El informe ambiental fue inusualmente severo: la Administración Nacional de Energía de China eludió las regulaciones de contaminación del aire, permitió la construcción excesiva de plantas de carbón y no siguió las instrucciones del líder Xi Jinping sobre asuntos ambientales.
“Algunos camaradas de la Administración Nacional de Energía creen que la tarea más importante del sector energético es garantizar el suministro y que los requisitos ecológicos excesivos aumentarán los costos de producción para las empresas”, concluyó el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China en un informe a fines del mes pasado.
La rara reprimenda pública, autorizada por dos de las principales autoridades estatales de China, el Comité Central del Partido Comunista Chino y el gabinete del país, señaló a algunos que los reguladores ambientales de uno de los peores contaminadores del mundo habían sido autorizados a contrarrestar la arraigada industria del carbón del país.
“Los principales líderes de China están diciendo que en el futuro, es imposible pensar en la economía y la energía sin considerar también el clima”, dijo Zhou Xizhou, director gerente de IHS Markit, que asesora a varias empresas de energía estatales chinas y afirmó que el renovado énfasis en la protección ambiental de Beijing tomó por sorpresa a estas empresas.
La Administración Nacional de Energía, que tiene 30 días para responder, expresó que trabajaría rápidamente para abordar los problemas identificados en el informe.
En septiembre, Xi ocupó los titulares de todo el mundo cuando dijo a la Asamblea General de las Naciones Unidas que China alcanzaría la neutralidad de carbono (cero emisiones netas de dióxido de carbono) para 2060, con un pico de emisiones antes de 2030. En unas semanas, sus vecinos Japón y Corea del Sur hicieron lo mismo, diciendo que alcanzarían la neutralidad de carbono en 2050.
Sin embargo, la promesa provocó escepticismo. China ha dependido durante mucho tiempo de la industria del carbón como fuente de empleo y de energía. El carbón representó el 58% de la combinación energética del país en 2019, según la Oficina Nacional de Estadísticas.
Si bien la participación del carbón en el uso de energía de China ha disminuido del 68% en 2012, el volumen absoluto de las emisiones de carbono de China ha aumentado constantemente durante ese tramo a 10,2 mil millones de toneladas al año, desde 9,6 mil millones de toneladas.
“La reciente gran cantidad de noticias les ha dado algo de esperanza a los activistas climáticos como yo, pero luego veo la realidad en el terreno y me vuelvo escéptico de nuevo”, dijo Yu Aiqun, investigador de la organización sin fines de lucro Global Energy Monitor, con sede en Estados Unidos.
La semana pasada, China nombró a Xie Zhenhua, negociador jefe y arquitecto del acuerdo climático de París, como enviado de China para el clima y contraparte del enviado especial de Estados Unidos, John Kerry. “Este es claramente un movimiento personalizado hacia los Estados Unidos, un esfuerzo para garantizar que los canales diplomáticos estén ahí”, señaló Li Shuo, asesor principal de política global de Greenpeace.
Ha habido otros indicios recientes de que los principales líderes de China están presionando para cumplir sus objetivos climáticos y un mayor escrutinio de la industria del carbón.
China planea pedir a las empresas de redes regionales que aumenten la cantidad de energía comprada de fuentes de combustibles no fósiles al 40% para 2030, en comparación con el 28% en 2020, según un borrador de política de la Administración Nacional de Energía visto por The Wall Street Journal.
En octubre, el organismo de control disciplinario del Partido Comunista sometió a investigación al subdirector de la agencia de energía por graves violaciones disciplinarias, un código común para los cargos de corrupción. En noviembre, las autoridades hallaron a 534 funcionarios culpables de delitos relacionados con la corrupción en Mongolia Interior, una de las provincias más dependientes del carbón del país, tras una investigación sobre el desarrollo de las minas de carbón durante las últimas dos décadas.
Los expertos ahora miran hacia el cónclave legislativo anual de China en marzo, cuando los líderes darán a conocer su plan económico para los cinco años hasta 2025, en busca de más señales de que las prioridades pueden estar cambiando.
El sector del carbón todavía ejerce una influencia política significativa, presentándose como la fuente de energía más abundante y segura y un empleador importante, según Ilaria Mazzocco, investigadora asociada principal de MacroPolo, un centro de pnesamiento con sede en Chicago centrado en China.
Las redes de suministro y almacenamiento de energía a base de carbón se consideran más confiables que sus contrapartes de energía renovable, que requieren instalaciones de almacenamiento y distribución de energía inteligente, dijo.
Zhou, de IHS Markit, espera que los patrocinadores del carbón expongan sus argumentos a través de los jefes de las empresas de energía estatales, todos quienes son altos miembros del Partido Comunista, aunque Zhou también ha estado discutiendo con ellos formas de implementar las nuevas prioridades del Sr. Xi.
Las empresas estatales de energía enfrentan el desafío de tener que implementar los objetivos del Sr. Xi mientras mantienen el empleo, considerado la base de la estabilidad social en China, en las regiones dependientes del carbón.
Por cada millón de dólares gastados, la industria del carbón genera 68 puestos de trabajo, mientras que la energía solar y eólica crean menos de 30, según un estudio de la New School de Nueva York.
Los números todavía cuentan una historia mixta. Un libro blanco emitido por el gabinete de China en diciembre mostró que los combustibles no fósiles representaron más del 15% de la combinación de consumo de energía de China en 2019, frente al 9,7% en 2012, y la Administración Nacional de Energía de China precisó que instaló 120 gigavatios de energía eólica y solar el año pasado, más del doble del total del año anterior.
Pero China también propuso la construcción de 73,5 gigavatios de nuevas centrales eléctricas de carbón el año pasado, más de cinco veces más que el resto del mundo combinado, según los datos publicados la semana pasada por el Global Energy Monitor y el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, dos organizaciones de investigación.
Los funcionarios de las provincias del este de China, presionados por Beijing para cumplir con los objetivos de contaminación del aire, probablemente suspenderán o cancelarán algunos de los proyectos de carbón como resultado del informe del mes pasado de los reguladores ambientales, dijo Lauri Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación sobre Energía. y aire limpio. Es probable que las provincias más pobres y ricas en carbón del centro y oeste de China tengan más margen de maniobra para aumentar su capacidad de generación de carbón antes de tener que reducir las emisiones, expresó.
Los gobiernos provinciales de China a menudo han invertido en infraestructura o industria pesada, como plantas de energía de carbón, para estimular el crecimiento económico en el pasado, según Tim Buckley, director de estudios de finanzas de energía en el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero. Pero a medida que baja el precio de la energía renovable, espera que los gobiernos y las empresas inviertan más dinero en energía solar y eólica en lugar de carbón.
La reciente reprimenda de Beijing marca la primera hoja de ruta de los principales líderes de China sobre cómo esperan lograr sus ambiciones climáticas, dijo Zhou, asesor de energía de IHS Markit. “Queda por ver si China puede cumplirlo en realidad”, dijo.