Negociaciones colectivas en la minería, barómetro del país

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EFE

"Las huelgas son temidas por varias razones, siendo claramente la más importante la paralización de la actividad y su impacto en la producción, pero también por el impacto negativo en las relaciones entre empresas, trabajadores y el ecosistema minero".



Más allá de su importancia intrínseca, en términos de acordar condiciones laborales, bonos, ajustes salariales y beneficios para los involucrados, las negociaciones colectivas en la minería tienen una importancia país: tienen un eventual efecto en la cotización del cobre en el mercado internacional y son seguidas por todos los sectores vinculados, desde el comercio minorista hasta las grandes constructoras. La expectación que despiertan a nivel local y mundial en los medios de comunicación dan cuenta de la gran relevancia que tienen estos procesos.

Esta trascendencia queda de manifiesto al analizar desde una perspectiva histórica el resultado de las negociaciones colectivas, evidenciándose una correlación directa entre el ciclo de cotizaciones del metal rojo, con la situación política, económica y social del país.

Es así como en 2011, cuando se experimentaba el “peak” del super ciclo de los commodities, se observaban elevados montos de bonos por término de negociación (BTN), mientras que en 2016, con la fuerte caída en el precio del cobre, los BTN sufrieron un importante ajuste a la baja. Como muestra el tercer estudio de Negociaciones Colectivas, elaborado por Vantaz Group, en el año 2021, la recuperación de la economía, y el mayor precio del cobre tuvo como resultado un alza en los BTN de 18% en comparación con el promedio observado en 2020.

Las huelgas, por su parte, también fueron mayores que el año previo, observándose 5 casos de huelga, donde destaca la del Sindicato de Caserones (Lumina Copper), donde después de 26 días de huelga, se llegó a un monto por BTN de $19 millones, además de beneficios y un reajuste de sueldo de 2,5% para sus trabajadores.

Las huelgas son temidas por varias razones, siendo claramente la más importante la paralización de la actividad y su impacto en la producción, pero también por el impacto negativo en las relaciones entre empresas, trabajadores y el ecosistema minero.

Tradicionalmente, la gran mayoría de las negociaciones colectivas son regladas, es decir, de acuerdo a calendario. Sin embargo, el 2020 fue la excepción, observándose una mayor participación de negociaciones anticipadas, dado el contexto de la pandemia. En 2021, con una situación de la pandemia más controlada, se volvió a observar la tendencia donde las negociaciones regladas son el factor común.

¿Cómo serán este desafiante 2022?

Creemos que se seguirá la tendencia a negociaciones regladas, en un escenario favorable en precios del cobre, y en un contexto local de alza en costos por inflación. Consideramos que el año en curso será complejo, desde una perspectiva política y social.

En términos coyunturales, si bien ya se conoce la conformación del gobierno y su gabinete, existe incertidumbre con respecto a la evolución de otros temas que son críticos para la minería.

Con todo, es de esperar que las negociaciones busquen desde ambas partes el beneficio mutuo, con una mirada de largo plazo, más allá de las contingencias propias del momento.

*La autora de la columna es directora de Estudios de Vantaz Group

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