Propuesta de reorganización de Nova Austral contempla que acreedores tomen el control de la salmonera

Nova Austral, salmonera controlada por capitales noruegos, presentó este martes ante el Juzgado de Letras y Garantía de Porvenir una propuesta de Acuerdo de Reorganización Judicial. Se trata de un paso clave de la compañía para lograr salir a flote por cuantiosas deudas que ascienden a US$559 millones y las sanciones que le impuso la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA).

“Con el objetivo de seguir operando y, con ello, evitar que se vean afectadas miles de familias de la región que dependen de Nova Austral para su sustento, los accionistas hicieron un gran esfuerzo evaluando opciones, buscando alternativas de financiamiento y proponiendo acuerdos a sus distintos acreedores con el objetivo de superar la complicación momentánea por la que pasa Nova Austral. Sin embargo, no fue posible encauzar las diversas posiciones e intereses en juego para lograr un acuerdo global que permitiera reestructurar las deudas netamente financieras y asegurar la continuidad operacional de la compañía”, consignó la presentación efectuada por el abogado Ricardo Reveco, socio de Carey en representación de Nova Austral.

El acuerdo establece que “a partir de la fecha en que se celebre la Junta Deliberativa que apruebe la propuesta de acuerdo, el vencimiento de todos los créditos de los Acreedores Garantizados se prorrogará hasta la fecha en que se realice el aumento de capital que se refiere a continuación. Dentro del plazo de 20 días corridos contados desde la resolución que tiene por aprobado el presente Acuerdo, los accionistas aprobarán un aumento de capital en los términos que se describen a continuación, que será suscrito y pagado por los acreedores garantizados simultáneamente, permitiéndoles tomar control de la sociedad. En la fecha de cierre tendrán lugar en forma simultánea las siguientes acciones: El aumento de capital de la sociedad, la suscripción y pago de las nuevas acciones, los derechos de las nuevas acciones, la Renuncia al Derecho de Suscripción Preferente, la venta de acciones de Nova Austral Spain S.L, y Albain Holdco y la renuncia de los actuales directores de la sociedad”.

La propuesta busca “la reestructuración de la deuda de la sociedad a través de la capitalización de una parte de ella y el otorgamiento de nuevas condiciones para el pago del resto de los créditos afectos al acuerdo de reorganización”. Además, apunta a “la reestructuración operativa de la sociedad de una manera tal que se adapte de forma más adecuada a la continuación de las actividades de una forma más eficiente”. Asimismo, la salmonera sostuvo en su presentación que la iniciativa contemplará “la búsqueda de inversionistas para el financiamiento de capital de trabajo y la preservación del su giro social”.

Actualmente de la sociedad dependen cerca de 3.000 trabajadores directos e indirectos y sus familias, lo que posiciona a Nova Austral como un “actor económico clave para Magallanes” y, especialmente, para la comuna de Porvenir, lugar en que es el principal empleador.

Según el documento, el capital de la sociedad se aumentará en la cantidad de US$486.935.290,85, mediante la emisión de 772.653.302,26 nuevas acciones. Como consecuencia de lo anterior, el nuevo capital social será la suma de US$487.934.997,11, el cual estará dividido en 772.698.036,26 acciones de una misma y única serie, nominativas y sin valor nominal.

Las nuevas acciones serán suscritas y pagadas mediante la capitalización de los créditos de los que cada acreedor es titular, de conformidad a la siguiente proporción: DNB Bank ASA suscribirá y pagará 357.147.514,3 nuevas acciones con cargo a su crédito, en una proporción de 5 acciones por dólar; y Nordic Trustee ASA, en representación de los tenedores de bonos, suscribirá y pagará 415.505.788,0 nuevas acciones con cargo a su crédito, en una proporción 1 acción por dólar.

A fines de junio, la salmonera solicitó su reorganización, señalando que es “líder en la producción y el procesamiento de salmón de alta calidad dentro de la industria salmonera chilena, que opera en la región de Magallanes y la Antártica Chilena desde hace más de 15 años”.

Al mismo tiempo, detalló los motivos que la llevaron a su reorganización: El “endurecimiento del estándar fiscalizador”; la falta de reconocimiento de las mejoras operacionales de la compañía”; la “invalidación de autorizaciones para relocalizar centro de cultivo” y la “emergencia sanitaria producto de la pandemia del Covid-19 en Chile”.

Nova Austral sostuvo que “la Superintendencia del Medio Ambiente (”SMA”) aplicó sanciones a Nova Austral sin precedentes en la historia de la industria. En efecto, la SMA revocó permisos ambientales de centros de engorda salmónidos de Nova Austral muy relevantes para su operación, mientras que Sernapesca aplicó duras sanciones que limitaron las cosechas de otros de sus centros. Se suma a lo anterior, la retención por parte de la justicia de recursos por gratificaciones correspondientes a la Ley Navarino, que superan los $7 mil millones de pesos. Todo lo anterior ha significado una disminución de la producción de la compañía a un tercio respecto de lo que era hace unos pocos años, lo que evidentemente ha afectado el flujo de la compañía y ha dañado su capacidad para cumplir los compromisos con sus acreedores”.

En esa línea, agregó que “las duras sanciones aplicadas por la autoridad no han tomado en consideración las acciones proactivas de Nova Austral para asegurar una operación respetuosa con el entorno, la regulación y el medioambiente. Desde hace cuatro años que Nova Austral cuenta con una administración totalmente renovada, que se ha preocupado de corregir procesos y reforzar controles internos para elevar al máximo sus estándares éticos y de cumplimiento, con acciones que incluyen la creación de una gerencia de compliance normativo como también la implementación de un canal de denuncias gestionado por una entidad independiente. Estos, y otros importantes esfuerzos operativos, le han permitido a Nova Austral recuperar las certificaciones acuícolas más exigentes de la industria (BAP y ASC), que se otorgan con auditorías externas, y que garantizan una producción de salmones con los mayores estándares medioambientales y de sostenibilidad”.