Pese a efecto de Covid y mayores siniestros de automóviles tras desconfinamiento, industria aseguradora logra números azules

Compañías de seguros, Aseguradoras

Según Feller Rate, las compañías de seguros de vida vieron aumentar sus ganancia 227% hasta los $547.250 millones en el primer semestre, impulsadas por el desempeño de sus inversiones. Eso sí, la prima bajó 10%. La utilidad de seguros generales se elevó 6%.


La pandemia no ha impedido que las compañías de seguros sigan generando utilidades y en el primer semestre de este año lograron incrementos al comparar el resultado con igual periodo de 2020.

Esto, porque la industria logró subir un 6% sus ganancias en seguros generales hasta los $73.155 millones a junio, mientras que en vida simplemente se dispararon, aumentando un 227% a $547.250 millones.

Eso es lo que revela Feller Rate, y en un informe con cifras al cierre del primer semestre detalla que en el rubro de seguros generales “el resultado operacional aportó $50.000 millones, reportando una siniestralidad neta del 48% (49% en 2020)”.

El documento agrega que “solo la cartera de vehículos reportó una significativa reducción del margen, recogiendo los efectos de un incremento de la siniestralidad, asociada a la mayor apertura luego de las cuarentenas. El primaje se está recuperando, aunque todavía no alcanza los niveles previos a la pandemia. La cartera de cesantía mantuvo resultados superavitarios, además de recuperación de la producción”.

En todo caso, la clasificadora detalla que algunas aseguradoras obtuvieron resultados negativos, pero que estuvieron principalmente influenciadas por etapas de cambios estratégicos o de expansión.

Adicionalmente, añade que “en el primer semestre el país reportó mayor actividad económica, que se reflejó en la producción de seguros vinculados al consumo y en la renovación de las coberturas otorgadas al sector industrial y comercial”.

Por otro lado, al ver las cifras de seguros de vida, es el resultado de sus inversiones lo que explica sus ganancias.

Feller Rate detalla que “actualmente, los resultados del mercado de vida están ampliamente vinculados al desempeño de sus inversiones de respaldo de reservas técnicas y patrimonio. En comparación con junio de 2020, la cartera de inversiones reportó una favorable rentabilidad”.

Pero también habla de que hubo “menores costos de reservas de nuevas rentas vitalicias, un positivo desempeño del seguro SIS (sobrevivencia e invalidez) y una acotada siniestralidad de salud y vida individual -marginalmente impactados por los fallecimientos y gastos médicos del coronavirus- han caracterizado este primer semestre”.

No hubo mayores ventas en Vida

Aunque las utilidades se dispararon en vida, no pasó lo mismo con la prima. “El mercado de seguros de vida reportó una importante contracción del primaje. En términos globales, la baja alcanzó al 10%. No obstante, la producción de rentas vitalicias se redujo en un 42% respecto a junio de 2020, y en un 70% respecto a junio de 2019″, señala el informe.

Feller Rate estima que “el resto de las carteras de seguros habría crecido en torno al 4%, cifra bastante conservadora y muy vinculada al seguro de invalidez y sobrevivencia (SIS), que continúa siendo un motor del crecimiento global”.

También señala que “la actividad de los canales se ha visto presionada por las cuarentenas, lo que ha incidido en la productividad de los seguros tradicionales y masivos, ciclo que sigue presente en la industria”.

Sobre el desempeño de las inversiones que tuvieron las compañías, la clasificadora recuerda que “el primer semestre de 2020 estuvo fuertemente afectado por el inicio de la pandemia a escala global, que desvalorizó transitoriamente los activos financieros”.

En cambio, en 2021, dice que se observó una reactivación de los mercados, influenciados por la recuperación de la actividad económica mundial.

“Ante la liquidación de posiciones o reestructuraciones de deuda, durante 2021 se han liberado ciertas provisiones por deterioro, de alta incidencia en 2020. Así, la rentabilidad de inversiones mejoró significativamente, lo que se reflejó a junio de 2021, con la obtención de una sólida rentabilidad patrimonial. Ello permitió activar algunas decisiones de repartos de dividendos, que habían sido postergadas en 2020 a la espera de escenarios más estables”, puntualiza.

Proyecciones

En medio de la alta liquidez que hay en el país, y a medida que se ha ido abriendo la economía, el gasto en consumo sigue siendo elevado.

“Ello se refleja, por ejemplo, en la dinámica de la venta de vehículos nuevos y usados, en el incremento en la actividad manufacturera y en el gasto en consumo. No obstante, el término de los mecanismos de apoyo estatales relacionados al Covid-19, las alzas en las tasas de interés, las menores holguras del acceso al crédito o los potenciales ajustes desfavorables por los efectos de la nueva cepa Delta, pueden incidir desfavorablemente en la actividad del segundo semestre”, proyecta Feller para el segmento de seguros generales.

También estima que más allá de las coyunturas de corto o mediano plazo, ”los factores de largo plazo que sustentan el desempeño crediticio del segmento de seguros generales siguen estables, no apreciándose externalidades negativas de relevancia que pudieran poner en riesgo la calidad crediticia de la industria”.

Por otro lado, para seguros de vida la clasificadora proyecta que “el segmento de rentas vitalicias se enfrenta a una compleja proyección de negocios y exposición a reformas previsionales. Sus efectos son difícilmente cuantificables y obligan a las aseguradoras a desarrollar planes alternativos sujetos al rumbo que tomen las reformas”.

Y agrega que “el sistema de ahorro e inversión basado en la administración de fondos de pensiones ha sido una base relevante de apalancamiento del desarrollo interno. Su decrecimiento impactará en el mecanismo de fondeo de las inversiones privadas de largo plazo, transfiriendo a otros sistemas la intermediación crediticia y captación de fondos, lo que podría incidir en sus costos y capacidad”.

La clasificadora también dice que “Chile enfrenta una etapa política extraordinariamente dinámica y presionada, con elecciones parlamentarias, presidenciales y diseño de una nueva Constitución, todo relativamente simultáneo. Mas allá de las legítimas demandas de los muy diversos sectores, el país se caracteriza por una visión ponderada de los mecanismos de discusión y confrontación ideológica, madurez que debiera primar a la hora de las decisiones de largo plazo”

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