

"Uno de los mayores obstáculos ha sido la histórica desconfianza entre los sectores público y privado".



Chile atraviesa un estancamiento económico que ha perdurado por más de una década. Con tasas de crecimiento decepcionantes y una competitividad en declive, el país parece sumido en una preocupante inercia. En este contexto, la colaboración público-privada (APP) se presenta como una herramienta indispensable para reactivar la economía, promover un desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de los chilenos. No obstante, para que estas alianzas funcionen de manera efectiva, es necesario enfrentar y superar los obstáculos que hasta ahora han limitado su impacto: desconfianza mutua, excesiva burocracia y la falta de una visión compartida de largo plazo.

Uno de los mayores obstáculos ha sido la histórica desconfianza entre los sectores público y privado, alimentada por la percepción de intereses contrapuestos y el temor a la corrupción. No obstante, situaciones críticas como la pandemia de COVID-19 demostraron el potencial de una colaboración eficiente. La rápida distribución de vacunas, gracias a la sinergia entre ministerios, farmacéuticas y centros de investigación, salvó miles de vidas, mostrando lo que puede lograrse con objetivos claros y confianza mutua.

Un caso adicional de éxito lo constituyen las autopistas concesionadas, que han transformado la conectividad y la infraestructura vial del país. Pero estos logros no deben inducir a la complacencia. En los últimos años, Chile ha desaprovechado su capacidad para atraer inversiones, debilitando su competitividad frente a otras economías emergentes.

Para revitalizar el potencial de las APP en Chile, es indispensable una institucionalidad más ágil y eficiente. La excesiva burocracia (permisología) ha ralentizado proyectos de infraestructura clave, generando frustración, tanto en el sector público como en el privado. Es urgente simplificar los trámites regulatorios y establecer mecanismos como la “ventanilla única”, que permitan acelerar las inversiones sin sacrificar el rigor en las evaluaciones.

A su vez, es fundamental que los beneficios de las alianzas público-privadas lleguen a toda la sociedad. Casos emblemáticos como el de la industria sanitaria, mencionado por el expresidente Frei en la presentación del libro de Clapes UC, Chile 2050. Un país. Cuatro presidentes, demuestran cómo un marco regulatorio robusto puede ser clave para garantizar que los sectores más vulnerables accedan a servicios básicos de calidad.

La transparencia y la rendición de cuentas son pilares esenciales para generar confianza en la ciudadanía. Solo bajo un marco ético riguroso estas alianzas pueden convertirse en verdaderos motores de desarrollo, asegurando un impacto social y ambiental sostenible en el tiempo.

Chile no puede permitirse seguir perdiendo años en la parálisis económica. La colaboración público-privada no es solo una opción, es una necesidad para salir del estancamiento en que nos encontramos. Es hora de recuperar la ambición y visión que alguna vez posicionaron a nuestro país como líder regional. Tal como expresó el expresidente Frei: “Necesitamos menos ideología y más convicción”.

Las lecciones del pasado son contundentes: cuando el Estado y el sector privado trabajan juntos, los resultados pueden ser transformadores. Hoy, más que nunca, necesitamos un pacto por el futuro de Chile. Un compromiso decidido entre todos los actores para construir un país más próspero, equitativo y sostenible. Es imperativo que avancemos con urgencia del discurso a la acción. El desafío es grande, pero la oportunidad lo es aún más.

*La autora de la columna es coordinadora legal, Clapes UC

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