Las ventas de activos que estarían en el plan de Falabella para no perder su clasificación
Fitch y S&P redujeron la nota de la compañía durante este año. Y es que el ratio de deuda financiera sobre EBITDA de Falabella ha ido incrementándose de forma acelerada desde 2022. Según el análisis razonado de la firma, para marzo de 2022 el índice llegaba a 2,2 veces, el que luego fue subiendo a 3,6, 5 y 6,3 veces en los siguientes trimestres del año pasado, para llegar a 7,3 veces en el primer cuarto de este año.
Pérdidas por US$76 millones son las que registró Falabella entre enero y marzo de 2023, el tercer trimestre consecutivo en el que la compañía anota resultados negativos. La caída en las ventas en distintas áreas ha golpeado fuerte a la empresa, ante lo cual ha elaborado un plan de ajuste, ha realizado fuertes cambios en su directorio, y ahora podrían sumarse ventas de activos menores.
En un reporte enviado este jueves a clientes, Banchile Inversiones detalló que en una reunión con inversionistas institucionales, Falabella dio a conocer una serie de ideas de cómo piensan enfrentar la situación actual de la compañía, donde “la prioridad número uno, es enfocarse en la rentabilidad, pero esto debe estar acompañado de una serie de acciones que le permitan mantener su perfil crediticio en un nivel de grado de inversión, sin dejar de lado los esfuerzos relacionados con el ecosistema digital que buscan implementar”.
“Venta de terrenos valorizados en al menos US$ 200 millones junto con la enajenación de activos que no estén alineados con la dirección de la compañía, son opciones que se están discutiendo y han ido ganando tracción a nivel de gerencia”, sostuvo Banchile en el informe.
Aunque la compañía no entregó detalles en la reunión, el banco de inversión sostiene que la empresa “ sí ha dado señales sobre los terrenos que posee, cuya venta podría generar al menos US$200 millones. La estrategia no estaría enfocada en vender activos de gran tamaño, si no que, la venta de activos menores parece ser la ruta más lógica”.
La clasificación no es algo menor para la compañía. A fines de febrero, Fitch Rating redujo la nota internacional de Falabella desde BBB a BBB-, y la nacional desde AA a AA-, con una perspectiva que pasó a Negativa desde Estable.
“La baja de las clasificaciones refleja las elevadas métricas de apalancamiento neto de la empresa esperado para los próximos dos años, las que serían inconsistentes con una clasificación internacional de BBB y nacional de AA. En 2022, un margen de EBITDA significativamente inferior en Chile y las importantes necesidades de capital circulante dieron lugar a una generación de caja más débil, lo cual aumentó las necesidades de deuda. Fitch prevé que esta tendencia continuará en 2023″, argumentó la clasificadora.
La agencia internacional S&P, por su parte, siguió a Fitch y también rebajo la nota hasta BBB- ,pero con una perspectiva Estable.
Por debajo de la categoría BBB-, están las notas high yield, es decir las clasificaciones de grado especulativo, que se inician con BB+.
Al cierre del año pasado, las ganancias del retailer se desplomaron 86% hasta los US$105 millones, pero entre octubre y diciembre anotó pérdidas de US$26 millones.
Ante esta situación, es que Falabella ha tomado medidas. Así lo sostiene Banchile en su informe, donde afirma que “está claro que todas las medidas tomadas se basan en mejorar los niveles de rentabilidad de la compañía. Con su plan de eficiencia operacional en marcha y en búsqueda de tener una estructura de capital más liviana, la compañía busca mandar una señal al mercado mejorando los márgenes y su posición estructural, comparado con trimestre anteriores”.
Por ello es que en la empresa hace algunos meses tomaron la decisión de reducir en un 5% el gasto en remuneraciones, y tal medida ya toma forma en la dotación. En un año han sacado a 7.535 trabajadores. De ese grupo, los mayores despidos se dieron en el primer trimestre de este año. Si la firma cerró 2022 con 91.278 empleados, a marzo tenían 86.981, es decir, 4.297 personas menos.
Según Banchile, “una de las preguntas de la reunión aludía sobre los niveles de endeudamiento y buscaba establecer cuándo podríamos ver el peak de Deuda Financiera Neta/EBITDA. La compañía claramente expresó que este escenario era cercano, y que, para el 2T23, podríamos ver que este ratio alcance su peak (en el 1T23, el DFN/EBITDA fue de 7,3 veces). Sin embargo, fueron enfáticos en mencionar que la situación ya era conocida por las agencias clasificadoras, las cuales le solicitaban cumplir con el plan estratégico presentado para fines de 2023″.
El ratio de deuda financiera sobre EBITDA ha ido incrementándose de forma acelerada desde 2022. Según el análisis razonado de la firma, para marzo de 2022 el índice llegaba a 2,2 veces, el que 3,6, 5 y 6,3 veces en los siguientes trimestres del año pasado, para llegar a 7,3 veces en el primer cuarto de este año.
En medio de este complejo escenario, en abril pasado la junta de accionistas de Falabella votó por una renovación de parte importante de su directorio, cediendo sus cargos tres miembros de las familias controladoras. Esto generó el ingreso de Enrique Ostalé (62), Alfredo Moreno y el brasileño Germán Quiroga, así como de Andrés Roccatagliata, en representación de las AFP. Pero el día siguiente se produjo la gran noticia: Carlo Solari dejó la presidencia y aterrizó en ese cargo uno de los exhombres fuertes de Walmart Internacional, Ostalé.
El complejo escenario de Falabella tuvo un impacto en la acción durante el 2022, cuando perdió 38,23%, pero en lo que va este 2023 los inversionistas parecen apostar a una recuperación, con el título subiendo 16%.
Y hay cercanos al grupo que han concretado varias compras. La última fue la de la compra del 0,05% de la compañía por parte del director de Mall Plaza - controlado por Falabella-, Thomas Muller. La transacción se concretó el martes 16 de mayo, por un total de $2.519.532.261. Con esto, alcanzó el 0,21% de la firma. En enero ya había realizado otra compra de acciones.
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