Entre septiembre y octubre podríamos ver  aprobada la reforma de pensiones de Brasil. Así lo cree Carlos Sequeira, head of equity research BTG Pactual, quien estima que a pesar del avance del proyecto, no se logrará en una década el ahorro de 1,23 billones de reales (US$318.744 millones) que el gobierno aspiraba concretar, aunque si anticipa una cifra suficiente para dejar tranquilo al mercado.

Respecto a la capitalización individual al estilo de Chile, que se retiró del proyecto en su discusión en el Congreso, Sequeira considera que el gobierno no debe insistir si con ello pone en peligro los puntos más importantes de la reforma. Es más, si bien lo considera una buena alternativa, advierte lo caro que podría ser par el gobierno y que hay países sin ese sistema que funcionan bien.

El proyecto de gobierno cambió en el Congreso. ¿Todavía es lo suficientemente fuerte como para resolver el desequilibrio de las cuentas públicas en Brasil?

El responsable de la propuesta en la comisión especial de la Cámara presentó la semana pasada un proyecto con un ahorro a diez años de 1,23 billones de reales, lo que coincide con la iniciativa original del gobierno. Eso ya cambió nuevamente y ahora se estima un ahorro de 900.000 millones de reales.

Honestamente, no creo que la reforma final alcance ninguna de esas cifras. 900.000 millones de reales sería mucho más de lo que todos esperan en el mercado. Creo que se aprobará con menos.

¿Cuánto es tolerable en el análisis del mercado?

El mercado celebrará ahorros de entre 700.000 millones y 800.000 millones de reales y se puede conseguir. Algo entre 600.000 millones y 700.000 millones de reales sería bueno, pero por debajo de ese nivel sería decepcionante.

Con los cambios al proyecto se retiró la capitalización individual, pero el gobierno no se ha dado por vencido. ¿Cree que es un punto relevante?

Hubo cambios en la reforma relativos a los estados y las municipalidades, que es algo que el gobierno quiere traer de vuelta, así como la capitalización, que también fue removida.

Si fuera el gobierno no arriesgaría la aprobación de la reforma principal por la capitalización o por los cambios que no son a nivel federal.

¿Más allá de esta reforma cree que Brasil debe avanzar a un sistema de capitalización como el chileno?

Creo que podría funcionar bien, pero hay muchos países que no tienen un sistema de capitalización y funcionan bien. No se trata de algo que "debe ser".

El mayor riesgo de la capitalización es su instalación. Hoy el sistema funciona de manera que cualquiera que esté trabajando está pagando por las pensiones de los retirados. El de capitalización no es así, cada uno paga su propia pensión, por lo tanto si te mueves en esa dirección por un periodo de tiempo el gobierno debe pagar la pensión de quienes se retiran, porque el dinero de quienes trabajan servirá para su propia pensión.

No es fácil hacerlo funcionar y creo que en el gobierno hay algunas personas cree que este no es el momento para esa discusión. El tiempo va a ser cuando las cuentas públicas de Brasil estén en buena forma, de manera que soporten la transición.

¿Cuándo cree que se va a aprobar la reforma?

Es seguro va a ser aprobada en la comisión especial y es probable que ocurra este mes, para que sea votado en el pleno de la Cámara en agosto, tras el receso de julio. En el senado, probablemente ocurrirá en septiembre u octubre.

¿Una vez aprobada cuál va a ser el impacto en el mercado?

El mercado de acciones de Brasil tendrá un muy buen desempeño. Con la reforma aprobada el Bovespa podría alcanzar los 117.000 puntos (actualmente ronda los 99.000).

Si la reforma se retrasa o debilita más de lo esperado, ¿cuál sería el escenario?

En tiempo hay margen, mientras sea este año está bien. Si no es así o los ahorros son muy pequeños sería muy negativo para el país, las tasas de interés subirían nuevamente, el mercado caería, el real se debilitaría.

Muchos empresarios están esperando por la reforma, por una estabilidad en las cuenta fiscales, para hacer inversiones de largo plazo, las que probablemente se congelarían. Entonces, el PIB potencial se limitaría. Todo eso es posible, porque en Brasil ocurren cosas extrañas.

¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento que se manejan en cada caso?

El PIB de 2019 ya está jugado, estamos a mitad de año y nada cambiará muchos. Probablemente creceremos 1% este año. Para el próximo, si la reforma no se aprueba veremos cero crecimiento para una nueva recesión, de lo contrario el país podría crecer entre 2% y 3% e incluso en los próximos años se podría llegar a 4%.

¿Aumentaría el PIB potencial?

Aumentar el PIB potencial (de 2%) es algo que toma más tiempo y que requiere de más reformas. Necesitamos otras reformas para que eso ocurra. Brasil podría crecer por encima de su potencial sin producir inflación, simplemente porque tenemos 30 millones de personas desempleadas o porque la utilización de la capacidad industrial es de 74%. Hay muchos recursos, de personas e industriales, sin producir.

¿Qué otras reformas se requiere?

Después de la reforma de pensiones se acelerarán las privatizaciones y nos vamos a mover a la discusión de una reforma tributaria. De hecho, ya se está viendo en algunas comisiones de la cámara baja. No creo que llegue a ser una reforma profunda, pero probablemente simplificará unos pocos impuestos en algunos ítemes.

¿Se van a recortar impuestos?

Es complejo que haya una reducción del IVA, pero podríamos ver recortes en los impuestos corporativos.

Ahora el ministro de justicia Sergio Moro está involucrado en un escándalo que levanta dudas sobre el arresto de Lula. ¿Este tipo de acontecimientos y la consecuente  desestabilización política son un riesgo permanente en Brasil?

No creo que este caso particular tenga la capacidad de producir cambios en la discusión de la reforma que se discute, tendrá cero impacto. Pero es cierto que el riesgo existe, porque no hay que olvidar que Michel Temer estaba a punto de aprobar una reforma de pensiones, a mediados del año pasado, cuando se vio envuelto en un escándalo lo que hizo explotar la reforma. Brasil no es para amateurs. Nunca sabemos cuándo surge el próximo escándalo.

Sí creo que hoy el Congreso ambas cámaras quieren la reforma, están enfocados en eso, por lo que tendría que haber algo realmente malo, un escándalo gigante, para detener el proceso. De otra manera, seguirá adelante.