La crisis logística que afecta a la uva de mesa en EE.UU.: US$10 millones en sobrecostos a navieras y 7 millones de cajas sin embarcar
Mayor congestión naviera en los puertos de Filadelfia y la falta de capacidad de fumigación generaron una demora de prácticamente dos semana en el desembarco de la fruta. A ello se suma la estrecha competencia que protagonizan los productores peruanos de uva de mesa con los chilenos en el mayor mercado de exportación, Estados Unidos. “Perú nos está pisando los talones”, dijo el presidente de Decofrut, Manuel José Alcaíno.
Las expectativas eran promisorias. La International Fresh Produce Association (IFPA) proyectaba que las exportaciones de uva de mesa durante la temporada crecerían 13,6%, hasta 684.700 toneladas, mientras Asoex aspiraba a un alza superior al 15%, con 693.704 toneladas. Sin embargo, ese pronóstico se vio rápidamente truncado. Se exportaron 602.740 toneladas.
“Pensamos que el año pasado había sido malo por la lluvia y que nos esperaban tiempos mejores, y ocurre un mazazo tremendo que nos ha golpeado muy fuerte”, señaló ayer el presidente de Decofrut, Manuel José Alcaíno, en el marco de un seminario de Fedefruta.
Para este 2021/2022, la industria preveía enviar, a todos los mercados, 82 millones de cajas; los problemas logísticos habrían reducido ese volumen a 75 millones de cajas: unas 7 millones de cajas quedaron sin exportar por, en gran parte, falta de capacidad marítima. “Fue mucha”, señala. “Creo que la diferencia entre lo que estimábamos y lo que se envío era fruta que estaba; mucha de ella quedó embalada por falta de barco o porque ya no tenía las piernas para haber aguantado el viaje”, agregó.
Estados Unidos es el principal destino de la uva de mesa chilena. En la temporada 2020/2021 representó un 48% de los envíos, seguido de lejos por China, con un 26%.
A ese mercado, el producto ingresa básicamente por el puerto de Filadelfia. Puntualmente por el terminal de Holt y el puerto de Wilmington, terminales que estuvieron prácticamente colapsados. Si en la temporada anterior arribaron 22,8 millones de cajas, en esta fueron 27,3 millones: 4 millones más de cajas que debían ser fumigadas en el ingreso. El atochamiento se vio impulsado por el triple de cítricos provenientes de Marruecos –saltaron de 63.000 pallets a 200.000-, que desviaron sus envíos desde Europa, afectado por la guerra, a Norteamérica.
Ello se agravó por la decisión del Puerto de Wilmington de no recibir contenedores a fumigar, por lo que todo se concentró en el terminal de Holt: del orden de 20 contenedores diarios y se armó un terminal de fumigación para agregar cerca de 40 adicionales. “Eran 60 contenedores diarios de fumigación, o sea la capacidad semanal que tenía el sistema era de 360 contenedores”, señaló Alcaino. Y sólo en la semana 11, el peak de la temporada, Chile envío 945 contenedores. Dada la capacidad del sistema, esa cantidad terminó de ser fumigada en la semana 17, es decir, del 25 de abril al 1 de mayo. “Esto explica la demora brutal que tuvieron los contenedores en ser fumigados”, dijo.
Con todo, si un chárter tarda normalmente 12 días en llegar y desembarcar la fruta, ahora el tiempo se extendió en hasta 13 días más; lo mismo ocurrió con los liners –un tipo de containers- que tuvieron 18 días en promedio de tardanza. Ello generó problemas con la calidad de la fruta. Y....aún más, un sobrecosto por parte de las navieras. Las empresas de transporte marítimo autorizan almacenar la fruta un par de días sin costo desde la llegada a puerto, pero acá fueron prácticamente dos semanas. Y si bien no hay un dato acabado, Alcaino aseguró que las estimaciones apuntan a un sobrecosto por demurrage (sobreestadía) de unos US$10 millones. Un 90% de los contenedores salieron vía la naviera MSC ante la ausencia de charters que pudieran llevarla. Según reveló Alcaino, habría una disponibilidad de MSC de rebajar los demurrage de fruta.
Todo aquello se vio impactado por el lento retiro de la fruta fumigada desde los puertos. Alcaino explicó que ese proceso se hace de un día para otro, pero los recibidores no tenían donde llevarse la fruta porque los frigoríficos estaban atestados. “No quedaba espacio, y eso generó que el desempeño de ambos terminales fuera similar, pese a que el puerto de Wilmington tuviera una carga similar a la del año pasado”, dijo Alcaino. Fueron, al final, sólo dos días de diferencia en los promedios de entrega.
En ambos lugares no hay cadena de frío, por lo que si no se retira la fruta que ya fue fumigada, se descompone. Alcaino reveló que habló con un recibidor el lunes que le señaló que, de hecho, todavía había uva blanca peruana en espera.
La tormenta perfecta se completó con precios altos del retail -que no generaron la rotación suficiente del producto- y la ausencia de promociones.
La dura competencia con Perú
“Perú nos está pisando los talones”, dijo el presidente de Decofrut. Añadió aún más claro: “A diferencia de nosotros que hemos tenido dos temporadas desastrosas, ellos han tenidos dos buenas”.
Hoy, Perú exporta 525.700 toneladas de uva de mesa y ya representa un 87% de lo que envía Chile. A Estados Unidos, mandaron 28 millones de cajas, y Chile, 37 millones. “El año pasado, por la lluvia nos ganó un diferencial de precios gigantesco. Y este año pasó algo parecido”, dijo Alcaino.
Dado ese escenario, el ejecutivo hizo un llamado a generar cambios: desde analizar bien las variedades que se requieren, hasta desarrollar una entidad que permita abordar los desafías que están sucediendo. “Tener una representación sólida de la industria que puedan manejar estos elementos que nos están complicando mucho”, dijo.
La próxima temporada, no obstante, debiera ser mejor. En primer término, se espera que haya una capacidad aumentada de fumigación en Holt: que se eleve de 40 contenedores diarios a 100, de 1.600 contenedores anuales a 4.000.
Además, está ad portas de aprobarse un sistema -System Approach- que permitiría que la uva proveniente de la tercera, cuarta y una parte de la quinta región esté libre de fumigación. “En teoría el 40% de la fruta no tendría que fumigarse el próximo año”, señaló Alcaino. Y agrega: “Todos están interesados en que este problema se resuelva”.
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