Perjudicial para el mercado e ineficaz para el fisco. Así podría resumirse la posición de los actores de la industria financiera respecto de las propuestas planteadas por la oposición relativas eliminar algunas exenciones tributarias.
En lo que va de 2019, se han transado en Chile unos US$31.139 millones en acciones, cifra que está por debajo de lo que negocian mercados desarrollados, pero que supera por mucho a países comparables de la región. Sin embargo, esos niveles podrían decaer si es que se aprueba una eliminación del impuesto a la ganancia de capital, es decir la posibilidad de no tributar por el mayor valor obtenido en la venta de una acción.
Así lo asegura Juan Carlos Spencer, gerente general de la Bolsa Electrónica, para quien "el impuesto a la ganancia de capital es una falacia. Estiman una recaudación como si la actividad continuara con el mismo nivel, y eso no es efectivo. En todos los países en que se ha implementado ese impuesto las transacciones se han ido al suelo, como es el caso de Perú".
En dicho país, en el 2009 se grabaron estas operaciones con un impuesto 5%, lo que regiría a partir del 1 de enero del 2010. Sin embargo, ello implicó una baja en los montos y el proveedor de índices MSCI analizó pasar a Perú desde un mercado emergente a uno frontera, con la salida de flujos que ello implicaba. Por ello en 2015, mediante un decreto, se estableció que las acciones líquidas no pagarían el impuesto por un período de tres años, esto a partir de 2016. En octubre de este año se emitió un nuevo decreto, aprobando la exoneración del beneficio hasta 2022.
Con todo, para Carlos Rojas, managing partner de Capia, ex Andino Asset Management, de Perú, el alza no fue un factor determinante en la sequía de la bolsa peruana, pues existen otros factores estructurales: "En 1996, 97 y 98 teníamos cerca de 1.800 transacciones diarias, hoy llegamos a 400. Lo pasó es que entre hubo muchas operaciones de M&A que retiraron valor mediante IPO; y las AFP han comprado el 65% del free float".
Para Spencer, la medida en Perú no se logró "recaudar nada porque las transaccioens cayeron, y porque las AFP no están afectas a dicho impuesto".
El impuesto en Chile
En Chile, el impuesto a las ganancias de capital se eliminó en 2001 en el marco de la reforma al mercado de capitales, conocida como MKI. Para dicho año, la bolsa local transaba un volumen de US$3.600 millones, monto que a partir de 2003 se disparó.
Sin embargo, el eventual nuevo impuesto afectaría a un mercado que sólo representa un 4,7% de todo lo que movió la Bolsa de Santiago en 2018. De hecho, el sector con más peso fue intermediación financiera, con US$441.290 millones, equivalente al 41,9% del mercado de valores.
Según Spencer, "para un país desarrollado es condición necesaria pero no suficiente tener un mercado de capitales desarrollado. Felipe Larraín planteaba la idea de "Santiago centro financiero" para atraer inversión, y al hacer eso se desarrolla una industria, se recaudan más impuestos, más IVA porque las comisiones lo pagan, se genera más empleo y más empresas en Chile pueden levantar capital".
Además, apunta que no importa el tamaño en esta industria, pues la bolsa no es sólo acciones. "¿Si un inversionista se va de chile por el impuesto, seguirá comprando bonos de empresas chilenas? Ya no es rentable tener analistas para Chile, sales de los portafolios, por eso hay que mirarlo más macro. Si la bolsa se va al suelo en montos no será rentable tener analistas en acá", explica.
Spencer agrega que, por ejemplo, dado el escenario de incertidumbre, en la plataforma de la Bolsa Electrónica los montos negociados en dólares han bajados desde los US$1.600 millones diarios a US$900 millones en los últimos días.
"Las industrias financieras generan un movimiento muy grande de inversionistas, la bolsa permite que el ahorro de las personas financie los proyectos de las empresas. Son puntos de unión entre inversionistas y ahorrantes, todas las empresas emiten bonos para financiar proyectos, justo cuando estamos hablando de desarrollar una industria de venture capital", dice Spencer.