“La mafia de los amigos Craighouse”: los hermanos Sauer acusan a otros empresarios de operar con facturas falsas
El fiscal Juan Pablo Araya, de la Fiscalía de Las Condes, tomó declaración a los hermanos Ariel y Daniel Sauer, imputados en el caso Factop, el 23 y 24 de julio. Durante las sesiones, los hermanos revelaron detalles sobre los negocios del factoring Factop, profundizaron sobre el rol de su socio Rodrigo Topelberg y describieron operaciones con un grupo de empresarios que motejaron como "la mafia de los amigos Craighuose", ex alumnos de ese colegio. Daniel Sauer estimó un daño patrimonial de $6.800 millones causado por estos últimos, sobre todo por uno de ellos: Andrés Erlandsen.
A finales de julio, los hermanos Daniel y Ariel Sauer, ambos en prisión preventiva, declararon ante la Fiscalía. Desde la Cárcel Anexo Capitán Yaber, ambos abordaron la historia que llevó a los tres a estar tras las rejas luego de ser formalizado por diversos delitos, entre ellos estafa. Ariel y Daniel Sauer declararon ante el fiscal de la fiscalía de Las Condes, Juan Pablo Araya, el 23 y 24 de julio, y detallaron los negocios que mantuvo el factoring, asesorado por la abogada María Leonarda Villalobos y el rol de su socio Rodrigo Topelberg.
Los Sauer hablaron en estas últimas declaraciones de lo que denominaron “la mafia de amigos Craighouse”, según dijo Daniel Sauer. Su hermano Ariel Sauer explicó que el nombre de ese grupo obedece a que se trata de personas que son exalumnos de ese colegio, quienes además, señaló, también son apoderados “por tradición familiar”.
“De este vínculo estudiantil debo señalar que se generan con el correo de los años relaciones de negocios y es por ello que nosotros nos vinculamos con este grupo de personas y la información que aportaré dice relación con este marco de negocios que desarrollamos”, afirmó el imputado.
Los primeros pasos del grupo
Los hermanos explicaron al fiscal que el inicio de este grupo se remonta a 2014, cuando, según Ariel Sauer, conocieron a Andrés Erlandsen quien se hizo cliente de Factop al realizar una operación de $300 millones para las empresas que dirigía en aquel entonces, entre ellas Burton, propietaria de las tiendas 7 Veinte, más tarde vendida a Forus. El crédito fue devuelto con la venta de dichas empresas.
Ariel Sauer se refiere a Erlandsen como “el negro”, con quien establecieron en el tiempo una amistad. Ambos contaron que Erlandsen solicitó en 2016 un nuevo préstamo por $1.500 millones, el cual fue pagado -en parte- cuando “el negro” vendió su participación en el Grupo Patio, lo que permitió rebajar su deuda en $500 millones.
“Luego de eso, en 2019 y 2021 solicita nuevos préstamos de capital de trabajo, por lo que en el año 2021 la deuda llega a $3.000 millones, es ahí cuando nos dice que no puede seguir pagando intereses y nos dice que realizará ventas de algún negocio para pagamos, pero que lo esperemos”, afirmó Daniel Sauer.
Ya para 2023, según señalaron los dueños de Factop, comienzan a aparecer las primeras presuntas irregularidades. Ese año, el empresario acumulaba una deuda en Factop de $5 mil millones, ante lo cual “para documentar esta deuda nos trae cheques de su empresa San Andrés y facturas ideológicamente falsas de su empresa RAE”.
La amistad entre los Sauer con Erlandsen los llevó a realizar varios negocios, entre los que se encuentra la compra, de parte de Factop, a las empresas Los Abedules, propietaria de una serie de compañías, “como Natural Safe y Living Juice, ambas hoy en quiebra, quedando solo la empresa Biwiser en funcionamiento del holding de empresas que nos ofreció”. “Andrés Erlandsen se jactaba del éxito de esta empresa y la capacidad de financiamiento de los socios de ésta, donde estaba la familia Luksic y Angelini”, afirmó Daniel Sauer.
“El negro para no tratar de pagar, se querella al aparecer el audio, desconociendo de esta forma, la deuda que tenía con Factop”, resume Ariel Sauer.
Los negocios de las barberías
Pero el círculo comenzó a crecer. El 2019, sostuvo Daniel Sauer ante Fiscalía, quien menciona que junto a amigos del Craighouse, como Diego Durruti, fueron invitados a formar parte de D’Barbers, una cadena de barberías con ubicaciones en La Dehesa, Mall Sport, Alonso de Córdoba y La Reina, además de la última recientemente estrenada en el Mercado Urbano Tobalaba (MUT).
En ese negocio, además de “el negro”, estaban “Rodrigo Topelberg, Diego Durruti y Pablo Palavecino, el cual administra Juan Pablo Labbé Castillo, también socio y gerente de esas barberías. Nos invitan a participar en ellas, a través de Claudio Labbé que también era socio inicial y nos pagó con su participación en dicha empresa, esto era alrededor del 5% de la participación en esa empresa”, afirmó Ariel Sauer.
Para crecer en ese negocio, agregaron los socios de Factop, el grupo de empresarios solicitó financiamiento a Factop, momento en el que “comenzaron a financiarse con cheques de la barbería, posteriormente emitieron facturas que no daban cuentas de servicios reales en un principio entre sociedades como Inversiones Palmai, Las Orquídeas y Urbana y después con Ziko, DAS y Guayasamín. Ellos tenían una línea aproximada de $300 millones de pesos con Factop”, acotó.
Daniel Sauer también declaró que Pablo Palavecino, dueño de las peluquerías Glam “producto de la pandemia y las peluquerías cerradas, nos trae facturas ideológicamente falsas de su empresa ‘Inversiones Palmai’, esta importaba productos de belleza”. Lo mismo hizo, acusó, Juan Pablo Labbé Castillo, quien pidió financiamiento a Factop para una empresa de alimentación, “emite facturas ideológicamente falsas y luego las cambia por cheques personales y de la empresa, los cuales salieron protestados”.
“Rodrigo (Topelberg) era el socio mayoritario de la barbería, por ende prenda de garantía para poder hacer negocios con ellos. Ellos tenían la línea de financiamiento antes mencionada y de vez en cuando había reuniones puntuales para ver financiamiento adicional a eso, para básicamente el crecimiento de la empresa. Estas reuniones se hacían por Zoom, de hecho, Rodrigo Topelberg era quien abría estas reuniones, donde también participábamos el resto de los socios”, declararon los Sauer.
Ariel Sauer también dio cuenta de un “tercer negocio relacionado a los Craighouse”, mediante el cual se financió helicópteros de la empresa Alpha 3, la cual es de propiedad de Andrés Erladsen, Alvaro Jalaff, Franco Mellafe y Cristian Menichetti, los que, aseguró el imputado en prisión preventiva, “nos mandaron facturas falsas para conseguir financiamiento y en este caso las facturas se pagaron por aporte de ellos, sin dificultades”. Las facturas falsas totalizaron un monto de $450 millones, afirmó Daniel Sauer.
“Al igual que Alpha 3 también se financió una sociedad de Pablo Palavecino, llamada Inversiones Palmai, misma fórmula”, concluyó uno de los Sauer.
El audio y el fin
Daniel Sauer afirmó ante el fiscal Araya que el daño patrimonial a Factop “de esta mafia de los amigos Craighouse asciende a $6.800 millones”, detallando específicamente los empresarios, negocios y el monto que se quedó adeudando hasta la caída del factoring. Sauer atribuye el monto más relevante a Andrés Erladsen, con $5.000 millones; seguido por los $ 1.300 millones invertidos en Los Abedules y “$ 30 millones de Las Orquídeas por parte de Labbé”. A ello se suman $ 200 millones que adeuda D’Barbers y otros “$ 130 millones cobrados a Factop por ser avales de una deuda en el Banco Internacional”.
Ambos hermanos también apuntaron a que una vez que se publicó el audio por el cual ahora se formaliza a Luis Hermosilla y Leonarda Villalobos, “aparecen las querellas de RAE y las barberías contra Factop, para evadir la responsabilidad de los pagos a los fondos que les cobraban sus facturas, como es el caso de Zurich y Larraín Vial”.
“Factop tuvo que pagarle a Zurich, y Larraín Vial tiene una demanda civil contra D’Barbers, es aquí donde vemos al ladrón detrás del cuento, se ve la relación entre ambos querellantes porque el abogado detrás de esas querellas es Andrés Figueroa, también está detrás de la querella de Inmobiliaria Parque La Reserva”, agregó Daniel Sauer.
Antes de finalizar su declaración, Daniel Sauer afirmó que no cobraron los cheques “por la relación de amistad”.
La Universidad Bolivariana
Daniel Sauer también detalló su relación con la Universidad Bolivariana, ligada al empresario Munir Hazbún.
“Todas las empresas de Munir Hazbún, entre ellas la Universidad Bolivariana, tenía una línea de crédito de $800 millones que correspondían a préstamos de capital de trabajo. Era un préstamo que mi padre me había pedido para Munir, porque en algún minuto fueron socios. Desconozco si las facturas que nos traían eran ideológicamente falsas”, dijo.
Sauer afirmó que “las facturas de Factop a la Universidad Bolivariana son por intereses por aproximadamente $250 millones anuales, pero estos intereses eran pagados por las empresas de Munir, no la Universidad directamente. Las facturas eran a través de Ziko eran por la venta de uniformes. Nunca hubo facturas falsas con ello. Existieron operaciones de factoring y la venta de uniformes. Además de la Bolivariana, se vendieron uniformes a otras empresas, tales como Chile Moda, Patio, entre otras”.
Daniel Sauer habló luego de la cúpula de la Universidad Bolivariana, ligada a Munir Hazbún. “Uno de los directores de la Universidad Bolivariana es Gustavo Eitel y tenemos muy mala relación. El representante legal se querella por índole personales. Ya que él era el ex marido de Carolina Ahubert, hermana de mi señora, cuyo matrimonio terminó por violencia intrafamiliar y terminamos peleados entre familias y ahora está buscando desesperadamente a mi señora y la hizo querellarse en contra mía con una amiga de él, Loreto Letelier. Eitel es parte del grupo del Pancho Malo de Los Republicanos. Ellos son antisemitas”, afirmó.
El socio Rodrigo Topelberg
Daniel Sauer afirmó además que hasta 2020 su socio Rodrigo Topelberg, realizaba entre el 80 y 90% de las trasferencias del grupo, lo que incluye a STF, Ziko y Factop. “Luego de 2020, Rodrigo Topelberg empezó a ir sin horario a la empresa, y realizó entre 2020 y 2023 el 20% aproximadamente de las transferencias”.
“Es importante indicar que tanto yo como Ariel Sauer y Rodrigo Topelberg teníamos acceso a todas las cuentas bancarias. De hecho, Rodrigo Topelberg era quien establecía las claves para entrar a las cuentas corrientes de los bancos. En ese periodo, si bien estaba menos en la oficina, Rodrigo Topelberg siempre mantuvo el acceso de Office Banking, cuentas del Banco Internacional de Factop y las cuentas de Factop del Banco Santander. En aquellas, cuentas que no tenían los digipass siempre pudo acceder a ellas y revisar cualquier movimiento que se realizara no solo de Factop, sino que de todas las empresas del grupo. El era el encargado de habilitar las claves de las empresas cuando se abrían cuentas nuevas, nunca perdió el control de las cuentas, él fue el interlocutor con la persona del banco para la habilitación. Cabe señalar que el digipass era sólo ocupado para hacer transferencias lo que no implica que no se pueda acceder a ellas”.
“Rodrigo Topelberg encabezó las negociaciones con los inversionistas durante junio y julio de 2023 ya que había varios de ellos que querían hacer retiros”, acotó.
“Topelberg salió a respaldar el factoring porque tiene los recursos para ello. Con Rodrigo Topelberg nos unía una íntima amistad desde los cuatro años, éramos compañeros de colegio entre kínder y segundo básico. A él lo retiran y lo llevan al colegio British, él vuelve a los 14 años al colegio, pero nunca perdimos el contacto. Todos los veranos desde chicos lo pasábamos juntos en Con Con, en Calle 3 con Santa Margarita, éramos vecinos allí. En tercero medio fuimos al viaje de estudios juntos y después siempre nos unió la amistad, cuando él recibe la herencia del abuelo se acerca a mí y me pregunta por cual negocio podíamos hacer juntos, es así que entró a Factop y estrechó más aun la amistad e incluso viajamos a Argentina, Uruguay, Panamá, Estados Unidos, ya sea solos o con nuestras parejas”, complementó.
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