Reducción del IVA a productos esenciales: expertos tributarios cuestionan constitucionalidad, impacto en precios y efecto fiscal
La propuesta aprobada en la Comisión de Constitución de la Cámara, considera reducir de 19% a 10% la tasa del IVA a productos como combustibles y todos sus derivados, productos sanitarios, la asistencia sanitaria y dental que no gocen de exención, entre otros, y de 19% a 4% para productos básicos como pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras y hortalizas.
La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados aprobó ayer la indicación presentada por los diputados de Chile Vamos, Jorge Alessandri (UDI) y Gonzalo Fuenzalida (RN) que propone una rebaja transitoria por dos años del IVA a los productos de primera necesidad.
La propuesta considera reducir de 19% a 10% la tasa del IVA a productos como combustibles y todos sus derivados, productos sanitarios, la asistencia sanitaria y dental que no gocen de exención y servicios y establecimientos deportivos entre otros.
Asimismo, para los productos básicos como pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, libros, medicamentos y prótesis, antesis e implantes internos para personas con minusvalía entre otros, la propuesta apunta a reducir de 19% a 4% el pago de este impuesto.
La moción parlamentaria se suma a la indicación de la oposición que plantea subir el impuesto a los altos patrimonios y el alza a la tasa de primera categoría a las grandes empresas.
Consultados los expertos tributarios al respecto, cuestionan su constitucionalidad y plantean que a la moción, tal como está presentada, le faltan aspectos técnicos para implementarse de manera correcta sin generar distorsiones y acotar el efecto en los ingresos del fisco. Además, señalan, que no es claro el impacto en los precios a público, que es su objetivo final.
El socio de Puente Sur, Ignacio Gepp, sostiene que “es una intención loable, pero de dudosa constitucionalidad, y carente de estudios técnicos sobre el impacto en la recaudación”. Asimismo, dice que el hecho que se reduzca el IVA de los productos no necesariamente se traspasará a precios.
En esa misma línea, Claudio Bustos, socio fundador de Bustos Tax & Legal, asevera que “la rebaja del tributo normalmente se traduce en una reducción del precio al consumidor en mercados competitivos, pero muchas veces dicha rebaja no se produce tratándose de productos con demanda altamente elástica, especialmente si la rebaja de IVA es transitoria”.
Juan Pablo Cabello, socio de Cabello Abogados Tributarios y consultor del Centro de Estudios Tributarios de la U. de Chile, acota que “tiene la ventaja que es una herramienta que se focaliza en productos de primera necesidad y, por tanto, el beneficio es mayor para sectores de menores ingresos, quienes destinan mayor parte de sus ingresos a estos bienes”. No obstante, subraya que “representa desafíos desde la perspectiva de procedimientos de cumplimiento tributario y conlleva mayores costos de fiscalización”.
José María Diez, socio de Recabarren & Asociados, puntualiza que “el principal cuestionamiento que se le hace al IVA diferenciado, es que puede generar problemas de sustitución desde bienes con mayores impuestos a bienes con menores impuestos, afectando de este modo la recaudación, precisamente, en un momento en que el país necesita mayores ingresos”.
En cuanto a su implementación técnica, los expertos afirman que es factible, puesto que ya existe en otras partes del mundo. Hugo Hurtado, Socio Tax & Legal de Deloitte, afirma que “Alemania tiene una tasa diferenciada para algunos productos, por ejemplo, de 19% para algunos y 7% para otros. Luxemburgo también, tiene una tasa general de 17% y otros que están sujetos al 8%, 3% y algunos en 0%. Por lo que sí existe jurisprudencia internacional y esto es implementable”.
Pese a ello, Hurtado plantea una fórmula alternativa para ayudar a los sectores de menores ingresos: “Se puede mantener la tasa del 19% y hacer un rembolso a familias de los deciles más bajos, esto ocurre por ejemplo en países como Canadá. Se mantiene una tasa única, pero luego quienes se encuentran en los quintiles más bajos reciben devolución de impuestos”.
¿Y el impacto fiscal?
Los expertos asumen que esta medida tendrá impacto fiscal. Esto considerando que la recaudación por IVA es prácticamente la mitad de los ingresos que el Estado recibe por impuestos. Por ello, se añaden que se debe ponderar los beneficios y costos.
Cabello comenta que “las necesidades de mayores recursos deben buscarse en los sectores de mayores ingresos, y debemos avanzar a un sistema tributario más progresivo. El objetivo de este mecanismo va en la vía correcta, lo que se debe definir es cuál es la mejor herramienta”.
Gepp menciona que “el impacto en recaudación en momentos que el Estado necesita más recursos para la emergencia no se ha medido”. Para Bustos, “es muy probable que una medida como esta requiera compensarse con aumento de otros impuestos o con un incremento de la propia base afecta a IVA, extendiendo la aplicación de este tributo a otros conceptos que en la actualidad no están gravados”. Por eso, argumenta que “se trata de una medida que requiere de una evaluación a fondo de la economía, pues se necesita una ingeniería tributaria que considere todo el escenario impositivo actual”.
Humberto Borges, director Diplomado en Gestión Tributaria Universidad Alberto Hurtado, junto con valorar la propuesta, indica que “el problema de recaudación debe solucionarse mediante la restitución de las tasas de impuesto a las rentas más altas del país eliminadas en el 2014 y sólo repuestas el 2020 parcialmente”.
Patricio Rojas, economista de Rojas y Asociados lo ve como “una medida que va dirigida a las familias que destinan un porcentaje alto de los recursos en estos bienes”.
Para el economista, el hecho que los productos de primera necesidad tengan un menor valor, no significa necesariamente una pérdida en la recaudación, ya que ese mejor gasto puede significar mayores recursos para ser utilizados en otros bienes. “No es tan claro que haya una reducción de precios de manera significativa, porque puede haber sustitución en el consumo de las personas. Es una medida adicional que el gobierno deberá considerar en su plan de ayuda en lo que queda de crisis sanitarias”, sostiene Rojas.
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