Los planes de Cristoro, la rival de Cristalerías Chile, para más que duplicar su producción de envases de vidrio en planta de Maipú
La empresa de envases de vidrio de la familia Toro, que además cuenta con minas y hasta un parque eólico, pretende más que duplicar su capacidad de producción.
Cristalerías Toro, o Cristoro, se embarcó en uno de los proyectos más relevantes de su historia de más de 70 años al iniciar el trámite ambiental para ampliar su principal planta de fabricación de envases de vidrio situada en Camino Lonquén, en Maipú, para lo cual pretende invertir del orden de los US$100 millones, de acuerdo a lo informado por la compañía ante el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA).
Cristoro, 100% en manos de la familia Toro, es la principal rival de Cristalerías Chile, controlada por el grupo Claro, cuya principal planta productiva está en Padre Hurtado, también en la zona poniente de la Región Metropolitana.
Cristoro cuenta con dos plantas principales, la más antigua está en Cerrillos y la otra en Maipú, y cuenta con más de 800 trabajadores. En Maipú también posee un centro de distribución y una planta de reciclaje de vidrio, la única que existe en el país, proveniente de los depósitos callejeros que se encuentran en muchas esquinas del país.
Actualmente la planta de Maipú produce del orden de 300 toneladas de vidrio al día y el objetivo del proyecto es llegar a 700 toneladas/día, mediante la incorporación de un segundo horno híbrido de fusión de vidrio (a gas natural licuado y electricidad). “Con la incorporación de este nuevo horno y sus instalaciones, la producción total de la planta Maipú de Cristoro aumenta de 300 a 700 ton/día de vidrio fundido”, según la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) presentada por la empresa al SEA.
Tras las aprobaciones regulatorias, la idea de la firma es “empezar a trabajar en la ampliación a inicios del 2025, de manera que esté operando a plena capacidad a fines del 2026″, comentó su gerente de Sustentabilidad, Juan Matías Jofré.
“Se trata de la mayor inversión del grupo en su historia sin duda”, resaltó Jofré.
Fuentes de la compañía aclararon que el objetivo es elevar la producción de su planta de Maipú a mediano plazo y, en el largo plazo, reemplazar la de Cerrillos, que actualmente produce unas 300 toneladas/día. “Son cambios de locación y de tecnología necesarios”, agregó una de las fuentes.
La historia
Fundada en 1952 por Guillermo Toro González, hoy Cristoro factura anualmente unos US$70 millones y el 60% de sus ventas va al mercado nacional, principalmente para la fabricación de botellas de vinos y licores y empresas de alimentos, y el resto es dirigida a exportaciones.
El directorio de Cristoro está conformado por cinco descendientes del fundador que son dueños del 100% de la propiedad de la compañía. Su presidente es el hijo del fundador, Pedro Toro Harnecker, y entre los directores está la hija Alexia Toro Harnecker, junto a los nietos Felipe Fleiderman Toro, Ricardo Becker Toro y Guillermo Toro Parot (hijo de la exministra Catalina Parot).
Como necesidad productiva, la compañía está integrada verticalmente, pues cuenta además con una planta minera en Caldera, en la Región de Atacama, para la extracción de carbonato de calcio, uno de los insumos del vidrio, y con una planta minera en Constitución, en la Región del Maule, para la extracción de otro precursor, la arena silícica. “El vidrio se produce en un 80% de arena silícica, en casi un 20% de carbonato de calcio y el resto en otros componentes”, explicó Jofré. Además, en 2016 el grupo Cristoro inauguró un parque eólico en Lebu, el primero en construirse en la Región del Biobío, con 13 turbinas y una capacidad total de energía de 15 MW, lo que le permite satisfacer un 30% de sus requerimientos energéticos. El restante lo compran a la compañía Statkraft.
Falta vidrio
Pese a contar con los insumos principales en su línea productiva, la compañía está embarcada en un plan masivo de reciclaje, pues estas compañías requieren más vidrio para ese fin. Según Jofré, Cristoro es la mayor recicladora de vidrio del país, superando a CristalChile, para lo cual cuenta con una red de captación entre Caldera y Puerto Montt, y convenios con Aisén y Punta Arenas, para obtener la mayor cantidad de vidrio posible.
Hace un par de años, el gerente general de Cristoro, Francisco Ruiz, dijo en el Reporte de Sustentabilidad de la empresa que sus esfuerzos van dirigidos a “usar más vidrio reciclado en nuestros envases, asegurando un piso de un 50% y con el objetivo de alcanzar hasta 90% de vidrio reciclado”. En 2022, la firma destacó que logró producir vidrio verde oliva (el más utilizado en vino y aceites de oliva, por ejemplo) con un 70% de vidrio reciclado en su formulación, aunque en promedio el 50% de su producción viene de casco de vidrio (triturado y reciclado, listo para el horno).
Pese a su bajo perfil público, hace tres semanas Cristoro apareció en los medios junto a sus rivales CristalChile y Verallia (unidad en Chile de la multinacional europea del mismo nombre), pues fueron acusadas por la Coalición de Productores de Vidrio (GPC) de Estados Unidos de dumping, es decir, de vender su productos en ese país bajo los precios de mercado, y solicitaron a las autoridades norteamericana imponerles medidas antidumping junto a productores de México y China. Las tres empresas nacionales exportan del orden de US$54 millones al mercado estadounidense.
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