Para las mujeres trabajadoras de la India, mantenerse seguras puede parecer un trabajo a tiempo completo

Para las mujeres trabajadoras de la India, mantenerse seguras puede parecer un trabajo a tiempo completo

La planificación diaria para garantizar su seguridad y tranquilizar a sus familiares es un trabajo invisible que las mujeres realizan para poder trabajar. Según la Organización Internacional del Trabajo, sólo el 30% de las mujeres indias de entre 15 y 64 años formaban parte de la población laboralmente activa en 2022. En Estados Unidos, la tasa correspondiente es del 68%.




Cuando Ajita Topo, cocinera de un barrio acomodado de Delhi, sale del trabajo por la noche, sujeta su bolso como un escudo contra el pecho, mantiene los puños cerrados y lleva un paraguas negro con un extremo muy afilado para protegerse de un posible ataque.

Se asegura de llevar muchas capas de ropa, por mucho calor que haga, para evitar que alguien intente manosearle el pecho, y se sujeta el moño con un palo metálico afilado como arma adicional.

Topo no es una paranoica. El año pasado la siguieron dos hombres cuando salió del trabajo pasadas las 10 de la noche. Consiguió ahuyentarlos gritando al pasar por delante de casas con guardias en el exterior.

“El lugar de trabajo, el transporte público, los lugares públicos, no nos sentimos seguras en ningún sitio”, afirmó Topo, único sostén de sus dos hijos. “La única solución es mantenerse alerta en todo momento”, señaló.

Para muchas mujeres de la India, tomar medidas para evitar un ataque violento -y asegurar a sus familias que están seguras mientras trabajan y en sus desplazamientos- es una forma invisible de trabajo que constituye un elemento central de su vida laboral.

El asesinato y violación de una médica en práctica en la ciudad de Calcuta en agosto fue un nuevo recordatorio para las mujeres indias que trabajan de los peligros que acechan en los espacios públicos donde las mujeres son mucho menos visibles que los hombres, desde los rincones desiertos de un hospital o un parque empresarial, en el transporte público o en las calles de la ciudad.

La joven, de 31 años, fue hallada muerta en una sala de seminarios del hospital público tras salir de descanso durante un turno de noche. Un voluntario del hospital ha sido detenido como sospechoso. El asesinato provocó protestas de mujeres en todo el país.

Según la Organización Internacional del Trabajo, sólo el 30% de las mujeres indias de entre 15 y 64 años formaban parte de la población laboralmente activa en 2022, ya que los valores conservadores llevan a muchas familias a desincentivar que las mujeres trabajen fuera de casa. En Estados Unidos, la tasa correspondiente es del 68%.

Hace una década, las leyes indias sobre delitos contra la mujer se revisaron a raíz de la violación en grupo de una joven de 23 años en un autobús en marcha. Pero los defensores de los derechos de la mujer afirman que las arraigadas actitudes patriarcales no han cambiado significativamente, y son la causa de la frecuente violencia contra las mujeres, tanto en el hogar como fuera de él.

En otros incidentes ampliamente difundidos, se ha agredido y asesinado a trabajadoras de locutorios cuando iban o venían de sus turnos nocturnos. El año pasado, una recepcionista desapareció del hotel donde trabajaba y fue hallada muerta días después. Cada vez que se produce un crimen de este tipo, las mujeres experimentan otra sacudida de temor por su propia seguridad.

Piyali Maiti, directora clínica de operaciones de asesoramiento de 1to1help, que gestiona programas de asistencia a empresas para empleados, comentó que las preocupaciones suscitadas por el crimen de Calcuta han surgido en conversaciones con empleados y sus familiares en las últimas semanas.

A veces “los jóvenes profesionales trabajan en otra ciudad. Así que los familiares también forman parte de nuestro grupo de preocupación”, explicó. “Cuando tenemos sesiones con ellos, nos plantean preocupaciones por la seguridad de sus hijos. ‘¿Qué puedo hacer como padre para asegurarme de que mi hijo está a salvo?’”, agregó.

El atentado de Calcuta ha tenido una resonancia especialmente profunda para las mujeres que trabajan en el sector sanitario, donde representan una proporción mayor de la población activa en comparación con muchas otras ocupaciones, pero donde también son habituales los turnos nocturnos y las largas jornadas de trabajo.

Amrita Bhattacharya, médica residente de 29 años en otro hospital de la ciudad, afirmó que antes se sentía cómoda recorriendo sola por la noche la distancia -menos de un kilómetro y medio- que separa su trabajo de la residencia de mujeres del hospital. Ahora pide a un colega o amigo que la acompañe.

Antes le molestaban las normas de la residencia, que incluyen el cierre de las puertas a partir de cierta hora.

“Pero ahora, tras el horrible incidente, creo que estar bajo llave es imprescindible en una sociedad como la nuestra”, dijo. “Es una tensión lidiar con tanto miedo todos los días”, reconoció.

Las estadísticas sobre agresiones sexuales indican que en India las mujeres tienen más probabilidades de ser violadas por un familiar, una pareja o un amigo que por un conocido, un empleador o un desconocido. Aun así, los ataques altamente publicitados contra las mujeres trabajadoras encajan con las creencias sostenidas por muchos de que el lugar de una mujer está en el hogar, dando forma a las decisiones tomadas por las mujeres y sus familias.

Una encuesta del Pew Research Center en 2019 reveló que el 40% de los indios piensa que es mejor para un matrimonio que el hombre mantenga el hogar, mientras la mujer cuida de este y de los niños, porcentaje significativamente más alto que el promedio mundial del 23%.

Algunas mujeres optan por retirarse del trabajo tan pronto como las circunstancias económicas lo permiten, mientras que otras prefieren opciones de trabajo menos remuneradas cerca de casa en lugar de viajar a lugares más distantes.

Esa percepción de que trabajar en público es inseguro y en casa es seguro se manifiesta en las nuevas plataformas de trabajo a domicilio de la India. Las empresas que se centran en las entregas a domicilio han tenido dificultades para contratar a un número significativo de mujeres; la única excepción es Urban Company, una plataforma que ofrece servicios de cuidado personal y reparaciones a domicilio.

La sensación generalizada de que los espacios públicos son inseguros también condiciona la política de las empresas. La plataforma de reparto Swiggy limitó en un momento dado el horario de reparto a antes de las 6 de la tarde para las trabajadoras. En un artículo publicado en 2021 en su blog sobre sus esfuerzos por contratar a más mujeres, la empresa dijo que había cambiado de política al darse cuenta de que estaba impidiendo a las mujeres ganar dinero durante las horas punta de la cena.

Economistas e investigadores aseguraron que la baja proporción de mujeres indias en la población activa está costando a la India el crecimiento económico.

Los privilegios económicos pueden ofrecer una capa adicional de seguridad, como un vehículo personal para ir al trabajo o el acceso a servicios de transporte compartido con algunas medidas de seguridad incorporadas. Sin embargo, la sensación de inseguridad persiste.

Vidhi Pandey, profesional del marketing digital, tiene que desplazarse casi 90 minutos entre su casa en Gurgaon y su oficina en la capital india, y con frecuencia asiste a eventos nocturnos. Si se trata de un cliente internacional, su jornada puede acabar a las 2 de la madrugada.

“Aunque mi marido y mi madre se han acostumbrado a mis horarios de trabajo poco convencionales, el anuncio de una noche larga en la oficina sigue quitándoles el sueño”, indicó esta mujer de 43 años.

Su madre la presiona con frecuencia para que busque algo más cerca de casa, aunque eso signifique ganar menos. Pero ella ha resistido la presión. En lugar de eso, le recuerda su extensa lista de seguridad.

Cuando reserva un taxi, se asegura de ver la puntuación del conductor y lee los comentarios de los pasajeros sobre su comportamiento. Si lleva falda, se pone algo más tapado antes de subir al taxi para volver a casa.

En su teléfono, mantiene abierta la aplicación del botón de pánico de la Policía de Delhi durante todo el trayecto. La aplicación, desarrollada tras el ataque de 2012 contra un autobús y llamada “Himmat” o “coraje”, permite al usuario enviar rápidamente una alerta a la Policía de Delhi, con un enlace a la ubicación del usuario en Google Maps, así como notificaciones a familiares y amigos.

Se asegura de compartir su ubicación en directo y el estado de su viaje con su marido y al menos un amigo. A veces mantiene una llamada telefónica con su madre o una amiga durante el trayecto.

“No dejo de pensar en cómo escapar si algo sale mal”, sostuvo Pandey. “Sueño con un día en que nuestra sociedad sea lo bastante segura para que yo pueda viajar sola en cualquier momento y a cualquier lugar sin ningún miedo ni preocupación”, agregó.

-Traducido del inglés por Pulso.

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