“No+AFP” y “Con mi plata no” enjuician la reforma de pensiones del gobierno
Ninguno de los dos movimientos quedó conforme. Desde “Con mi plata no”, el economista Bernardo Fontaine matiza la situación, y plantea asuntos que ellos pedían que fueron recogidos en el proyecto, y otros que no. “Nosotros pensamos que hay mucho que corregir”, afirma. Por su parte, Luis Mesina, de la coordinadora No+AFP, solo tiene críticas, y estima que “al poco tiempo la gente nuevamente va a estar pidiendo No+AFP”.
Hay dos movimientos que han pedido cambios al sistema de pensiones del país que han tenido incidencia pública en los últimos años. El que nació primero fue “No+AFP”, que tomó fuerza luego de que miles de personas se reunieron en las calles de distintas ciudades a lo largo de Chile el domingo 24 de julio de 2016 para protestar contra el sistema de pensiones bajo esa consigna. El movimiento pedía un sistema de reparto, solidario, tripartito y administrado por el Estado.
Le siguieron otras multitudinarias marchas organizadas por ese movimiento, pero fue perdiendo fuerza en el camino. Entre las iniciativas ciudadanas que se presentaron ante la Convención Constitucional en 2022, la iniciativa popular impulsada por la coordinadora “No+AFP” contó con 24.110 apoyos de la ciudadanía.
Pero un nuevo movimiento que surgió por esos días: “Con mi plata no”, se convirtió en la iniciativa popular de norma más votada de ese proceso constitucional,, sumando 60.852 apoyos.
Luego siguió acumulando firmas y llegó a más de 100 mil. Dicha iniciativa buscaba que hubiese una Pensión Básica Universal; asegurar la propiedad de los fondos pasados y futuros, junto con que sean heredables; el derecho a elegir quién administra los fondos, y equidad de género.
Hoy, tres años después de esa instancia, el Congrego ya aprobó una reforma de pensiones, y ninguno de los dos movimientos quedó conforme con los cambios realizados. Desde “Con mi plata no”, el economista Bernardo Fontaine matiza el juicio, y plantea asuntos que ellos pedían que fueron recogidos en el proyecto, y otros que no. “Nosotros pensamos que hay mucho que corregir”, afirma.
Por su parte, Luis Mesina, uno de los principales voceros de la coordinadora No+AFP, solo tiene críticas para esta reforma de pensiones y para el gobierno. “Ni Bachelet ni Piñera, que mejoraron las pensiones, le entregaron un solo peso a las AFP. Y Gabriel Boric, que llegó prometiendo acabar con las AFP, no solamente le entrega un peso, le está entregando el 45%, y al final de los 20 años le va a entregar un 60%. Es impresentable”, sostiene.
Luis Mesina: “Al poco tiempo la gente nuevamente va a estar pidiendo No+AFP”
Este proyecto no acaba con las AFP, que es uno de los objetivos del movimiento que lidera. ¿Cómo evalúa la iniciativa, entonces?
-No, por supuesto que no. Lo habíamos estado señalando en las últimas semanas, cuando veíamos que esto era prácticamente inevitable (...) Cuando el gobierno llegó a estos 6 puntos para capitalización, como dijo la propia Evelyn Matthei, es un triunfo de quienes han defendido este modelo.
Y nosotros no es que estemos en contra de las AFP, pues las AFP son la cara visible de un modelo que captura el salario y lo coloca al servicio del financiamiento de la inversión privada. Uno podrá tener visiones distintas, si eso es correcto o no es correcto. Quienes defienden que Chile se ha desarrollado, entre comillas, a partir de contar con un mercado de capitales tan potente, lo que plantea un dilema político de fondo. Nosotros creemos que el mercado de capitales debe financiarse con el excedente general del capital, pero jamás con los salarios de los trabajadores, menos aún con ahorro forzoso.
Pero esta reforma sube pensiones.
-Si uno estuviese convencido de que con este 45% inmediato de incremento de la contribución, y que en 20 años va a ser un 60%, uno hiciera una proyección de que esto realmente va a mejorar las pensiones, tendría que rendirse a la evidencia (...) Nosotros hicimos cálculos actuariales, con la Fundación Sol, los ratificó Cenda. Hicimos una proyección de una persona con 45 años, que tiene una acumulación en su cuenta individual de $30 millones, porque ocurre que el 90% actualmente tiene menos de $30 millones, y lo proyectamos a una tasa de rendimiento del 2%, siempre que mantenga el empleo. Al momento de jubilarse, es decir a los 65 años, con suerte podría lograr $60 millones. ¿Sabes cuánto va a autofinanciar con ese monto? $295 mil. Y si tú miras la rentabilidad de los últimos cinco años, esta es negativa. Pero de eso no se hace cargo esta gente. Entonces, lo han dicho algunos que entienden un poco del tema. Ignacio Briones lo deslizó. Dijo, este mayor incremento va a servir para amortizar la caída fuerte de la rentabilidad. Es decir, los que se pensionan en 20, 25 años más, con una contribución del 14,5%, van a sacar pensiones inferiores a los que se jubilaron hoy día con una contribución del 10%. Esa será la tragedia para Chile, no para nosotros, para Chile.
¿Estima que esta reforma fortalece el modelo de capitalización individual y quedan fortalecidas además las AFP?
-Yo pienso que ese es el objetivo. De alguna manera lo cumple.
Si este gobierno no logró eliminar a las AFP, que era uno de sus objetivos, ¿entonces cree que lo que ustedes buscan ya no es posible?
-Yo creo que sí, es posible. Este tema lo van a tomar otras personas, por el nivel crítico que van a enfrentar millones de personas en los próximos meses... y además, va a generar una desilusión muy grande, porque la gente está... La gente cree mucho lo que escucha en la televisión, que escucha a la ministra sonriente, pero cuando vaya a obtener su liquidación se darán cuenta de que la cosa no era tan maravillosa como la pintaban.
¿Con esta reforma se fortalece o se debilita el movimiento que usted representa?
-Es evidente que es una estocada de un gobierno que prometió durante la campaña, antes, durante y después, acabar con las AFP. Le ha dado una estocada muy fuerte al corazón de un movimiento social, con la complicidad de todas esas organizaciones sociales obsecuentes con el gobierno, que no han mantenido jamás la autonomía, la independencia, que es condición sine qua non para un movimiento social, que representa, además, personas que piensan de manera distinta.
(...) Aquí hay una traición a la expectativa del movimiento social, porque usted comprenderá, puede estar de acuerdo o en contra de nosotros, lo más probable es que La Tercera esté en contra, pero si un gobierno le prometió a usted acabar con las AFP, reemplazar un sistema de seguridad social, y el mismo Presidente y más de 45 diputados se pusieron la camiseta amarilla “No+AFP”, y esos mismos diputados hoy día vienen a entregarle un 45% más (a las AFP), ni siquiera la derecha... La derecha jamás hubiese pensado que iba a tener un 45% más para financiar la inversión privada. Jamás. Piñera, cuando estábamos en 3%-3% en su periodo, él estaba dispuesto a un 3% a capitalización, pero él lo dijo, a nosotros nos lo dijeron: ni un peso más a las AFP. Piñera olfateó mucho mejor el ambiente, y dijo: ni un peso más a las AFP. Y el modelo no se tocaba, por eso aumentó fuertemente la PGU, porque entendió mejor que había que descomprimir.
Pero con esta propuesta del gobierno, que había prometido mucho, no sé si se va a descomprimir como corresponde. Creo que al poco tiempo la gente nuevamente va a estar pidiendo “No+AFP”.
¿No cree que ha cambiado el eje de la discusión y lo que prefieren las personas? Si bien en 2016 más de 750 mil personas marcharon bajo el lema “No+AFP”, en la Convención Constitucional “Con mi plata no” fue la iniciativa popular de normas más votada, sumando más de 100 mil apoyos.
-La campaña ha sido fuertísima, porque usted también verá que quienes acceden a los medios de comunicación son justamente los que han defendido “Con mi plata no”: Bernardo Fontaine y compañía. Pero el movimiento social prácticamente estuvo invisibilizado en estos últimos cuatro años.
¿Y los retiros no influyeron en ello?
-Por supuesto que incrementaron... Bueno, ahora yo creo que se va a abrir un debate muy a fondo en la propia coordinadora respecto a que lo que importa hoy día son los retiros definitivos. Porque si la gente se está finalmente financiando en la etapa de la vejez con la PGU, entonces, ¿cuál es la razón de seguir contribuyendo? Eso se está abriendo en el debate, incluso en un zonal nuestro de Antofagasta y de Iquique plantearon que el debate nuestro tiene que ser dejar de cotizar. A la gente llamarla a que deje de cotizar. ¿Cuál es la razón fundamental? Que al final la gente que se pensiona con $10 millones, $15 millones y le dan en cómodas cuotas, miserables, una pensión, ¿cuál es la razón de quedar prisionero de ese modelo en circunstancias que al final la PGU le va a llegar? Entonces sería más razonable, que también es una petición que se está evaluando, que las AFP al momento de dar las pensiones, y esto puede colocarlo como una petición concreta, que las personas que tengan menos de $30 millones, las AFP en vez de pasarles una pensión miserable, le devuelvan los $30 millones a las personas.
¿Esa es la nueva ofensiva que van a iniciar ahora?
-No estoy tan seguro. Estoy solamente comentando que esta es una petición que han hecho algunas coordinadoras que ya se han convencidos de que como no hubo la posibilidad de acuerdo, entonces, bueno, “con mi plata no”, pues. Vamos a tomar la consigna “con mi plata no”, entonces al final de la vida activa que las AFP les reintegren.
¿Usted ha hablado con el gobierno por esta reforma?
-No, si el gobierno no recibe a los movimientos sociales. Solamente recibe a los movimientos sociales que aplaudan, a los obsecuentes (...) La presidenta Bachelet nos recibió, fue la única que nos recibió a discutir. Con Sebastián Piñera, también tenemos que decirlo, nos recibió más de cinco veces la ministra del Trabajo para discutir. Nunca fuimos obsecuentes con ellos, menos lo vamos a ser con este gobierno. Porque ni Bachelet ni Piñera, que mejoraron las pensiones, le entregaron un solo peso a las AFP. Y Gabriel Boric, que llegó prometiendo acabar con las AFP, no solamente le entrega un peso, le está entregando el 45%, y al final de los 20 años le va a entregar un 60%. Es impresentable.
Bernardo Fontaine: “Es un avance para la capitalización individual, pero no es la reforma que esperábamos”
Este proyecto aborda varios temas que impulsaban desde su movimiento. ¿Le gustó la iniciativa?
-Esta no es la reforma que nosotros esperábamos, pero igual recoge muchos de los planteamientos con los cuales nosotros hemos luchado.
¿Cuáles?
-Recoge que el 6% vaya a la cuenta individual, si bien parte a través de un préstamo. Recoge que se amplíe el derecho a elegir a través de facilitar la creación de múltiples nuevos administradores, cosa que también nosotros pedíamos.
Se igualan las pensiones de hombres y mujeres, cosa que incluso nosotros pedimos en la norma constitucional que presentamos a la Convención en el 2022. Y que existan comisiones variables por rentabilidad, o sea, un premio y un castigo a las comisiones según la rentabilidad, cosa que también nosotros pedíamos. Pero hay cosas evidentemente que no nos satisfacen.
¿Cómo qué?
No nos satisface que el gobierno y el Congreso hayan decidido poner al Estado primero y han pasado para la cola a los cotizantes en la distribución del aumento del 7% de cotización. El primer año, la cotización aumenta un 1%, del cual un 90%, es decir, un 0,9%, va al Estado y apenas un 0,1% va a la cuenta individual. Al tercer año el Estado recaudará el 4% completo que va al Estado, mientras en la cuenta individual apenas entrará un 0,25%.
O sea, se privilegió en la reforma que primero la plata entrara al Estado, y al final a las cuentas de los cotizantes. Y eso tiene un efecto importante sobre la pensión. Una persona de 45 años o más va a tener poco tiempo para rentabilizar esas nuevas cotizaciones y le van a servir poco para subir su pensión. Ese 4,5% me refiero.
¿Y hay más cosas que le molesten?
-También rechazamos que exista un 1% de cotización, el séptimo punto, que va a financiar al Estado. Eso es un reparto puro y simple. Y en circunstancia además de que la igualación de las pensiones de los hombres y las mujeres, según la comisión de expertos que reunió el Ministerio del Trabajo, necesitaba un financiamiento muchísimo menor. Ese 1% en las cuentas individuales podría significar hasta un 10% de mayor pensión. Nadie ha explicado por qué eso era necesario.
¿Cree que esta reforma fortalece el modelo de capitalización individual y quedan fortalecidas además las AFP?
-Amplía el sistema de capitalización individual, porque va a haber más recursos que van a entrar en la cuenta individual y porque se consolida el derecho a elegir administrador por parte de los afiliados, entre potencialmente muchos más administradores ahora.
Pero al mismo tiempo, se crea también, un fuerte componente estatal. Nos preocupa que el IPS en la reforma quede facultado para participar, de alguna forma, en la administración de las cuentas. Nosotros siempre hemos planteado que sería una buena idea que existiera una AFP pública, pero que compita en igualdad de condiciones.
Lo que nos preocupa es que la forma como el IPS podría participar en la administración de cuentas, atención de público, podría derivar en un monopolio estatal.
Pero de todas maneras, sumando y restando, ¿usted prefiere que se haya aprobado esto a que no se haya aprobado nada?
-Bueno, yo creo que se podía negociar mucho mejor. Y que ha faltado que el gobierno y la oposición, o mejor dicho, los congresistas que participaron, expliquen por qué esta reforma tiene una serie de fallas que nosotros esperamos que en un próximo gobierno sea posible corregir.
También nos preocupa que en la materialización de la licitación se preserve mejor el derecho a elegir. Y que el haber bajado el encaje tanto, pueda significar la creación de administradores chantas.
Entonces, esperamos que todas estas cosas que no se pudieron arreglar, en parte por la velocidad con que se tramitó, se puedan corregir en un próximo gobierno. Esta reforma es un avance para la capitalización individual, pero no es la reforma que nosotros esperábamos.
El préstamo fue una idea que usted propuso. ¿Quedó bien eso?
-El préstamo molesta a los ciudadanos. Suena como ilógico, como desproporcionado, que los ciudadanos le presten plata al Estado, cuando el Estado es todopoderoso. Y esto nace de que, sucesivamente Chile ha ido gastando más de lo que genera. En especial, este gobierno ha gastado mucho más de lo que recauda, ha aumentado la deuda y ha quemado también los ahorros del país. Frente a esta situación, en que el Estado no tiene plata para subir las pensiones, debido a su mala gestión, surge la posibilidad de un préstamo para llegar a poder subir las pensiones actuales.
Ese préstamo, la idea era una inversión segura y rentable para el cotizante. Efectivamente, la reforma contiene un préstamo que le da propiedad a los trabajadores del 1,5%, es heredable y tiene garantía del Estado. Pero es un mecanismo muy complejo. Uno esperaría que en un próximo gobierno se reemplace esta deuda con los cotizantes, por otra forma de financiamiento.
Porque al final el préstamo es nada más que una forma de financiamiento, un alza de pensiones. Y si el Estado encuentra otra forma de financiarlo, ya lo ha propuesto el Partido Republicano, si se encuentra otra forma de financiamiento, evidentemente, lo que conviene es reemplazar el préstamo y que ese 1,5% vuelva las cuentas individuales altiro.
También se podría mejorar la calidad del préstamo, si es que fuera respaldado por bonos comunes del Estado, por los mismos bonos que reciben todos los inversionistas, y no un bono especial como el que contiene la reforma. Y valoramos que Evelyn Matthei haya dicho que en el próximo gobierno habrá que corregir lo que hay que corregir. Y nosotros pensamos que hay mucho que corregir.
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