La crisis social generó un efecto dominó en el mercado de la renta fija local que, entre otros aspectos, redujo con fuerza la colocación de bonos corporativos, y los pocos que se emitieron lo hicieron con spreads mucho más altos que los observados antes del 18 de octubre.

De hecho, entre el 19 y el 31 de octubre solo se colocaron dos bonos y en noviembre cuatro. Sin embargo, esa situación comenzó a cambiar en diciembre, ya que durante el último mes del año se emitieron 10 papeles y la tendencia se consolidó en lo que va de 2020, puesto que entre el 1 y el 16 de enero se colocaron 11 bonos, según estadísticas de RiskAmerica.

"Desde mediados de diciembre pudimos ver una recuperación del mercado, lo que se acompaña con las colocaciones primarias mencionadas. Es importante notar que gran parte de estas colocaciones son de bonos bancarios que suelen tener mejor clasificación de riesgo y mayor liquidez que un bono de un emisor no bancario", explica Álvaro Darquea, analista senior de Inversiones de Credicorp Capital.

Agrega que esto refleja que, a pesar de la recuperación observada, todavía no se alcanzan los niveles de demanda previos al estallido, la cual ha sido dada principalmente en emisores bancarios, reflejando un mayor premio por riesgo en el mercado.

En efecto, del total de las colocaciones que se han concretado desde diciembre hasta el 16 de enero, más del 70% han sido realizadas por bancos.

Para Miguel Inzunza, gerente de mesa institucionales de MBI Corredores de Bolsa, los inversionistas institucionales han jugado un rol clave en esta situación.

"Hay una combinación de que ha vuelto plata al mercado local de renta fija, a través de los fondos mutuos y las AFP, lo que se ha traducido en que los institucionales están buscando compras y están buscando buenas tasas. En la vereda opuesta, hay menos oferta de papeles, donde algunos actores, como SQM y BancoEstado, han emitido en el extranjero y Tesorería emitirá menos a nivel local. Entonces, los institucionales les han pedido a los bancos que hagan colocaciones para aprovechar su liquidez, donde los bancos, a su vez, han visto oportunidades", afirma.

En una línea similar, Luis Méndez, gerente de inversiones de Banmerchant, señala que "a medida que la intensidad del conflicto social disminuía y los inversionistas volvieron a tomar posiciones en renta fija local, las tasas de interés disminuyeron a niveles levemente superiores a los de pre-crisis y los emisores han vuelto de manera paulatina al mercado primario de emisiones durante el último mes".

Jorge Maureira, Operador Senior de Inversiones de Tanner Investments, complementa que "la recuperación de las emisiones está relacionada con la caída del spread en los bonos que se comenzó a materializar desde el 13 de diciembre de 2019 en adelante".

Menores spreads

El mayor número de colocaciones ha sido acompañado de menores spreads respecto de los momentos más intensos de la crisis.

De hecho, el spread promedio de los bonos que se han colocado durante enero es de 1,22% y en diciembre fue de 1,43%, tras haber llegado a su punto más alto en noviembre: 2,07%.

De todos modos, aún están lejos de los niveles que se vieron antes de la crisis, ya que entre mayo y agosto el spread promedio mensual fluctuó entre 0,65% y 1,03%.

"Hemos observado menores spread en distintas categorías de clasificaciones de riesgo. El mercado descuenta que tenemos instituciones sólidas y por lo mismo el spread exigido comienza a disminuir. Asimismo, por ahora, ha empezado a bajar la incertidumbre", afirma Maureira.

Inzunza complementa que los menores niveles "se explican porque la combinación de una mayor demanda con una menor oferta ha apretado los spreads".

Darquea matiza que, si bien se han regularizado los spreads desde mediados de diciembre, "aún no tenemos los mismos niveles de spread previos a la crisis social, y menos aún en los bonos corporativos no bancarios. Antes de la crisis no teníamos un mayor premio en un bono corporativo respecto a un bono bancario, sin embargo, hoy los bonos corporativos están pagando un premio sobre 50 puntos de spread respecto a los bancarios, debido a un mayor premio por riesgo".

En la misma línea, Méndez dice que "a pesar que las tasas bases han retrocedido de manera importante, los spreads no se han comportado de la misma manera. Los spreads de mejor riesgo crediticio como AAA y AA han vuelto a bajar, aunque no a los niveles pre-crisis. Este tramo probablemente será el más activo en emisiones durante el año y esto es lo que normalmente sucede en los mercados financieros cuando se produce una fuerte desaceleración económica. Los spreads de menor calidad crediticia como A, BBB y más riesgosos, se han mantenido en niveles muy elevados y, por lo tanto, levantar financiamiento para estos tramos será más difícil".

Sobre lo que podría pasar con el nivel de actividad de colocaciones durante 2020, los expertos coinciden en que podría ser menor que el año pasado debido a que varias empresas ya refinanciaron proyectos y aprovecharon de refinanciar deudas con menores tasas. De este modo, dado el menor crecimiento económico que se espera para este año y las dudas que persisten sobre el desarrollo de la crisis social y el desenlace del plebiscito por la nueva Constitución, las empresas tendrán menos proyectos nuevos y, por ende, bajará su necesidad de financiamiento.

De todos modos, precisan que los bancos podrían mantener un nivel similar de emisiones locales al del año previo, pues son más de aprovechar oportunidades.