Para Bank of America los retiros de fondos de pensiones tienen el potencial de afectar considerablemente los precios de los activos, al tiempo que reducirán la capacidad de los inversionistas locales para compensar las salidas extranjeras. Así lo aseguró en un reporte crítico de la determinación de acudir a estos dineros que tomaron tanto Chile como Perú, medida que a su juicio “no es innocua” a nivel de mercado.

Fundamentalmente, les preocupa que “la capacidad de los inversores locales para amortiguar los flujos internacionales se está reduciendo con la introducción de facturas de retiro de fondos de pensiones”, esto justo “en un momento en que América Latina está experimentando salidas desde extranjeros”.

Lo anterior les resulta inquietante a pesar de que “hasta ahora la reacción del mercado ha sido relativamente moderada” en ambos país, según se reconoce en el informe. Sin embargo, desde su punto de vista la tranquilidad descansa sobre las espaldas de los respectivos bancos centrales.

En el caso de Perú, comentan que el ente emisor “ha intervenido para comprar dólares directamente a los fondos de pensiones y al sector público para mitigar la presión de apreciación derivada de la venta de activos externos”.

En tanto, en el caso nacional BofA cree que el organismo liderado por Mario Marcel “probablemente intervendrá en el mercado de bonos local para mitigar cualquier presión”, recordando además que ya se “anunció un programa especial de compra de activos de $ 8 mil millones en junio, que se implementará durante un período de seis meses”.

Sin embargo, está reacción desde la política monetaria no evitará “la reducción del tamaño de la base de inversionistas locales”, lo que “podría afectar la liquidez en los mercados”, dificultades que se evidenciarán con más fuerza en la “estrategia de salida” de las medidas implementadas por los entes emisores.

Pero los obstáculos no se acaban en el área de mercados. Para BofA es probable que los retiros de pensiones “terminen causando problemas fiscales en el futuro a medida que la generación actual de trabajadores se jubile con pensiones bajas y exija transferencias gubernamentales para prevenir la pobreza entre los ancianos”, se lee en el informe que destaca el hecho de que la región lidiaba desde antes de la pandemia con tasas de reemplazo bajas en el sistema de pensiones.

Frente a eso, destacan que la medida en cuestión es compleja en la medida que puede resultar atractiva para la administración en la que se produce el retiro y que con esto evita responsabilizarse del déficit que implicaría buscar esos recursos en el presupuesto estatal, dejándole ese problema a gobiernos futuros.

Aunque acá la iniciativa no surgió desde el ejecutivo, analizando la situación de los dos países en cuestión, la entidad indica que la medida “es negativa ya que las voces populistas están superando a las que defienden las instituciones que tardaron muchas décadas en construirse”. En base a este último punto, se indica que habrá mucha volatilidad en torno a los procesos políticos que se avecinan en la región, entre ellos el plebiscito constitucional de Chile en octubre.