Pensiones: avances y desafíos en el día de la mujer
"Si las mujeres reciben menores salarios, y tienen menor densidad de cotizaciones, menor edad de retiro y mayor expectativa de vida que los hombres, tendrán pensiones más bajas que sus pares".
En este 8M es necesario hacer una mirada a la situación que vivimos a diario las mujeres en distintas dimensiones de nuestra vida para ser conscientes de los desafíos que aún existen. En el caso de las pensiones, los hechos son innegables.
Si las mujeres reciben menores salarios, y tienen menor densidad de cotizaciones, menor edad de retiro y mayor expectativa de vida que los hombres, tendrán pensiones más bajas que sus pares. Los dos primeros factores resultan en menos fondos ahorrados para las mujeres, y los dos últimos hacen que las mujeres financien más años con menos ahorro. Ambos explican que, en 2020, la pensión autofinanciada promedio de una mujer fue un 50% más baja que la de un hombre.
Pero nuestro sistema de pensiones es mixto, y dos de cada tres beneficiarios del pilar solidario son mujeres. La recientemente aprobada PGU se extiende a hombres y mujeres por igual, pero favorece proporcionalmente a las mujeres porque tienen pensiones más bajas. Por tanto, las brechas que surgen de las pensiones autofinanciadas se reducen significativamente al agregar las transferencias solidarias. En 2020, si comparamos las pensiones promedio de las mujeres y hombres con beneficios solidarios, la diferencia cae a 15%.
Mientras en otros sistemas las pensiones de viudez son sustitutivas, en el nuestro, se suman a la pensión de vejez total, lo cual reduce un poco más la brecha para las mujeres casadas. Por otra parte, desde 2008, los fondos de ahorro de las mujeres reciben un bono por hijo nacido vivo y una cotización adicional correspondiente a la diferencia en la prima de seguro SIS entre hombres y mujeres. Además, en caso de divorcio o nulidad, la ley establece la posibilidad de traspaso de fondos de ahorro hacia el cónyuge que resulte perjudicado económicamente. El 97% de estas transferencias son a favor de mujeres.
El reto que enfrentamos hoy incluye esfuerzos para mejorar las condiciones laborales de la mujer y promover la paternidad compartida. A esto se suma la creciente tarea de cuidados, no remunerados, que tradicionalmente ha recaído en las mujeres, y que naturalmente puede involucrar a cualquier miembro del grupo familiar. Con nuestro rápido envejecimiento es hora de pensar en instaurar una compensación previsional para personas cuidadoras no remuneradas, similar al bono por hijo.
*La autora de la columna es la presidenta de la Asociación de AFP
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.