Presidente de la Sonami ve necesaria una política de fundiciones “de incentivos o derechamente de subsidios”
Jorge Riesco, líder de la Sociedad Nacional de Minería, analiza los lineamientos con que debiera contar la propuesta que el Ejecutivo ingresó este miércoles -y de la cual aún no se conocen los detalles- para aumentar la capacidad estatal de fundición de cobre, tras el cierre de la fundición en Ventanas.
Hace ya 50 días que la fundición Ventanas de Codelco apagó sus hornos para siempre. La histórica fundición estatal, una de las cuatro operadas por la minera estatal chilena, pagó los costos por toda una zona industrial declarada como saturada ambientalmente, donde los episodios de intoxicaciones masivas en la localidad rural no han dejado de ocurrir. Pero la contaminación ambiental no es la única de las preocupaciones de las autoridades tras concluir dicha actividad industrial, sino también las consecuencias productivas para la minería asociadas a ella.
La Ley N° 21.546, que posibilitó el cierre de la cuestionada operación, también dio un plazo de 90 días para que el Ministerio de Minería presente a las comisiones de Minería y Energía de Senado y de la Cámara de Diputados, un informe “que establezca propuestas destinadas a aumentar la capacidad estatal de fundición de cobre del país”. Dicho plazo vencía este jueves, y desde el Ministerio de Minería indicaron a Pulso que la propuesta ingresó este miércoles vía secretaría de ambas comisiones. En tanto, la diputada exPDG Yovana Ahumada, quien lidera la instancia sectorial de la Corporación, señaló que la ministra Marcela Hernando será invitada a exponer el informe para el próximo miércoles ante la comisión.
¿Qué debe tener la propuesta?
Si bien se espera que dicho informe ingrese esta semana al Congreso, en el sector existe expectación sobre su contenido.
Para el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Jorge Riesco, de hecho, con el cierre de Ventanas “se afectó un activo del ecosistema minero que era valioso desde el punto de vista del funcionamiento de la pequeña y mediana minería”, por lo que celebra que “hayamos tomado conciencia de que había que hacer esta discusión”.
Sin embargo, para el también exdirector de Enami, la discusión clave pasa por hacer rentable el negocio de fundición, pese a ser una de las actividades que menor margen genera en el eslabón productivo del cobre.
“Lo que ocurre aquí es que esa industria, este proceso industrial compite con una actividad mucho más rentable que la extracción minera y las primeras etapas del proceso, y por lo tanto las grandes mineras prefieren cualquier inversión que tenga que ver con aumentar producción en el nivel extractivo, y la inversión que pudieran hacer en una fundición tiene que competir con esa misma inversión de ellos mismos. (...) Por lo tanto el negocio de fundiciones es otra política y a lo mejor lo que tiene que tener es una política deliberada o de incentivo o derechamente de subsidio”, sostiene.
En esa línea, remarcó que lo necesario para determinar una u otra opción pasa por “el convencimiento de que la capacidad de fundición para el país es conveniente para el desarrollo de la minería del país”.
Al respecto, alerta de los riesgos asociados a la posibilidad de que Chile pierda totalmente su capacidad fundidora, lo que a su juicio “puede producir una conducta monopsónica en China, que haga que ellos eleven sus cargos de tratamientos tanto como para afectar el negocio en Chile”.
Por ello, enfatiza que “hay una razón estratégica por lo tanto, donde uno tiene que preguntarse si, a pesar de no ser un negocio rentable, a priori, yo igual necesito mantener cierta capacidad de fusión como una garantía de que frente al mundo yo puedo competir y hacer competir a los concentrados chilenos con una capacidad de fusión local”.
Agrega que, si bien la discusión tiene que darse a nivel de la minería estatal, también debe incorporar la posibilidad de que el Estado no destine los recursos “lo cual lleva a tener que pensar entonces en qué incentivos le damos como Estado a privados para que cumplan esta función y lleguen a materializar estos proyectos. Y esos incentivos o esas facilidades se dan tanto del punto de vista normativo como del punto de vista de garantizar ciertos tratamientos de la renta o de las inversiones”, enfatiza.
El papel estatal
Consultado sobre algunos de los planteamientos que ha esbozado el subsecretario de Minería, Willy Kracht, en orden a realizar fundiciones custom smelter y potencialmente buscar asociaciones público-privadas para su desarrollo, Riesco sostiene que “eso es indispensable porque necesariamente tenemos que pensar en una fundición grande, por el tema costos, y en el tema de recuperación de metales hay que agregarle a la fundición una refinería, que se capaz de separar los distintos metales que no son cobre, porque eso también le da un valor agregado el proceso, y hoy día -teniendo en cuenta la necesidad de metales críticos- es súper importante tener eso”.
En su visión, la mejor locación para un proyecto de fundición es en Paipote, comuna de Copiapó -donde actualmente se emplaza la fundición Hernán Videla Lira, la aproblemada fundición de Enami cuya expansión a futuro está siendo sometido a una revisión externa-, ya que podría alimentarse de las mineras de mediano tamaño, e incluso podría incentivar a la creación de proyectos nuevos que comprometan producción para alimentar una fundición, pero advierte que esto requiere de “un mapeo que hay que hacer muy bien”, ya que se debe asegurar “la utilización de la plena capacidad, que es un factor fundamental para mantener costos bajos”.
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