Las llamadas tierras raras, un conjunto de elementos químicos escasos y que se usan en productos tecnológicos como teléfonos móviles o misiles, son abastecidas en un 95% por China. Y en medio del incremento en las tensiones comerciales, el gigante asiático podría utilizar este punto como arma contra Estados Unidos.
En concreto, EEUU es uno de los principales países importadores de tierras raras producidas por China, y justamente estos bienes no han sido sometidos a los aumentos de aranceles decretados por la administración de Donald Trump. Sin embargo, los medios chinos sugieren ahora que los exportaciones de tierras raras podrían servir como arma de represalia contra Estados Unidos por sus medidas comerciales contra el gigante asiático.
Con este panorama de especulaciones, las compañías chinas y australianas relacionadas a la extracción de las denominadas tierras raras, celebran en bolsa.
La empresa china JL Mag Rare-Earth se roba el protagonismo con alza de 10% en las operaciones de este miércoles, y acumula avance de 146% en 12 jornadas consecutivas de ganancias. Detrás destaca China Northern Rare Earth Group High-Tech que se disparó 8,68% en la bolsa asiática. En Australia, Lynas Corp se encamina a despedir las operaciones con salto de 15%.
¿Qué son las tierras raras?
Se trata de un grupo de 17 elementos químicamente relacionados encontrados en forma mineral, los cuales tienen propiedades magnéticas y ópticas útiles para crear dispositivos electrónicos más eficientes. Los fabricantes de vehículos eléctricos confían en ellos para componentes de baterías y motores más livianos, mientras que los aerogeneradores grandes tienden a usar imanes de tierras raras. También son componentes frecuentes de objetos cotidianos, como diodos emisores de luz (LED), que se utilizan para iluminar los teléfonos inteligentes y los tableros de puntuación en los estadios.
¿Por qué China amenaza con restringir las exportaciones?
Las tierras raras le dan a Pekín una gran influencia política y económica en su disputa con los Estados Unidos, país que amenazó este mes con dejar de suministrar su tecnología al gigante chino de telecomunicaciones Huawei, argumentando preocupaciones de seguridad.
Si Pekín hace realidad sus amenazas, el impacto para las compañías de Estados Unidos podría ser desastroso. "China podría obligar a cerrar casi todas las líneas de ensamblaje de automóviles, computadoras, teléfonos inteligentes y aeronaves fuera de China si decide embargar estos materiales", escribió la semana pasada James Kennedy, presidente de ThREE Consulting, en la revista National Defense.