Los bajos precios del petróleo están castigando a la economía de Arabia Saudita, amenazando el impulso de inversión extranjera del reino y frenando el apetito potencial de los inversores por una OPI de Aramco.
Los funcionarios sauditas han reducido la producción de petróleo a menos de 10 millones de barriles por día en un intento de elevar los precios del crudo a US$80 por barril. Pero las tensiones comerciales mundiales y la creciente producción de EEUU han compensado sus acciones, manteniendo los precios más cerca de US$60 por barril.
Los economistas han recortado las estimaciones para el crecimiento económico de este año para el mayor exportador mundial de petróleo. Un pronóstico promedio de 10 economistas predice que el producto interno bruto de Arabia Saudita crecerá 1,4% este año, por debajo de una estimación de 2,2% a fines del año pasado, según FactSet. El Fondo Monetario Internacional es un poco más optimista: en julio dijo que la producción económica crecería 1,9%.
"Se ve una gran carga en el sector petrolero en el transcurso de este año", afirmó William Jackson, economista de Capital Economics, con sede en Londres, que ve un crecimiento saudita este año de solo 0,3%.
La salud de la economía saudita se ha vuelto más importante para los inversionistas globales y los funcionarios gubernamentales en los últimos años, a medida que el reino abre su sistema financiero al mundo exterior. Una recesión podría amenazar su propia actividad de inversión, que ha incluido grandes participaciones en compañías como Tesla Inc., y moderar el interés de los inversionistas en poner dinero en Arabia Saudita.
El mercado de valores saudí ha caído más del 14% desde principios de mayo, a pesar de su inclusión ese mes en el índice de mercado emergente MSCI Inc., lo que estimuló miles de millones de dólares de inversión pasiva de inversionistas internacionales.
Los analistas advierten que una propuesta de oferta pública inicial -revivida el mes pasado- de Aramco, la compañía petrolera nacional, valdrá menos si los precios del petróleo se mantienen en los niveles actuales y el reino sigue recurriendo al efectivo de la compañía para equilibrar su presupuesto. La firma pagó al reino un dividendo especial de US$20 mil millones en el primer semestre de este año a pesar de una caída del 12% en las ganancias debido a los bajos precios. Los banqueros la semana pasada se lanzaron para organizar la salida a bolsa de Aramco.
Arabia Saudita "salió agresivamente con las noticias de OPI en un período de debilidad del mercado de valores y del precio del petróleo", señaló Richard Fullarton, fundador y director de inversiones de Matilda Capital Management de Londres. "Tal vez necesitan el efectivo".
Los representantes de Aramco y del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudita no respondieron a las solicitudes de comentarios.
El ministro de Finanzas saudita, Mohammed al Jadaan, el mes pasado en un informe de desempeño presupuestario de medio año, manifestó que el gobierno estaba gestionando un acto de equilibrio: tratando de implementar proyectos para impulsar el crecimiento económico y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos sauditas , al mismo tiempo que ejecuta reformas fiscales y busca controlar el aumento de la deuda pública.
En julio, el gobierno introdujo el horario comercial de 24 horas para aumentar el gasto y alentar a las tiendas a contratar más; el banco de inversión saudita NCB Capital estimó que la medida aumentaría el PIB hasta en 0,3 puntos porcentuales este año.
El fondo saudí de riqueza soberana también planea proyectos inmobiliarios multimillonarios para impulsar las industrias del turismo, el comercio minorista y el entretenimiento.
En una señal de que los gobernantes del reino no están contentos con el ritmo del cambio económico, el ministro de energía del país, Khalid al-Falih, perdió la supervisión de las industrias no petroleras la semana pasada. El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, responsabiliza a Falih por la falta de avance económico, según funcionarios sauditas.
Una economía saudita lenta podría suprimir el apetito entre los inversionistas extranjeros por invertir dinero en los grandes proyectos previstos por el Príncipe Mohammed. Los problemas del precio del petróleo de Arabia Saudita se producen justo cuando el país está lanzando una serie de reformas económicas que habrían sido dolorosas fiscalmente incluso en tiempos de descarga.
Un movimiento para lograr que más sauditas trabajen ha resultado en deportaciones a gran escala de trabajadores extranjeros, lo que ha reducido el gasto de los consumidores. Las transacciones de ventas y los retiros de efectivo en todo el reino cayeron en junio, en comparación con el año anterior, y las exportaciones no petroleras han disminuido en casi todos los meses de este año, según datos del banco central saudita.
Los esfuerzos para impulsar la economía no petrolera aún no han tomado vuelo. La inversión extranjera directa aumentó en los últimos seis trimestres, llegando a US$1.25 mil millones en los primeros tres meses de este año. Pero sigue dependiendo del sector petrolero y bajo en comparación con el peak de US$10.3 mil millones en el cuarto trimestre de 2008. El desempleo es del 12,5%.
Los precios del petróleo siguen siendo el mayor catalizador para el crecimiento saudita. El gobierno pronostica que tendrá un déficit este año de 131 mil millones de riales sauditas (US$35 mil millones), o aproximadamente el 4,2% del PIB. Para equilibrar el presupuesto, Arabia Saudita requiere precios del petróleo a US$85 por barril, estima el FMI.
Los saudíes hicieron un esfuerzo concertado para impulsar los precios del petróleo en 2018, apuntando a US$80 por barril y en gran medida con éxito.
Sin embargo, sus esfuerzos chocaron con un muro este año, ya que la guerra comercial entre EEUU y China ha reducido las estimaciones de la demanda de petróleo en Asia, el mayor mercado de Arabia Saudita. La producción petrolera estadounidense también ha aumentado, manteniendo el mundo ampliamente abastecido y bajando los precios.
Los precios más bajos no van a desaparecer, según la Agencia Internacional de Energía y los bancos, que han recortado las estimaciones del precio del petróleo. Morgan Stanley pronosticó recientemente el crudo Brent a US$60 por barril y el crudo West Texas Intermediate a US$55 por barril, dos precios de referencia para el petróleo, hasta fines de 2020.
Para satisfacer las necesidades de gasto, el gobierno saudita planea recaudar otros US$30 mil millones en deuda pública este año. Incluso con ese dinero extra, los economistas dicen que el reino no tiene suficiente efectivo para cubrir sus gastos.
Los analistas dicen que Arabia Saudita y la Organización de Países Exportadores de Petróleo, el cártel petrolero que lidera el reino, también podrían tener que considerar nuevos recortes de producción para mantener los precios del petróleo en los niveles actuales cerca de US$60. Esos podrían acordarse en una reunión de la OPEP en diciembre.